EE UU desvela una trama iraní para intentar asesinar a Donald Trump en el último tramo de la campaña
El Departamento de Justicia presenta cargos penales contra tres individuos a los que un funcionario de la Guardia Revolucionaria presuntamente encargó en septiembre un plan de seguimiento del republicano
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado cargos penales contra tres individuos por una trama iraní para asesinar al presidente electo Donald Trump mientras hacía campaña, un intento frustrado por una investigación del FBI, según ha informado este viernes el Gobierno. Justicia considera que se trataba de un asesinato por encargo para acabar con Trump antes de las elecciones presidenciales que el republicano ha ganado con contundencia a su rival demócrata, Kamala Harris.
Una denuncia penal presentada en un tribunal federal de Manhattan sostiene que un funcionario anónimo vinculado a la Guardia Revolucionaria de Irán dio instrucciones en septiembre a un agente para que elaborara un plan de seguimiento y vigilancia de Trump con el objetivo, en última instancia, de matarle.
Fue ese mismo mes cuando los servicios de inteligencia de EE UU informaron a Trump de un presunto complot iraní para asesinarle, según dijo entonces su campaña. El aviso coincidió también con el segundo intento de atentar contra el republicano, aunque la advertencia, formulada por la oficina del director de Inteligencia Nacional —una entre la quincena de agencias de información del Gobierno—, refería un plan no relacionado con los dos intentos fallidos de atentar contra él, el primero en julio en un mitin en Butler (Pensilvania) y el citado, en septiembre en el campo de golf del republicano en Florida. La información de inteligencia salía al paso de denuncias republicanas sobre la posibilidad de que Irán estuviera llevando a cabo un hackeo de su campaña.
El equipo de Trump dijo entonces que la reunión informativa se refería a “amenazas reales y específicas de Irán de asesinar [al candidato] en un esfuerzo por desestabilizar y sembrar el caos en Estados Unidos” en víspera de las elecciones.
Los investigadores del FBI tuvieron noticia de la trama para matar a Trump mientras entrevistaban a Farhad Shakeri, un ciudadano afgano identificado como un activo del Gobierno iraní que fue deportado de EE UU tras haber sido encarcelado por robo. Shakeri dijo a los agentes del FBI que un contacto en la Guardia Revolucionaria, el cuerpo de élite del régimen de los ayatolás, le dio instrucciones el pasado mes de septiembre para elaborar en siete días un plan para vigilar y, en última instancia, matar a Trump. Otros dos hombres que, según las autoridades, fueron reclutados para participar en otros asesinatos, entre ellos el de Masih Alinejah, una destacada periodista iraní-estadounidense muy crítica con Teherán, han sido detenidos, según la agencia Associated Press. Shakeri permanece en Irán, mientras que los dos detenidos están supuestamente bajo custodia del tribunal federal del Distrito Sur de Nueva York, según una fuente cercana a la investigación.
“Hay pocos actores en el mundo que supongan una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como Irán”, ha dicho el fiscal general de EE UU —equivalente a ministro de Justicia—, Merrick B. Garland, en un comunicado.
La trama refleja lo que los funcionarios federales han descrito como esfuerzos continuos de Irán para atacar a representantes del Gobierno estadounidense, incluido Trump, dentro del país. El verano pasado, el Departamento de Justicia acusó a un hombre paquistaní con vínculos con Irán en un complot de asesinato por encargo. El segundo intento de asesinato de Trump en septiembre reactivó los interrogantes sobre la actuación del servicio secreto que había suscitado el primer atentado fallido, por lo que el FBI redobló el escrutinio sobre posibles amenazas, apuntando casi siempre a Irán. A primeros de agosto, el Departamento de Justicia acusó a la Guardia Revolucionaria de intentar asesinar a John Bolton, el consejero de Seguridad Nacional durante el primer mandato de Trump, para vengarse de la muerte del general Qasem Soleimani, máximo responsable de la Guardia Revolucionaria, en un osado atentado con dron en el aeropuerto de Bagdad en enero de 2020.
El mes pasado, un general de la Guardia Revolucionaria y otros tres iraníes fueron acusados en Nueva York de participar en un supuesto complot para asesinar a una periodista disidente iraní-estadounidense. En los documentos judiciales no se mencionaba el nombre del objetivo, pero todas las fuentes coinciden en que se trata de Alinejah.
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