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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Brotes en el fútbol

Lo más grave del caso Fuenlabrada es el daño que puede producir en la confianza de los protocolos establecidos para recuperar las competiciones futbolísticas

Una persona mira por una ventana del hotel NH Finisterre de A Coruña donde los jugadores del CF Fuenlabrada permanecen confinados en él tras haber dado positivo en coronavirus varios de sus miembros.
Una persona mira por una ventana del hotel NH Finisterre de A Coruña donde los jugadores del CF Fuenlabrada permanecen confinados en él tras haber dado positivo en coronavirus varios de sus miembros.M. Dylan (Europa Press)

El caso del Fuenlabrada ha sembrado la confusión en el mundo del fútbol después de que la vuelta de las competiciones tras el confinamiento obligado por la covid-19 se hubiera desarrollado con extraordinaria normalidad, aunque, eso sí, sin espectadores. El Fuenlabrada viajó a Galicia para disputar un partido con el Deportivo cuando ya se había registrado un positivo por coronavirus en el equipo. En las pruebas conocidas después de iniciar el viaje aparecieron varios más. A partir de ese momento se han sucedido los enredos y las decisiones equívocas. El encuentro se canceló, pero no así, como hubiera sido pertinente, el resto de la jornada. El Consejo Superior de Deportes ha acusado al Fuenlabrada de infringir los protocolos anticovid-19 y a LaLiga de no cumplir con las exigencias de información. El Ayuntamiento coruñés ha pedido a la Fiscalía que investigue el caso y los equipos afectados, sobre todo Deportivo —descendido— y Elche —que disputa una plaza al Fuenlabrada en la fase de ascenso a Primera—, reclaman que los partidos se repitan. Un caos insospechado que ha reproducido el exasperante conflicto entre las autoridades deportivas. La tregua sellada en plena pandemia por LaLiga, el CSD y la Federación Española ha saltado por los aires.

Solo una investigación detallada clarificará la responsabilidad de LaLiga y el Fuenlabrada. El club y la patronal aseguran que cumplieron con todos los protocolos fijados por el CSD para el fútbol, como aislar al jugador que diera positivo. A ello se aferra el conjunto madrileño para haber viajado a Galicia sin conocer los resultados de las pruebas practicadas al resto de los futbolistas. Tampoco estaría de más que el CSD explicase por qué no se suspendió toda la jornada, como pretendía LaLiga, puesto que era evidente que cancelar solo el partido Deportivo-Fuenlabrada constituía una distorsión flagrante del torneo. Por otra parte, hay discrepancias sobre la información de los contagios facilitada a las autoridades sanitarias que es necesario esclarecer.

Pero lo más grave del caso Fuenlabrada es el daño que puede producir en la confianza de los protocolos establecidos para recuperar las competiciones futbolísticas. El hecho es que una discutible norma, un error o una negligencia han trasladado un brote de covid-19 desde Madrid hasta Galicia. Cabe preguntarse si en el futuro podrán repetirse las mismas circunstancias o si son suficientes las medidas exigidas para evitar los contagios. La desconfianza no procede tanto de la evidencia del brote y de las interpretaciones confusas sobre el cumplimiento del protocolo como de la insistencia de los implicados en despejar responsabilidades. No es el mejor procedimiento para hacer creíble una Liga sin contagios y con todas las garantías para los jugadores.

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