Mujeres contra la anexión y en favor de la paz
Llamamiento femenino de 40 exdirigentes mundiales, premios Nobel y activistas de derechos humanos contra la extensión de la soberanía israelí sobre territorio palestino
Ahora que conmemoramos el 75º aniversario de la Carta de Naciones Unidas, el conflicto más largo del mundo está experimentando un giro muy peligroso con el anuncio del plan israelí de anexionarse partes extensas y cruciales de territorio palestino basándose en el plan de Trump para Oriente Próximo, que contradice los parámetros de paz establecidos en los acuerdos internacionales y el derecho internacional. La medida anularía medio siglo de esfuerzos para lograr la paz en la región y la visión de que existan dos Estados, Israel y Palestina, que coexistan en paz y seguridad con arreglo a las fronteras anteriores a 1967, y tendría consecuencias trascendentales.
En este contexto, y coincidiendo con el 20º aniversario de la aprobación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre Mujeres, Paz y Seguridad, las mujeres israelíes y palestinas han recordado al mundo por qué es tan importante oír y prestar atención a las mujeres en situaciones de conflicto. Hemos recibido llamamientos urgentes contra la anexión por parte de mujeres palestinas e israelíes. Sus enérgicas demandas, si bien son independientes y distintas, tienen en común el sentido de humanidad y el rechazo al sometimiento y la discriminación, la opresión y la violencia.
Ambos llamamientos se remiten al derecho internacional y a la trascendental resolución 1325, que exigen la protección de la población civil, especialmente de las mujeres y las niñas, y recuerda la importancia de que las mujeres se hagan oír y participen de forma sustancial en la resolución del conflicto y las negociaciones de paz, para garantizar una paz duradera y construir un futuro justo y esperanzador para ambos pueblos, basado en el respeto al derecho internacional y la responsabilidad.
Sus voces resuenan con fuerza al subrayar que la anexión es una amenaza existencial contra los palestinos, los israelíes, la estabilidad regional y un orden mundial ya frágil. No debemos ignorarlas cuando piden nuestro “apoyo y compromiso en un esfuerzo de colaboración mundial para salvar la perspectiva de una resolución justa, equitativa y duradera del conflicto”, por el bien de las generaciones actuales y futuras. Ellas nos recuerdan que contamos con “el poder de nuestra voluntad colectiva para enfrentarnos a la agresión, la coacción y la violencia y acabar con la impunidad y la injusticia, para que la libertad y la paz puedan prevalecer”.
La anexión constituye una violación de las leyes internacionales, la Carta de Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU. Infringe la norma internacional fundamental que prohíbe apoderarse de territorios por la fuerza y tiene el objetivo de perpetuar el sistema israelí de asentamientos ilegales y afianzar la ocupación, en lugar de ponerle fin. Pondrá en serio peligro las posibilidades de paz, seguridad y estabilidad en la región, con graves repercusiones contra los pueblos palestino e israelí, pero también para Jordania y la región en general. Fragmentará las tierras palestinas y consagrará los enclaves palestinos bajo control militar permanente de Israel.
Están en juego la dignidad y los derechos del pueblo palestino, la capacidad de Israel de formar parte integral y aceptada de la región, la paz regional, la seguridad y la prosperidad y el orden legal internacional. No podemos permanecer en silencio ante la anexión; es más necesario que nunca un firme compromiso internacional, que incluya medidas eficaces para impedir acciones unilaterales ilegales y alcanzar una paz justa y duradera.
Apoyamos el llamamiento de las mujeres palestinas e israelíes contra la anexión unilateral y respaldamos sus esfuerzos para prevenir unas consecuencias que serían desastrosas. El plan es resultado de decisiones tomadas casi en su totalidad por hombres, sin ninguna referencia a los diversos puntos de vista de las mujeres. La humanidad y la determinación de esas valientes mujeres que tanto han sufrido por el conflicto y, aun así, se niegan a que el odio las ciegue, debe servirnos de guía. Sus palabras hablan del futuro que la región necesita y merece. Nuestras acciones deben ayudar a que esa visión se imponga.
Firman esta declaración: Mary Robinson, antigua Comisionada de Derechos Humanos de la ONU y expresidenta de Irlanda; Graça Machel, cofundadora de The Elders con Nelson Mandela, defensora internacional de los derechos de las mujeres y los niños, luchadora por la libertad, primera ministra de Educación de Mozambique; Shirin Ebadi, Premio Nobel de la Paz; Micheline Calmy-Rey, expresidenta de Suiza; Tarja Halonen, expresidenta de Finlandia; Roza Otunbayeva, expresidenta de Kirguistán; Ellen Johnson Sirleaf, Premio Nobel y expresidenta de Liberia; Gro Harlem Brundtland, antigua Directora General de la Organización Mundial de la Salud y ex primera ministra de Noruega; Helen Clark, antigua administradora del PNUD, ex primera ministra de Nueva Zelanda; Jóhanna Sigurðardóttir, ex primera ministra de Islandia; Isabel Saint Malo de Alvarado, exvicepresidenta de Panamá; Lena Hjelm-Wallen, ex viceprimera ministra y ministra de Asuntos Exteriores de Suecia; Margot Wallström, ex viceprimera ministra y ministra de Asuntos Exteriores de Suecia; Benita Ferrero-Waldner, excomisaria europea de Relaciones Exteriores y exministra de Exteriores de Austria; Susana Malcorra, exministra de Asuntos Exteriores de Argentina; Asha Rose Migiro, ex vicesecretaria general de Naciones Unidas y exministra de Asuntos Exteriores de Tanzania; Barbara Hogan, antigua presa política y exministra de Sanidad de Sudáfrica; Patricia B. Licuanan, expresidenta de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer y exministra de Educación Superior de Filipinas; Sima Samar, exministra de la Mujer de Afganistán; Christiane Taubira, exministra de Justicia de Francia; Melanne Verveer, exembajadora para Asuntos Mundiales de la Mujer de Estados Unidos; Luisa Morgantini, exvicepresidenta y expresidenta del Comité de Desarrollo del Parlamento Europeo (Italia); Claudia Roth, vicepresidenta del Parlamento alemán y antigua comisaria de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria del Gobierno federal de Alemania; Mairead Maguire, Premio Nobel de la Paz; Jody Williams, Premio Nobel de la Paz; Rebecca Johnson, cofundadora y primera presidenta de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), galardonada con el Premio Nobel de la Paz; Karen AbuZayd, ex vicesecretaria general de la ONU y ex Comisionada General de UNRWA; Radhika Coomaraswamy, ex vicesecretaria general y Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados; Noeleen Heyzer, antigua Directora Ejecutiva del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM; ex vicesecretaria general de la ONU y Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico; Navi Pillay, antigua Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU; Joanne Sandler, ex Subdirectora Ejecutiva del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM; Fatiha Serour, antigua Vicerrepresentante Especial del Secretario General de la ONU y miembro del Grupo Africano de Justicia y Responsabilidad: Farida Shaheed, antigua Relatora Especial de la ONU sobre los Derechos Culturales; Mary Kerry Kennedy, Presidenta de la Organización Robert F. Kennedy de Derechos Humanos, Estados Unidos; Charlotte Bunch, Catedrática Distinguida y Directora Fundadora del Centro para el Liderazgo Global de Mujeres, Rutgers University, galardonada con el Premio Eleanor Roosevelt de Derechos Humanos, Estados Unidos; Anne Marie Goetz, antigua Asesora Principal sobre Gobernanza, Paz y Seguridad del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer, Profesora del Centro de Asuntos Globales de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos; Anne-Marie Slaughter, exdirectora de estrategia del Departamento de Estado estadounidense, galardonada con el Premio a los Servicios Distinguidos del Secretario de Estado, Catedrática Emérita en la Cátedra Bert G. Kerstetter ’66 de Política y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton, Estados Unidos; Nayereh Tohidi, Catedrática, expresidenta del Departamento de Estudios de Género y sobre la Mujer y Directora fundadora de Estudios sobre Oriente Medio y el Islam, Universidad pública de California, Estados Unidos.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia
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