México se enfrenta a un futuro de obesidad y diabetes: el 56% de la niñez sufrirá sobrepeso en 2035
Uno de cada cuatro niños vive con obesidad, una epidemia que le cuesta al Estado 650.000 millones de pesos anuales. “Solo dos de cada 10 escuelas tienen acceso a algún tipo de alimento saludable, incluyendo agua”, advierten los expertos


El Gobierno de Claudia Sheinbaum intenta desactivar una bomba que podría tener consecuencias desastrosas para el futuro de México. El 35% de la niñez sufre sobrepeso, es decir, que uno de cada cuatro niños ya vive con obesidad y los expertos proyectan un aumento de hasta el 56% para 2035. Se trata de una epidemia que le cuesta al Estado 650.000 millones de pesos anuales. “Uno de cada dos niños van a desarrollar diabetes en la adultez”, ha alertado Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi escuela saludable, que impulsa El Poder del Consumidor, organización que pone el ojo en el consumo de alimentos ultraprocesados en el sistema educativo. Sheinbaum ha puesto sus esfuerzos en la prohibición de la venta de comida chatarra en los colegios para evitar un país diabético y obeso.
Bahena es tajante: el problema más grave de salud pública que tiene México es el sobrepeso y la obesidad infantil. La experta afirma que los niños que hoy sufren estos problemas de salud tendrán cuatro años menos de esperanza de vida en comparación con sus padres y un país con adultos con sobre peso pueden desarrollar enfermedades crónicas que podrán en graves apuros al sistema sanitario. “La carga económica que supone para estos países de no intervenir en la prevención y reducción del sobrepeso y la obesidad infantil es de hasta 1,8 trillones de dólares en el caso de México”, advierte Cristina Álvares, especialista internacional en nutrición en UNICEF.
Álvares y Bahena participaron este miércoles en una conferencia en Ciudad de México para analizar la reciente medida tomada por el Gobierno de Sheinbaum para prohibir la venta de alimentos chatarra en las escuelas del país, una decisión que entrará en vigencia a finales de marzo y que ambas expertas aplauden. La presidenta anunció el 12 de marzo, además, una jornada nacional de revisión de 12 millones de escolares a los que se pesará y medirá en más de 90.000 escuelas, un programa que pretende atajar los altos índices de obesidad que afectan a la infancia y prevenir la diabetes. El impulso de las autoridades está en la educación, porque es en la escuela donde los niños pasan la mayor parte del día y donde se alimentan, hasta ahora, de forma casi suicida: el consumo promedio al interior de las escuelas es de más de 500 calorías. “Viene a ser cerca de una tercera parte de su requerimiento diario, cuando esto está totalmente fuera del desayuno, la comida y la cena, es decir, son calorías de más que pueden significar varios kilos de peso en cada ciclo escolar”, afirma Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor.
Son cifras alarmantes que el Ejecutivo se toma en serio, aunque debe luchar contra el poder de las empresas que procesan comida chatarra y bebidas con altos niveles de azúcar, muy adictivas. Hasta ahora ha sido normal ver en las escuelas mexicanas a niños comiendo papas fritas, dulces de todo tipo, chucherías grasosas con alto nivel de calorías y sodio y refrescos como Coca Cola. “Solo dos de cada 10 escuelas tienen acceso a algún tipo de alimento saludable, incluyendo agua. Eso quiere decir que los niños, la mayoría de ellos, cuando quieren consumir algún alimento al interior de la escuela, lo hará con productos ultraprocesados”, advierte Bahena. Un informe de la organización con la que ella trabaja analizó 14.000 reportes sobre alimentación de 10.000 escuelas de educación básica y los resultados son abrumadores: el 98% de las escuelas venden cualquier tipo de producto ultraprocesado todos los días de la semana, el 95% vende bebidas azucaradas y el 79% refrescos.
Eso es justamente lo que pretende evitar el programa Alimentación saludable que promueve el Gobierno. No solo se prohíbe la venta de estos productos que son una amenaza para la salud, sino que se acompaña con una campaña de educación que incluye propuestas de comidas sanas. En el sitio web del programa se ha creado un mapa interactivo de México, que incluye recetas de comida por Estado. Un ejemplo es el omelete de acelga con papa de Coahuila, la machaca de pescado de Baja California, las tostadas de nopales de Chihuahua, la ensalada de lentejas de Querétaro o el amarillo de pollo con verduras de Oaxaca. Son recetas muy fáciles, con ingredientes frescos y a un costo razonable.
Tema aparte es el de los refrescos. En México puede ser más fácil y barato hallar una Coca Cola que una botella de agua en lugares remotos del país. Y aunque Coca Cola anunció que dejará de comercializar sus productos en escuelas de educación básica, los expertos desconfían de las intenciones de la compañía. “Lo que dice es que no va a promover sus productos con sellos y leyendas dentro de las escuelas, pero esto es un falso compromiso, principalmente porque estamos frente a un doble estándar, porque cabe destacar que los que han metido más amparos contra el programa gubernamental ha sido Coca Cola a través de sus clientes”, ha informado Bahena. Su organización ha registrado hasta ahora 16 amparos de las industrias alimentarias, pero también de escuelas, principalmente privadas. Y esperan que estos aumenten una vez que la medida entre en vigencia. Es por eso que Bahena lanza una advertencia: “Lo más importante es evitar cualquier acuerdo con la industria alimentaria que promueva sus productos de forma directa o indirecta en todos los niveles educativos”.
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