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Per Anderson, el artista sueco que impulsó la litografía tradicional en México

El creador nórdico ha trabajado desde hace 50 años en Veracruz, donde ha organizado una comunidad de artistas que conservan las formas antiguas de producción litográfica

Per Anderson en Salón Acme, el pasado 8 de febrero en Ciudad de México.
Per Anderson en Salón Acme, el pasado 8 de febrero en Ciudad de México.Nayeli Cruz
Carlos S. Maldonado

El artista sueco Per Anderson (Malmö, 1946) llegó a Veracruz con una misión: enseñar litografía. Lo había invitado en 1974 el fotógrafo Carlos Jurado, uno de los fundadores de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, pero pronto entendió que el proyecto era casi imposible. México no contaba con las piedras litográficas, la maquinaria, el papel ni la tinta especiales que requiere esta actividad artística. Anderson debería empezar todo de cero. “Comienza un largo viaje, una larga búsqueda de opciones. Tomaron varios años en configurarse una perspectiva clara para finalmente declarar litografía a la mexicana”, cuenta el artista de ojos azul cielo, de voz pausada, dulce, en un español perfecto.

Anderson estuvo el pasado fin de semana en Ciudad de México para participar en las exposiciones de Salón Acme, una de las iniciativas artísticas que reúne a decenas de creadores en el contexto de la semana del arte. Veracruz fue el invitado este año del salón, una plataforma creada para dar visibilidad a nuevos artistas. La exposición del Estado, curada por el escritor Rafael Toriz, fue titulada Contornos de una barca alucinada, en honor a una pieza de Anderson, una imagen litográfica de la geografía de Veracruz, imaginada desde un globo aerostático. “Escribir el nombre de Per Anderson emplaza no solo un referente central para las artes plásticas a lo largo de más de cinco décadas en México, si no señala también, a la manera de sortilegio, que uno ha llegado, sin retorno posible, a un territorio encantado”, ha dicho Toriz del creador nórdico.

Ese territorio encantado pronto cautivó a Anderson, que pondría todo su empeño en sacar adelante la empresa que se le había encomendado. Como ya dijimos, no fue tarea fácil. A pesar de que México despegaba como un país moderno e industrial, aún había mucho atraso en ciertos aspectos de la educación universitaria, principalmente en los Estados, alejados del centralismo de la capital. La piedra tradicional litográfica para desarrollar sus cursos debía ser traída desde la caliza de Solnhofen, en Alemania, donde durante 200 años se ha extraído y enviado a medio mundo para hacer litografía. Aquello para la época era carísimo. Además, las tacas litográficas tenían que ser importadas de Estados Unidos, las tintas especiales desde París o Chicago, así como el papel, también importado de Europa. Anderson, sin embargo, no se achicopaló, como se dice en México. No se dejó abatir por estas dificultades.

Una litografía con detalles de la orografía del Estado de Veracruz, del cual provienen las piedras litográficas utilizadas en La Ceiba Gráfica.
Una litografía con detalles de la orografía del Estado de Veracruz, del cual provienen las piedras litográficas utilizadas en La Ceiba Gráfica.Nayeli Cruz

El sueco se puso manos a la obra. Tal vez el impulso lo dio la tradición escandinava, cuyos habitantes deben luchar permanentemente contra los elementos, o el pasado de su familia, madre de San Petersburgo y padre de Estonia, que huyeron a Suecia durante la Segunda Guerra Mundial y comenzaron una nueva vida. El hecho es que Anderson tomó la iniciativa y se puso a investigar. Pronto supo que el mármol mexicano, compuesto de carbonato de calcio igual que la piedra litográfica traída de Alemania, podría ser útil para su empresa. Con su equipo también comenzó a diseñar y construir sus propias prensas, aprendieron a hacer los rodillos de cuero —”que no es cosa fácil, porque tienes que efectuar una costura prácticamente invisible sin que se marquen líneas en las impresiones”, explica—, fabricaron también la tinta litográfica, otro gran embrollo, porque se trata casi de alquimia, de utilizar líquidos muy volátiles, y en dos ocasiones hubo incendios en el laboratorio. Quedaba el obstáculo del papel. “Dedicarse a hacer papel fue también una tarea muy complicada, puesto que en México no hubo antecedentes de lo que en Europa y en Estados Unidos eran los molinos de papel, donde se hacía a mano. De hecho, la corona española prohibió determinantemente el establecimiento de molinos de papel en todas las colonias, en toda América. Entonces, recuperar estas técnicas nos tomó tiempo y el trabajo dio lugar a una tecnología propia”, explica el artista.

No es que Anderson haya traído la litografía a México. Esta forma artística llegó al país en 1826, introducida por el pintor y litógrafo italiano Claudio Linati, pupilo del pintor francés Jacques-Louis David. Linati estableció la primera prensa litográfica en el país. “Pero tan pronto como la tecnología de la litografía sobre piedra fue deshecha como una opción real y es convertida en offset, se pierde muy pronto su huella, no solo en México, sino en el mundo entero”, dice Anderson. Él tenía que enseñarles a sus alumnos la vieja técnica, además del dibujo, por eso creó todo un proyecto litográfico desde cero. “Conservar la técnica de litografía sobre piedra es un menester exclusivo de la comunidad artística”, asegura.

Anderson ha formado a lo largo de cinco décadas a varias generaciones de artistas, muchos de ellos han expuesto en las principales galerías de México y en el extranjero y, aunque eso lo llena de orgullo, lo que siente como su mayor logro es el centro cultural La ceiba gráfica, localizado en una vieja hacienda de Coatepec, Veracruz. El maestro ya no podría contener tanta creación en su taller de la Facultad de Artes Plásticas y sentía que el Estado necesitaba albergar a tantos artistas que llegaban de otras partes del país atraídos por la magia que había creado el sueco. El Gobierno del Estado le dio hace 20 años en préstamo la vieja hacienda y él su equipo trabajaron en restaurarla y convertirla en una comunidad de artistas. “La desarrollamos bajo el principio de poder sostenerla con recursos propios, lo cual es muy inusual dentro del concierto cultural en México. Desde el primer momento supimos que si no lográbamos sostenerla con recursos propios, cada sexenio nos iba a quitar todo el presupuesto y arriesgar toda la actividad”, reconoce Anderson.

Anderson sostiene una publicación acerca de su obra y legado durante su entrevista con este diario.
Anderson sostiene una publicación acerca de su obra y legado durante su entrevista con este diario.Nayeli Cruz

En este taller él y sus pupilos comenzaron a producir toda la tecnología que necesitaban: las prensas litográficas, habilitar piedras, fabricar tintas, los rodillos, producir el papel. “Todo tiene que estar muy bien manejado. Ahora estamos bien agrupados como artistas para hacer que no vayamos a caernos en bancarrota. El proyecto de La ceiba gráfica está constituido por residencias, cursos, venta de obra que se produce allí y venta de equipo y materiales que fabricamos”, comenta el artista con orgullo. Nada mal para aquel artista sueco que hace más de 50 años aterrizó en el país con una empresa que parecía imposible.

Anderson muestra con orgullo su obra, todas las preciosas imágenes creadas en su taller, habla con alegría de sus alumnos y en un momento de la conversación saca su móvil y enseña un video que le envío la escritora española Irene Vallejo, autora del superventas El infinito en un junco, quien le expresa su deseo de viajar a Veracruz y conocer la comunidad mágica creada por él. “Me da mucha felicidad de que hemos logrado algo hermoso, ver que funciona. Lo que me ha sostenido es el cariño hacia el Estado de Veracruz, escenario donde yo me he visto en profundidad”, dice el artista de ojos azul cielo, de voz pausada, dulce, en un español perfecto.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.
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