Ante un enemigo común…
Hay que unirse. No hablo del coronavirus, común e invisible de consecuencias devastadoras para la salud de todos, mientras que los políticos se enredan en discusiones partidistas, propias de una campaña electoral. Hablo de otro enemigo común: la crisis económica también consecuencia de la covid-19. Muchos trabajadores se han encontrado de la noche a la mañana sin ingresos o con unos ingresos nimios y ni siquiera tienen para comer, teniendo que acudir a despensas solidarias. Pero esa no es la solución, es necesaria una subida de impuestos que cumpla con su función de redistribución de las rentas, evitando que aumente la brecha entre ricos y pobres, como en la crisis anterior. Pero es cierto que la crisis no es un enemigo común, solo es enemigo de las clases trabajadoras.
Lourdes Baeza Ruiz, Madrid.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.