_
_
_
_

Forenses argentinos proponen el uso de nuevas tecnologías en la búsqueda de desaparecidos en México

Herramientas como drones o imágenes satelitales pueden ser empleadas para localizar fosas clandestinas en un país donde los servicios forenses se ven rebasados y hay más de 70.000 desaparecidos

Carlos S. Maldonado
Familiares de desaparecidos hacen una búsqueda por cuenta propia en el Estado de Sinaloa.
Familiares de desaparecidos hacen una búsqueda por cuenta propia en el Estado de Sinaloa.Hector Guerrero

Con 73.218 personas desaparecidas hasta julio de 2020, los servicios forenses de México se ven sobrepasados por la crisis de violencia que sufre el país, lo que ha llevado a familiares de los desaparecidos a organizarse para buscar, palas en mano, fosas clandestinas donde pueden estar sus seres queridos. La crisis es tal que las autoridades mexicanas han admitido que hasta el verano pasado solo habían localizado 1.682 cuerpos en fosas clandestinas, pero apenas pudieron identificar el 42%. Eso es por lo que el prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) ha presentado una serie de nuevas tecnologías para mejorar la búsqueda de desaparecidos y aliviar los esfuerzos de familiares desesperados ante las carencias del Estado.

Estas tecnologías incluyen el uso de drones, geolocalización, imágenes satelitales, georradares, resistividad, multiespectrometría (que permite detectar vegetación y minerales), todas herramientas que permiten reunir información a diversas distancias y que han sido usadas en otros campos como la investigación espacial, el clima, la arqueología y la agronomía, explican desde el EAAF. “Las zonas de búsquedas siguen siendo tremendamente problemáticas porque el crimen organizado sigue funcionando allí, por lo que estas herramientas permiten más seguridad. Además, ahorran tiempo, porque en lugar de estar haciendo un montón de trincheras pueden ir directamente a la zona [donde se sospecha que pueda haber una fosa]”, explica Mercedes Doretti, directora para Norteamérica y Centroamérica del EAAF. “Pero tampoco es magia”, aclara. “Estas herramientas marcan alteraciones que pueden producirse en la superficie del terreno, en la capa del subsuelo, porque existe una fosa o por otras razones. Hay que ir al terreno, pero permite ir específicamente a los puntos marcados por una de estas tecnologías donde se presentan estos cambios que pueden corresponder a una fosa”, especifica la experta.

Para los integrantes del EAAF –que este jueves presentaron un libro sobre el tema– es importante el uso de tecnologías geoespaciales, como la conocida como LiDAR, para localizar zonas donde puede haber fosas comunes. Daniel Del Cogliano, doctor en Ingeniería de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), explica que se trata de un “escaneo láser” que realizado desde un avión permite visualizar lo que hay debajo de una zona donde hay alteraciones, aunque esta esté cubierta por follaje. “En el proceso de esa información uno puede filtrar o eliminar lo que no le interesa y quedarnos solo con el terreno. Con esa información podemos distinguir variaciones de muy pocos centímetros con mucha seguridad en el terreno, por lo que es una tecnología extraordinaria para hacer un aporte para este tipo de búsquedas”, explica Del Cogliano.

Estas tecnologías ya se han usado en México, aunque de forma limitada, principalmente en el caso de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. “Algunas fiscalías y comisiones de búsqueda del país están comenzando a incorporarlo”, dice Doretti, “pero en general aún no se ha usado de forma masiva. La idea es que todas estas herramientas empiecen a utilizarse en forma más común en México, para que la búsqueda suba a un nivel más fuerte y pueda dar más resultados y sistematización de esos resultados. Y así poder predecir por dónde poder seguir buscando”.

Las posibilidades de estas herramientas son enormes, agrega Del Cogliano. Aunque, explica, la cantidad de información que pueden entregar es superior a la que se puede procesar. “Para conseguir lo que necesitamos viene una etapa fundamental, que es la del análisis, del tratamiento de los datos”, lo que necesita, dice, de la intervención de una serie de expertos, forenses incluidos. “No se trata solamente de comprar tecnología, sino que se debe generar el seguimiento del uso de esa tecnología, entrenamiento de personal para ese uso, porque los servicios nacionales no pueden tener permanentemente un especialista en tecnología geoespacial, pero sí lo pueden consultar y por eso es importante ese contacto con las universidades locales. En México hay muchos profesionales trabajando en esa área”, explica Doretti.

El otro problema importante es que, fuera de la academia, las autoridades locales no cuentan con la capacidad para procesar la información que se obtenga con estas nuevas tecnologías. “Muchas fiscalías están completamente sobrepasadas, con un enorme rezago en el procesamiento de los restos que se van encontrando y de nada vale sacarlos si no se procesan después”, reconoce Doretti. “No es un camino simple”, agrega. “Se requiere inversión de dinero, capacitación y eso tiene que aumentarse y ser sostenido en el tiempo para que realmente produzca un impacto importante en la búsqueda de desaparecidos”.

La duda que hay en México es si existe voluntad política de las autoridades del país para implementar este tipo de herramientas tecnológicas. Las imágenes de autoridades locales entregando palas a los familiares para que ellos continúen las búsquedas es elocuente y es una muestra de las carencias del Estado. “El hecho de que haya tantas familias buscadoras muestra un vacío por parte del Estado”, dice Doretti. “En México una enorme cantidad de los casos se encuentran por los familiares, quienes después llaman a la fiscalía a que recojan la evidencia. Eso no debería ser así. El rol del Estado es tomar la delantera”, afirma.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_