México continúa la vacunación de AstraZeneca pese a que otros países han pausado su uso por el riesgo de trombosis
López-Gatell señala que los casos de coágulos entre la población vacunada son lo que se esperarían en un grupo de personas mayores y que cuando la OMS emita su informe, Europa retomará el uso del fármaco
Varios países de Europa han detenido la vacunación con las dosis de AstraZeneca tras detectar varios casos de trombosis. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, ha asegurado la mañana de este lunes que la estrategia nacional de vacunación con esta empresa sigue adelante. “No se consideran riesgos en su aplicación”, ha sentenciado el mandatario en su rueda de prensa, celebrada pocas horas antes de que España se sumara a Alemania y Francia en pausar las inmunizaciones con estos viales. El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ha reconocido que, pese a que la decisión de varios países europeos es prudente, no hay motivos para señalar a la vacuna como la causante de los coágulos. “La frecuencia de los eventos trombóticos en la población vacunada no es mayor a la que se esperaría que ocurriera de manera natural en una población mayor. No es la vacuna la que está causando estos eventos”, ha sentenciado el gestor de la pandemia mexicano.
México cuenta con un total de 870.000 dosis de AstraZeneca, la tercera reserva más grande detrás de las de Pzifer y Sinovac. La vacuna de la farmacéutica se está produciendo y envasando en México, y compone un engranaje crucial en la estrategia para combatir la crisis del coronavirus en toda América Latina. Las posibilidades de completar a buen ritmo el plan de vacunación de México disminuye semana a semana. El Gobierno ha acudido a EE UU para lograr un reparto equitativo de las vacunas producidas. Sin embargo, el mandatario estadounidense, Joe Biden, descartó compartir dosis por el momento. Con todo, López Obrador se ha mantenido optimista con la voluntad de cooperación de su vecino y López-Gatell ha confirmado que “la negociación ha sido exitosa” y que el próximo martes el canciller, Marcelo Ebrard, informará sobre cuántas vacunas ha conseguido adquirir de Washington y cuándo se distribuirán.
Por el momento, AstraZeneca se seguirá usando para completar el plan nacional de vacunación masiva que incluye a adultos mayores. Pese a la suspensión en algunos países del uso de este fármaco, López-Gatell ha asegurado que si bien la decisión es prudente hasta que se encuentre evidencia de una posible reacción adversa que provoque coágulos, no hay una causalidad directa todavía entre estos y la vacuna. “Dado todo lo que sabemos hasta ahora, se dará a conocer una postura en los próximos días que descarte la relación entre la vacuna y los eventos trombóticos, y Europa la utilizará nuevamente”, ha insistido. En los siguientes dos días, el grupo de asesoramiento estratégico de vacunación de la OMS discutirá los casos de trombosis, según el subsecretario. De las 4,4 millones de dosis aplicadas hasta ahora, solo ha habido 11.835 eventos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización (ESAVI). De ellas, 11.316 corresponden a casos tras aplicar el vial de Pzifer y 409 a AstraZeneca.
Este lunes, Soumya Swaminathan, jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha explicado que no hay evidencia para cancelar la aplicación de AstraZeneca. “Lamentablemente, la gente muere de trombosis cada día, la clave es si eso tiene algún vínculo con la vacuna”, ha detallado. De momento, la OMS no ha encontrado una relación entre la vacuna y los casos de trombosis detectados. “De hecho, las tasas en las que se producen trombosis entre los vacunados son más bajas incluso que entre la población general”, ha añadido Swaminathan, pero ha reconocido que ningún medicamento es completamente seguro. “No queremos que la gente entre en pánico y, por el momento, recomendamos que los países sigan vacunando con AstraZeneca”, ha dicho la jefa de científicos y ha recordado la necesidad de usar todos los recursos disponibles para vacunar contra una enfermedad que ha matado a millones de personas en el mundo.
Austria fue la primera en detectar casos graves de trombos en sangre tras la aplicación de AstraZeneca. Ante esta primera señal de alerta, Letonia, Estonia, Lituania, Luxemburgo e Italia acordaron detener la vacunación con esos viales hasta que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) aclare si el fármaco tiene o no efectos adversos. Una persona falleció 10 días después de recibir la vacuna y otra ingresó al hospital con embolia pulmonar, también después de que le inyectasen la inmunización de AstraZeneca. Días después Dinamarca, Noruega, Islandia e Irlanda suspendieron la administración del fármaco tras detectar más casos de coágulos en la sangre en beneficiarias del medicamento. Este lunes, España, Alemania, Francia, Italia y Países Bajos se han sumado a la lista. En total, una treintena de personas ha tenido problemas entre las cinco millones de dosis aplicadas en Europa.
México ha preferido esperar a conocer la opinión que la OMS se pronuncie al respecto antes de cancelar una de sus principales apuestas para detener la pandemia. A principios de año, el regulador sanitario mexicano, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) otorgó a AstraZeneza el segundo permiso de uso de emergencia en el país. En colaboración con laboratorios de Argentina, México asumió parte de la producción y el envase con el objetivo de fabricar hasta 250 millones de dosis para América Latina. El medicamento fue una gran opción para López Obrador, ya que su precio es mucho más bajo y no necesita los 70 grados bajo cero para mantenerse que requiere la de Pfizer.
El presidente López Obrador, quien aseguraba hace algunas semanas que para finales de marzo se habría vacunado a los 25 millones de adultos mayores de México, se ha mostrado cauto ante el rechazo de los países europeos a AstraZeneca. “Ya hay una investigación de parte de los médicos nuestros, los especialistas y afortunadamente se está validando la vacuna”, ha asegurado antes de zanjar que, de momento, no se consideran riesgos en su aplicación. “Ya se sabe que estos posibles coágulos que se podrían crear con la vacuna no significan riesgo o peligro”, ha insistido el mandatario.
La vacuna ya había generado desconfianzas desde el momento de su aprobación. La principal razón era que en los ensayos clínicos no había suficiente muestra de personas mayores de 65 como para demostrar su efectividad y el grueso de los participantes que demostraron su seguridad y eficacia tenían menos de 55. A pesar de ello, el Reino Unido comenzó a aplicarla y demostró que la respuesta inmunitaria en los adultos mayores de esta edad era buena. Otros países como España o Bélgica decidieron incorporarla a su plan de inmunización pero rebajando la edad de los sujetos a vacunar a los 55 años. La OMS advirtió entonces que ante la escasez de vacunas que está frenando la inmunización a nivel internacional, descartar opciones de fármacos sin pruebas sólidas sobre sus contradicciones no es conveniente.
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