La actitud de los padres, esencial para que los niños usen bien las redes sociales
La comunicación constante con ellos es esencial para que naveguen seguros y correctamente por Internet
Una situación de confinamiento es, sin duda, complicada, y cuanto más para los niños. Acabamos de pasar una cuarentena muy estricta, dadas las circunstancias sanitarias, y parece que la segunda ola de la pandemia provocada por la covid-19 no cesa, por los que nos vemos obligados a un nuevo confinamiento, que cada día se torna un poco más severo. Un estado en el que la casa es nuestro refugio, y en ella, aumentan todas nuestras actividades, tanto laborales como escolares o de ocio, sobre todo, para los más pequeños, quienes más necesitan de esto último, pero al aire libre, en la naturaleza, y en convivencia con sus iguales, tal y como expresan numerosos estudios sobre Psicología Ambiental. Y esto escasea.
De esta forma, y con la preocupación que conlleva para los padres, los niños quienes comienzan su etapa adolescente, se vuelcan, refugian y recurren más a las redes sociales. El uso del WhatsApp, Instagram, Facebook, y sobre todo Tik Tok, que se ha convertido en la app más descargada del 2020, según la herramienta de motorización Sensor Tower, y que causa furor precisamente entre el público más joven, hace que aumenten las horas y que los niños estén más activos y dependan más de estas formas de comunicación para socializar y entretenerse. Un tema no exento de polémica, que puede hacer que aumente la codependencia emocional al usar mucho más tiempo la tecnología por parte de los niños e, incluso, aunque ya en casos extremos, puedan padecer abusos o ciberacoso, lo cual les repercutiría de inmediato y negativamente en su salud mental.
Y así, un estudio reciente publicado en el Journal of Adolescent Health acaba de profundizar en este tema, y los hallazgos son reveladores por parte de los expertos, quienes aseguran que pueden ser un alivio para todos los adultos preocupados por el uso intensivo de las redes sociales por parte de los adolescentes durante la pandemia de coronavirus. Y es que, el uso diario de las redes sociales no es un factor de riesgo sólido ni constante de síntomas depresivos en los adolescentes.
Tal y como argumenta uno de los autores del estudio, Noah Kreski, epidemiólogo de la Universidad de Columbia en Nueva York: “Cada vez los niños están más activos en las redes sociales, y particularmente durante la pandemia, ya que, en cierta forma, tienen que depender de Instagram, Tiktok y otras plataformas para mantenerse en contacto con sus amigos”, comenta. “Nuestra investigación no ha encontrado evidencias convincentes que sugieran que el uso de las redes sociales aumente el riesgo de síntomas depresivos en los adolescentes”, continúa.
Más padres presentes y familias unidas frente a los síntomas depresivos de sus hijos
Al final, los máximos responsables de la educación y crianza de los hijos son los padres, y ellos mismos se dan cuenta de cómo afrontan, gestionan y reaccionan frente a todo lo que ocurre en su hogar. Así, mientras los niños consideren a sus progenitores como figuras de referencia, o modelos a quien seguir en la educación, será crucial que se fijen normas en el uso de la tecnología, como cualquier otra cosa más entre las reglas a seguir.
Tal y como explican Alexandra Hamlet, psicóloga clínica en el Child Mind Institute, tampoco tienen evidencias sólidas de que las redes sociales en realidad causen depresión a los niños, aunque sí hay señales que advierten cuando podrían estar afectándoles de forma negativa. “Los padres deben comunicarse regularmente con sus hijos sobre el uso que hacen de las redes sociales, para asegurarse de que sea positivo y saludable y, en caso de que no lo sea, poder guiarlos para cambiarlo”, comenta.
“Mientras menos tiempos estés conectado con los seres humanos de una manera profunda y empática, menos obtendrás los beneficios de una interacción social”, continúa. Es decir, los padres que hablan, e intentar profundizar en lo que sienten sus hijos de manera regular, harás que los niños no sientan tanta necesidad de acudir a otras plataformas. “El uso diario de las redes sociales no capta las diversas formas en que los adolescentes las usan, que pueden ser tanto de forma positiva como negativa, y según el contexto social”, argumenta.
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