La educación como arma
Empecé a dar clase cuando tenía 23 años. Acababa de salir de la facultad, y puedo decir que he disfrutado mucho en mi trabajo. Ya no, ahora se ha convertido en una profesión plagada de burocracia y acerca de la cual todo el mundo opina. Ahora que se plantea una nueva reforma (la quinta, la sexta, ya he perdido la cuenta) lanzo una petición a los políticos: por favor, dejen de utilizar la educación como arma arrojadiza y lleguen a un consenso que nos permita a quienes nos dedicamos a ella trabajar en lo que verdaderamente importa, ayudar a quienes enseñamos.
José Ignacio Valcuende. Cistierna (León)
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