Elogio de la duda
Si de algo cabe estar seguro en este insólito año que asoma a su fin es de que nada es seguro. Esa certeza arrogante y autosuficiente, endógena y tan propia del ser humano se ha visto amenazada por un estado de incertidumbre constante y por un sentimiento de desazón. La duda es humilde y cauta, invita al diálogo, a la reflexión y al pensamiento crítico. El dogma es arrogante, ruidoso, y normalmente nos aboca al desconocimiento ciego. En esta época sombría, no dar nada por sentado se antoja la única forma de progreso.
Álex López Menduiña. Pontevedra
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