Incapaz de mentir y con todos los males de la casta política mexicana: el cóctel de humor de ‘El candidato honesto’

Un servidor público que plagió su tesis. Otro que pregona ser swiftie y, si pudiera, gastaría fondos públicos para hacer un megaconcierto en el Zócalo. Prácticas de financiación ilegal y acusaciones de desvío de fondos para hacer campaña política. Un partido pseudoecologista que poco responde por las causas medioambientales. Un aspirante presidencial risueño, sin propuesta, que sube en las intenciones de voto por la viralidad de su jingle electoral. Todas y cada una de estas descripciones se adhieren a un ecosistema complicado de descifrar conocido como la política mexicana, ya sea durante la gestión pública sexenal o campaña electoral. Parece chiste, pero es anécdota.

Todo lo mencionado anteriormente puede generar indignación y tras la que quizá fue la campaña electoral más larga, caliente, violenta e histórica —por la elección de la primera mujer presidenta de la República— que se recuerde en México, el productor Gerardo Morán vio una oportunidad para transformar el cansancio y convertirlo en risas. Así se presenta El candidato honesto, en salas desde este 8 de agosto, un cóctel de humor que combina los ingredientes de un candidato incapaz de mentir junto a todos los males de la casta política mexicana.

La sinopsis de la película presenta a Tona, interpretado por Adrián Uribe, que alguna vez fue un líder con ideales, pero con el tiempo se convirtió en un político corrupto. Ahora que es candidato a la presidencia y está a un paso de ganar las elecciones, sufre el hechizo de su abuela que le impide hacer nada deshonesto. ¿Cómo podrá ganar las elecciones si no puede decir mentiras? ¿Cuál será su futuro como político si está obligado a decir siempre la verdad?

El proyecto, dirigido por Luis Felipe Ybarra y coescrito por Charlie Barrientos, Paolo Cursino y Emiliano de la Rosa, es uno que Morán estuvo persiguiendo desde antes de la pandemia. El candidato honesto es una adaptación de la película brasileña de O candidato honesto, estrenada en 2014, que tiene más o menos la misma premisa. La versión mexicana será la tercera que toma este material de origen como inspiración, ya que también existe una adaptación en Corea del Sur. “Los políticos son iguales en todo el mundo”, afirma el productor.

La película también apela al efecto o recurso ya utilizado en la película Mentiroso Mentiroso (1997), en la que Jim Carrey interpretaba a un abogado incapacitado de decir mentiras por 24 horas debido al deseo de cumpleaños de su hijo.

“Fue muy divertido aterrizar las ideas de O candidato honesto a un contexto mexicano. Los mismos candidatos nos lo dieron. No es una película que sea esta clásica crítica dura, como hemos visto en el trabajo de mi buen amigo Luis Estrada, que va para ese lado. Nosotros hablamos de toda la casta política. No es sobre ningún partido, ningún candidato, ni ningún político en específico. Hablamos de todos, de presidentes pasados, de todo lo que ha pasado”, cuenta Morán.

En sus primeras imágenes y avances, Uribe guarda una imagen que recuerda al expresidente Enrique Peña Nieto e incluso se deja ver un guiño a su recordado intento fallido de hacer un corazón con sus manos durante el tradicional Grito de Independencia en el balcón de Palacio Nacional en 2018.

“De repente parece la referencia por el copetón que trae Adrián, pero es un simple guiño. Vamos a encontrar a Fox, a Calderón, a las mismas candidatas [Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez], a Máynez, López Portillo, Echeverría. Vamos a ver este reflejo de México, los vamos a ver reflejados por algunos chistes y comentarios que hace Tona. Adrián se aventó las tomas de posesión para poder copiar y crear un personaje nuevo que la gente lo va a querer muchísimo”, precisa el productor.

“Quisiera el apoyo de Sheinbaum para los cineastas”

Morán cree que la sociedad mexicana ha quedado “cansada”, “saturada” y “harta” tras largos meses en los que solo se hablaba de política. Por este motivo vio una oportunidad para “burlarse” y divertirse con el tema. El productor, con 24 películas bajo el brazo —entre las que se incluye Los adioses, de Natalia Beristain—, considera que al público en México, ante una polarización latente de la sociedad, le gusta reírse o le parece cómico cómo la lucha de clases se ve reflejada, especialmente en las comedias. Pone como referencia a Nosotros los nobles (2013) o como retrata también ese tema El candidato honesto, pero ve que en los últimos años ha habido también cabida para el drama.

Un ejemplo de esta afirmación es el caso de Radical, el drama sobre el maestro Sergio Juárez interpretado por Eugenio Derbez, que tuvo un rendimiento óptimo en taquilla. Fue la película mexicana más taquillera de 2023 con más de 200 millones de pesos recaudados y con una asistencia promedio de más de 3 millones de personas, convirtiéndose así en la sexta película más taquillera de la historia del cine nacional, según datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica.

“En México producimos poco drama. Los productores mexicanos nos tenemos que arriesgar más. Qué bueno que hacemos comedias y yo quiero seguir haciéndolas porque también me gusta ir al cine a divertirme, pero creo que también tenemos que hacer otro tipo de películas porque al público mexicano sí les gusta reflexionar, lo acabo de comprobar con Confesiones [una película de suspenso dirigida por Carlos Carrera], le fue muy bien en las salas de cine”, explica Morán y complementa: “El boca a boca también funciona muchísimo. Creo que el público se llevó una sorpresa muy grande al ver que Eugenio no estaba haciendo esta típica comedia que ha hecho siempre, que lo caracteriza y que es muy bueno haciéndola. Es muy importante también ver a los actores fuera de su zona de confort”.

Sobre el tema de la gestión cultural e impulso al cine mexicano, Morán espera que en este nuevo sexenio, a la cabeza de Claudia Sheinbaum, se puedan recuperar los fideicomisos que fueron retirados, “sobre todo para el cine de autor y óperas primas”, así como el apoyo a la presencia de realizadores en festivales importantes internacionales, tales como el de Cannes o Venecia, donde México, un país que solo en 2023 produjo más de 200 filmes, no ha tenido presencia internacional con apoyo estatal en las vitrinas importantes cinematográficas, según el productor.

“Es la carta de presentación de México al mundo. Este sexenio [el de López Obrador] vio la promoción del cine nacional como un dinero a fondo perdido. Esperaría que con esta nueva Administración pudieran regresar los fideicomisos, el estímulo fiscal creciera, que nuestro cine salga y creemos nuevas oportunidades para talentos emergentes. Tanto las minorías, el indigenismo, las mujeres y también el cine comercial tiene que ser apoyado. Quisiera el apoyo de Claudia Sheinbaum para los cineastas porque también generamos divisas, empleos y cultura en el país”, finaliza el productor.

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