México recupera más de 900 piezas arqueológicas procedentes de Estados Unidos

Una escultura, de 12 centímetros de largo por ocho de ancho, de un hombre moldeado en barro sentado con las piernas cruzadas como en birmana (pero más abiertas) que data de entre el 900 y 400 a.C. es una de las 915 piezas arqueológicas que ha recuperado México desde Estados Unidos. Los bienes arqueológicos provienen de distintas regiones mesoamericanas como el occidente mexicano, el Bajío, la costa del golfo, el altiplano central, la zona de Oaxaca y el área maya. Abarcan un arco temporal de tres milenios, desde el periodo Formativo, que data del 1500 a.C., al Posclásico Tardío, que termina en las primeras décadas del siglo XVI.

La devolución del patrimonio se efectuó gracias a la embajada de México en Washington, y de los consulados generales en Los Ángeles y Nueva York, en colaboración con ciudadanos e instituciones comprometidas con la causa, como la Universidad Colgate, ubicada en Hamilton, Nueva York. Así lo detalló la directora para la Restitución del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), María José Buerba, a través de un boletín publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Alejandro Bautista Valdespino, subdirector de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles del INAH, explicó que el instituto realizó dictámenes mediante imágenes e inspecciones físicas que confirmaron la autenticidad de los objetos.

La pequeña figura olmeca, más corta que un iPhone 15, destaca por su antigüedad y estado de conservación. Aún cuenta con restos de pigmento rojo y enlucido blanco, una capa de recubrimiento que se utiliza con más frecuencia en murales, absorbe el agua de la pintura y permite que se fije permanentemente. La escultura fue entregada de manera voluntaria al Consulado General de México en Los Ángeles, California.

La mano izquierda de la figurilla reposa sobra la rodilla, la otra se apoya en el piso, por detrás del muslo derecho. Destaca en él una deformación craneal y rasgos típicos de la cultura Olmeca. Tiene puesto un taparrabo, la única prenda que lo adorna. Fue elaborada en los territorios que hoy ocupan los Estados de Puebla y Morelos, según el INAH.

Bautista afirmó que la pieza es un ejemplo de los cánones del estilo olmeca, una civilización que en su origen ocupó las tierras de lo que hoy son Veracruz y Tabasco, y se extendieron hacia el altiplano central e, incluso, alcanzaron las costas del océano Pacífico, según se lee.

De entre los 915 bienes también sobresalen un yugo de estilo olmeca elaborado entre el 1000 y 400 a.C., en roca metamórfica mediante la técnica de desgaste por absorción, y una máscara elaborada en la región del occidente de México durante el 100 y 600 d.C.

Entre el acervo restituido se encuentran ollas, vasijas, vasos, cajetes, platos y botellones. Figurillas antropomorfas y zoomorfas en cerámica y roca de orígenes maya, teotihuacano y tolteca, de los estilos chupícuaro del Bajío, capacha y de la tradición tumbas de tiro de occidente, y remojadas de la costa del golfo. Todas las piezas se encuentran bajo el resguardo del INAH para su análisis, registro, conservación y difusión.