Es momento de hacer justicia por la España despoblada
El verdadero problema de España no es el independentismo, es el grave desequilibro territorial y demográfico que padece
Este 31 de marzo de 2021 se cumple el segundo aniversario de la gran manifestación en Madrid de la revuelta de la España vaciada. Más de cien mil personas procedentes de la España del interior, de la España en continua despoblación, gritaron en las calles de Madrid su silencio de muchísimos años de abandono. Teruel Existe y Soria ¡Ya!, pioneros de los movimientos ciudadanos contra la despoblación, convocaron la gran marcha a la que pronto se sumaron 98 plataformas de 28 provincias afectadas por este sangriento problema que vacía de capital humano y recursos sus territorios y muestra un panorama sobrecogedor de envejecimiento progresivo en sus pueblos y ciudades.
El latido de los tambores de Calanda desplazados a Madrid resonó en toda España, clamando que nuestras tierras seguían viviendo, que todavía hay esperanza, que “ser pocos no resta derechos” y que España tiene que revertir la situación antes de que sea demasiado tarde. Esa gran manifestación quedó en nuestros corazones como un hito histórico y un rayo de luz para el futuro de nuestras tierras y gentes, para nuestros pueblos y ciudades pequeñas y medianas, todas ellas pertenecientes a la España interior que otrora fueron ciudades y pueblos habitados, ricos en historia, patrimonio y cultura.
Nuestros territorios no son vacíos, han sido vaciados progresivamente de población a lo largo de un proceso histórico que no ha tenido en cuenta los intereses ni los derechos de sus gentes. No exageramos si decimos que el verdadero problema territorial de España no es el independentismo catalán ni las pulsiones separatistas de los nacionalistas vascos; el verdadero problema es el grave desequilibrio territorial y demográfico que padece, donde el 70% de la población vive en el 30% del territorio, concentrada en el arco del Mediterráneo, la cornisa cantábrica y la isla superpoblada de Madrid.
Cierto es que dichos desplazamientos demográficos comenzaron ya a finales del siglo XIX con el éxodo de las zonas del interior de España hacia las zonas incipientemente industrializadas y se agudizaron con las migraciones masivas de los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado, pero el grave problema es que continúan en el día de hoy, especialmente entre los jóvenes y las personas cualificadas, que siguen abandonando nuestros territorios.
La existencia de la precitada crisis demográfica, la cual no hay que confundir con la bajada de natalidad que se está produciendo en el conjunto de Europa y en particular en la UE, es un problema de desequilibrio territorial y demográfico específico español y repercute negativamente en las personas que habitan en los territorios de la España vaciada en todos los ámbitos, en particular en el económico, social, sanitario, fiscal, educacional, cultural, transporte, infraestructuras y en el campo de las nuevas tecnologías.
Es evidente que los desequilibrios demográficos y territoriales que España sufre, no solo suponen desafíos en las zonas que pierden población, sino también en las grandes zonas urbanas receptoras de población, como ha acreditado palmariamente la pandemia de la covid-19 que estamos padeciendo, la contaminación y los suburbios e infraviviendas de las macrociudades, en especial en España Madrid, Barcelona y sus áreas metropolitanas.
Desde el 31 de marzo de 2019, la España vaciada se ha venido organizando en un movimiento ciudadano cada vez más fuerte, más articulado y presente en la sociedad, los medios de comunicación e instituciones. Actualmente, 140 plataformas que luchan contra la despoblación de sus provincias y comarcas forman parte de la Coordinadora Nacional de la España Vaciada. El eco de sus reivindicaciones no solo se ha oído en las calles de Madrid y sus territorios, sino en también en el Congreso de los Diputados y el Senado, donde la agrupación de electores de Teruel Existe consiguió la representación política de los ciudadanos de Teruel en las elecciones generales de 2019 con un diputado y dos senadores, siendo la primera fuerza electoral en dicha provincia.
El grave problema territorial de desequilibrio demográfico que sufre España solo puede ser corregido con un conjunto integral de medidas estructurales y profundas que propicien que nuestras gentes puedan tener un proyecto de vida en nuestros territorios con sus familias, al mismo tiempo que pueda resultar atractivo el retorno de los que se fueron y la llegada de nuevos pobladores, en absoluto con medidas deslavazadas, aisladas entre sí, que se van adoptando por los distintos gobiernos para salir del paso. Por ello, exigimos un Pacto de Estado de todas las fuerzas políticas parlamentarias a corto y medio plazo, para que gobierne quien gobierne se cumpla y pueda ser exigido por los ciudadanos, con medidas específicas legislativas y financieras para llevarlas a cabo. En este sentido, fue presentada en el Congreso de los Diputados por Teruel Existe una moción parlamentaria en junio de 2020 sobre la necesidad de un Plan Especial para la recuperación de la España Vaciada y el Reto Demográfico de acuerdo con los objetivos del Plan de Recuperación para Europa de la Unión Europea, la cual fue aprobada por la casi totalidad de los grupos parlamentarios, salvo el grupo de Vox que se abstuvo.
Dicha moción obliga y vincula al Parlamento en su acción legislativa y debería ser situada como frontispicio de su acción legislativa. Es un momento histórico para hacer justicia con la España abandonada por los poderes públicos durante muchísimos años. En esta moción el poder legislativo instaba al Gobierno a llevar a cabo en nuestros territorios el Programa 100/30/30 de modernización de infraestructuras de transporte, telecomunicaciones y servicios (100 Mbps simétricos en la red de telecomunicaciones, 30 kilómetros de distancia desde el núcleo poblacional a una vía de alta capacidad y 30 minutos como desplazamiento máximo para acceder a servicios sanitarios, educativos, culturales y de seguridad), un programa de rehabilitación de vivienda rural pública, la discriminación fiscal positiva o la creación de una Agencia independiente contra la despoblación, entre otras medidas de carácter urgente.
Que nadie se llame a engaño, el movimiento ciudadano contra la despoblación y los graves problemas estructurales de la España vaciada y sus plataformas no es un movimiento localista, aunque el nombre de muchas de ellas así lo sugiera, ni ruralista. No estamos en la oposición mundo rural versus mundo urbano, sino en la creación de un tejido humano en todo el territorio. Somos un movimiento transversal de carácter nacional y europeo, reivindicativo y regeneracionista, que tenemos el objetivo de reequilibrar el territorio español demográfica, económica y socialmente después de tantas décadas de abandono y empobrecimiento de nuestros territorios, con un éxodo de capital humano y concentración de recursos en determinados lugares del Estado español que ha servido para hacer a estos cada vez más ricos, industrializados y desarrollados y a la España vaciada más pobre y discriminada. Esta tendencia es necesario invertirla para hacer una España más justa, cohesionada económica, social y territorialmente.
Cruz Fernández Mariscal es miembro de la Coordinadora Nacional de la España Vaciada.
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