La necesidad de un plan reforzado para que los niños con discapacidad vuelvan al aula en igualdad

El pasado curso escolar fue duro para todos: se acumularon el miedo al contagio, la limitación de juegos en el patio y los grupos burbuja en un año lleno de cambios que encuentra continuación en el curso escolar que acaba de empezar. Estos afectaron de un modo especial a Sergio, un joven de 12 años que nació con Trastorno del Espectro Autista (TEA) para el que cambiar la ruta para ir a comprar el pan ya supone todo un desafío. De la noche a la mañana, el coronavirus no solo alteró todo lo que hacía cada mañana, sino que le impidió recibir durante todo un año las clases de apoyo de Lengua y Matemáticas que le permitían, poco a poco, tratar de alcanzar el nivel de sus compañeros. Este año, empieza el curso sin saber si podrá volver a contar con ellas.

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Igual que Sergio, su hermano Miguel, de 14 años, con síndrome de Asperger, ahora está reviviendo mucho del miedo y la ansiedad que les produjo volver al cole después del confinamiento el año pasado. “Sentían pánico de salir a la calle. Las primeras semanas no pudieron asistir porque les daba miedo que sus compañeros se quitarán las mascarillas o que no hubiera ventilación”, afirma su madre, Rocío Núñez. Como ellos, más de 130.000 alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales vuelven a sus centros sin saber con qué recursos contarán.

Es por esto, que la asociación Plena inclusión España, un movimiento que reúne a 940 entidades de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y sus familias, reclama al Ministerio de Educación y a las Comunidades Autónomas un plan específico que garantice los recursos necesarios para el aprendizaje de este alumnado y la prevención sanitaria ante posibles contagios por la covid-19. “Estos niños han sido los grandes perjudicados durante la pandemia, por eso se necesita de un plan reforzado para su reincorporación al aula en igualdad de condiciones con sus compañeros y compañeras”, denuncia Santiago López, presidente de Plena inclusión España. Para ello, los padres y madres piden a las administraciones públicas que refuercen las plantillas del personal docente y que todos los centros, independientemente de su titularidad, cuenten con las ayudas necesarias para adaptar los espacios a las medidas de seguridad e higiene exigidas.

“Frente a esta situación, y ante el inicio de un curso que se prevé marcado un nuevo año por medidas excepcionales, el movimiento asociativo Plena inclusión, que gestiona 232 servicios de educación especial en todo el país (casi la mitad del total existente), demanda que se dote al alumnado con necesidades educativas especiales (más de 130.000 chicos y chicas, según el Ministerio de Educación) del apoyo docente exigido, así como de tecnología adaptada”, afirman desde la asociación.

Muchas familias como la de Núñez se preguntan todos los días desde que empezó la pandemia por qué ellos han tenido que ser los más perjudicados cuando sus hijos son los que necesitan más apoyo para poder aprobar el curso con el resto de sus compañeros. “Tienen derecho a recibir una educación de calidad, igual que el resto del alumnado, y deben asegurar la reanudación de tratamientos especializados tanto en educación especial como en centros escolares ordinarios”, afirma un portavoz de Plena Inclusión.

Para Teté, una alumna con TEA que empieza ahora cuarto de la ESO, la vuelta al cole es un misterio. El año pasado, varios de sus profesores se contagiaron y perdieron a familiares por la covid-19, lo que aumentó la ansiedad del regreso. “La virtualidad fue muy complicada para los niños con síndrome de TEA, es muy importante el contacto. Ahora que ya está vacunado, se siente más seguro. Esperemos que este curso vaya mejor”, afirma su madre, Macú Blanco.

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