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El Gobierno ratifica a José Antonio Romero Tellaeche como director del CIDE pese al rechazo del alumnado

La comunidad estudiantil ha decidido irse a paro y se planta afuera de la sede de Ciudad de México en señal de protesta

La protesta de los estudiantes afuera de la sede del CIDE, en Ciudad de México. este lunes.
La protesta de los estudiantes afuera de la sede del CIDE, en Ciudad de México. este lunes.Daniel Augusto/Cuartoscuro
Elías Camhaji

José Antonio Romero Tellaeche ha sido ratificado este lunes como director general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Después de cuatro meses de conflictos internos, destituciones polémicas y protestas estudiantiles, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el órgano gubernamental a cargo de seleccionar al nuevo titular, ha decidido no dar marcha atrás y ha confirmado a Romero Tellaeche, al frente como interino desde agosto pasado. Los alumnos se han plantado también y han comenzado un paro bajo la consiga “Fuera Romero” afuera de la sede de la institución de Ciudad de México. Algunos han entrado para continuar con la protesta y conseguir la suspensión de actividades.

El conflicto en el CIDE, uno de los centros académicos más reconocidos de América Latina, ha escalado y llegó hasta la tribuna presidencial de la conferencia mañanera. Andrés Manuel López Obrador ha defendido este lunes que la institución “se derechizó” y que fue cómplice del “neoliberalismo”. “No estuvieron a la altura de las circunstancias frente al mayor saqueo que se ha cometido en la historia de México”, ha acusado el mandatario. López Obrador también ha hecho críticas contra los académicos, a quienes tildó de “conservadores” y “acomodaticios”. “Ojalá se renueven estas instituciones”, ha comentado, en el posicionamiento más directo que ha hecho sobre el conflicto en el centro de investigación.

Tras anunciar la semana pasada la convocatoria a paro, los estudiantes denuncian este lunes que la sede del CIDE en la capital está cerrada y que se les ha impedido el acceso, lo que ha elevado la tensión. En las primeras horas de la mañana los alumnos permanecían afuera de la entrada principal, algunos sentados en el suelo y otros con letreros y pancartas contra el director interino. Se trata de un día clave porque se designaba al director permanente, tras semanas de choques internos. “Prefirió cerrar que escuchar y dialogar”, ha sido una de las consignas del alumnado. El anuncio de la designación fue transmitido en directo a través de YouTube. “El doctor Romero Tellaeche goza de un prestigio incuestionable”, ha señalado la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, quien ha agregado que había sido elegido “por unanimidad”. La funcionaria ha prometido también eliminar el pago de inscripción y colegiaturas.

“Agradezco mucho su confianza y haré lo posible para cumplir con las expectativas”, ha señalado Romero Tellaeche. Profesores han reclamado que el nombramiento no está apegado a la ley porque no se ha formalizado ante el Consejo Directivo, integrado por la dirección del Conacyt, las carteras de Educación, Hacienda, Energía y Economía, representantes del Banco de México, de El Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica, el Instituto Nacional Electoral y el Centro de Investigación en Matemáticas, así como cuatro consejeros externos designados por el Conacyt. Los académicos han argumentado que no hay un acta que consigne que la votación haya sido unánime ni que formalice la decisión.

Romero Tellaeche, un economista con experiencia en el sector público y El Colegio de México, llegó con la consigna de hacer un viraje en el CIDE. Los argumentos son los mismos que los del presidente: asegura que el CIDE es una institución “neoliberal” y que eso le ha restado importancia en el debate de los problemas del país y en la formación que ofrece a sus estudiantes. “Este nuevo paradigma de gobierno demanda una transformación de la administración pública y sus instituciones”, se lee en su programa de trabajo. La comunidad del centro defiende, en cambio, que es una institución plural y que hay una estrategia “para asfixiar” al centro. También denuncian arbitrariedades durante el interinato y lo que ellos ven como una imposición gubernamental, sin respetar el derecho de participación de los interesados.

Tras destituciones por “rebeldía” y “pérdida de confianza” de investigadores en puestos administrativos clave; pugnas por las condiciones laborales y por la falta de recursos para apoyar investigaciones, y diálogos fracasados entre la dirección y los alumnos, el CIDE es el último frente de un conflicto más amplio. En juego está el rumbo y el control de la academia en tiempos de la llamada Cuarta Transformación, el proyecto político de López Obrador. El tema de fondo es que la institución no es un órgano autónomo del Gobierno y el proceso de selección del director depende del Conacyt. Solo hubo dos candidatos formales al puesto: Romero Tellaeche y Vidal Llerenas, exalcalde y miembro de Morena, el partido en el Gobierno. El grueso de los estudiantes y profesores exigen que se reponga el proceso, incluso, presentando amparos judiciales por medio.

“Al interior del CIDE existen grupos de interés que se oponen al cambio y transformación de la institución, no obstante, confiamos en la fortaleza del Centro y las convicciones profundamente democráticas de su comunidad a favor de la pluralidad, la tolerancia y el respeto a la legalidad”, señaló el Conacyt en un comunicado publicado el domingo. Romero Tellaeche dijo que los alumnos han sido “manipulados” por sus profesores y dijo que estaba siendo blanco de una “campaña de desprestigio” en los medios de comunicación. Los estudiantes denunciaron este fin de semana que el director interino ingresó al centro con una escolta armada. “Nuestra manifestación es pacífica y por voluntad propia”, respondieron. La dirección ha manifestado que la seguridad y la integridad de los estudiantes está garantizada.

Lejos de terminar el conflicto, la ratificación de Romero Tellaeche se perfila como un nuevo punto muerto entre ambas partes, un impasse en una relación rota desde hace semanas. La dirección y el Concacyt lamentan ser atacados por “grupos de interés”. Los profesores denuncian ataques a la libertad de cátedra y condiciones de trabajo que pueden derivar en el desmantelamiento del CIDE. “Seguirá llamándose CIDE, pero será otra cosa”, resumía uno de los investigadores. Los alumnos temen caer en un limbo, en el que están en riesgo años invertidos en su formación universitaria y de posgrado. El control del prestigiado centro de investigación, con menos de medio millar de estudiantes, sigue teniendo en vilo a miles de personas en todo el país por las implicaciones que puede tener para la ciencia, la academia y las instituciones de educación superior en el país.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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