Los gobernadores demócratas cierran filas con Biden pese a las presiones para que renuncie
El presidente les traslada que necesita dormir más y que tratará de no fijar actos oficiales por la noche
La candidatura de Joe Biden a la reelección lleva casi una semana luchando por la supervivencia, desde el desastroso debate de la semana pasada en Atlanta contra Donald Trump organizado por la CNN. Biden ha recibido un balón de oxígeno este miércoles en su propia casa. Varios gobernadores demócratas han visitado la Casa Blanca y se han reunido con el presidente a puerta cerrada. Otros se han conectado por videoconferencia. Dentro, han hablado con sinceridad, aseguran. A la salida, todo han sido buenas palabras, cierre de filas y unión de fuerzas para derrotar a Donald Trump en las urnas el próximo 5 de noviembre. Ese gesto no será suficiente para que las presiones para que Biden renuncie a la reelección amainen.
En la reunión, Biden reconoció que necesita dormir más y limitar los actos nocturnos para poder acostarse antes y estar descansado para el trabajo, según tres personas familiarizadas con la reunión citadas por AP, que hablaron bajo condición de anonimato. Una persona dijo que el presidente bromeó diciendo que su salud estaba bien, que era su cerebro el que tenía problemas.
“El presidente ha sido muy claro en que está en esto para ganar. Es nuestro nominado y el líder de nuestro partido”, ha dicho a la salida el gobernador de Maryland, Wes Moore, uno de los tres que han actuado como portavoces del grupo. “En noviembre tenemos una elección binaria entre alguien que ha cumplido continuamente con la gente de nuestros estados y alguien cuya visión para el futuro de este país es francamente peligrosa”, ha dicho, marcando un contraste entre Biden y Trump. “Hemos dicho que estaremos a su lado. El presidente siempre nos ha cubierto las espaldas, nosotros también lo haremos”, ha afirmado Moore.
La visita a la Casa Blanca estaba encabezada por Tim Walz, gobernador de Minnesota y presidente de la Asociación de Gobernadores Demócratas. Además de la alcaldesa de Washington DC (Muriel Bowser), han acudido también en persona los gobernadores Gavin Newsom (California), John Carney (Delaware), J.B. Pritzker (Illinois), Andy Beshear (Kentucky), Wes Moore (Maryland), Maura Healey (Massachusetts), Gretchen Whitmer (Michigan), Kathy Hochul (Nueva York) y Dan McKee (Rhode Island). Otros 14 han participado a distancia.
La reunión se ha prolongado algo más de una hora y en ella también estaba la vicepresidenta, Kamala Harris, que es la primera favorita para suceder al presidente en caso de que finalmente se convenza de que no tiene posibilidades de ser elegido en noviembre y renuncie a la nominación. Gavin Newsom, Gretchen Whitmer e incluso Andy Beshear, entre los presentes en la sala, han sonado también como potenciales reemplazos. El paso de gobernador a presidente es casi tan natural como el de vicepresidente.
La prioridad, ganar
Al acabar, tres gobernadores (Walz, Moore y Hochul) han comparecido brevemente ante los medios en el exterior de la Casa Blanca y han dado un respaldo cerrado al presidente. “Biden tiene nuestro apoyo”, ha dicho el líder de los gobernadores demócratas. “La respuesta fue que todos buscamos el camino de la victoria. Todos los gobernadores están de acuerdo con eso, el presidente Biden estuvo de acuerdo con eso Estamos trabajando juntos para dejar muy claro que nuestro camino a la victoria en noviembre es la prioridad número uno. Y esa es la prioridad número uno para el presidente. Así que eso es lo que estamos tratando de hacer. La reacción fue buena. La conversación fue honesta y abierta”, ha añadido Walz.
El gobernador de Minnesota ha respondido afirmativamente cuando un periodista le ha preguntado si Biden es apto para el cargo, aun reconociendo que el debate del jueves fue una “mala actuación”. Esa alusión a que el presidente considera la prioridad número uno ganar en noviembre sugiere que estaría dispuesto a retirarse y ceder el testigo si ve que no tiene posibilidades de ganar y que otra persona puede hacerlo mejor.
“Conversación honesta”
“Fue una gran conversación con el presidente y la vicepresidenta porque fue honesta”, ha dicho Moore. “Cuando se quiere a alguien hay que decir la verdad, y creo que fuimos honestos con los comentarios que recibíamos y sobre las preocupaciones que escuchamos de la gente. También fuimos honestos sobre el hecho de que, a medida que el presidente seguía diciéndonos y demostrándonos que estaba volcado, dijimos que seguiríamos con él”, ha añadido el gobernador de Maryland.
“El presidente siempre nos ha cubierto las espaldas, así que nosotros también vamos a cubrir las suyas, porque los resultados que hemos podido ver bajo esta Administración han sido innegables en todos nuestros Estados. Pero lo que nos hace más optimistas y esperanzados, no es necesariamente que tengamos miedo a una alternativa, sino también que tenemos esperanzas en el futuro. Sabemos que tenemos trabajo por hacer”, ha continuado Moore. “Sabemos que ese camino para asegurar que podemos salir adelante en noviembre es real. Y nos va a exigir a todos esfuerzo para lograrlo y para hacer el trabajo, y estamos agradecidos de oír el nivel de entusiasmo y el enfoque que el presidente y la vicepresidenta tienen sobre la victoria”, ha terminado.
“El presidente Joe Biden está en esto para ganar y le prometemos nuestro apoyo, porque lo que está en juego no podría ser mayor”, ha señalado por su parte la gobernadora del Estado de Nueva York, Kathy Hochul. Los tres han actuado como portavoces del conjunto de los gobernadores, pero no han dado explicaciones sobre las diferentes posiciones que se han confrontado dentro de la reunión.
“Joe Biden es nuestro candidato. Está ahí para ganar y yo le apoyo”, ha tuiteado Gretchen Whitmer tras la reunión.
El apoyo de los gobernadores llega cuando ya son dos los congresistas que han pedido a Biden que renuncie a la reelección y otros han empezado a expresar dudas. Al tiempo, las últimas encuestas publicadas muestran que la brecha frente a Trump se amplía enormemente, reduciendo las posibilidades de que el demócrata sea reelegido en las elecciones del 5 de noviembre. La presión mediática y la de los donantes tampoco cesa. Su candidatura sigue en el alero.
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