El voto de protesta por Gaza empaña las victorias de Biden en el Supermartes
En Minnesota, el voto en blanco llega al 19%. En Massachusetts, Colorado y Carolina del Norte, la protesta obtiene decenas de miles de papeletas
El voto de protesta para exigir un alto el fuego permanente en Gaza ha empañado las victorias del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en las primarias demócratas del Supermartes, la cita electoral en 15 Estados decisiva para determinar los candidatos que se enfrenten en las presidenciales el próximo noviembre. El demócrata, que tenía como únicos rivales al congresista Dean Phillips y la escritora Marianne Williamson, cuyas candidaturas no han conseguido despegar en ningún momento, ha logrado claros triunfos en casi todos los Estados en liza, con márgenes superiores al 70%. En un comunicado, Biden destacó: “Millones de votantes en todo el país han hecho oír sus voces, demostrando que están listos para luchar contra el plan extremista de Donald Trump de llevarnos hacia atrás”.
Pero, aunque el mandatario no hacía mención de ello en su declaración, en Estados como Minnesota, un bastión demócrata, o en Carolina del Norte, quedaba clara la existencia de un descontento de fondo con Biden entre las bases del partido. Si en Samoa perdía el caucus frente al empresario Jason Palmer, en Minnesota, Philips conseguía un 8% de los votos, una proporción muy superior a lo que ha venido registrando en la mayoría de las primarias. La campaña lanzada por grupos progresistas y la comunidad árabe estadounidense para votar “no declarado” (equivalente a un voto en blanco) por los bombardeos sobre Gaza logró un 19% de las papeletas con el 95% de los votos escrutados, pese a contar con un presupuesto ínfimo y a haberse organizado a toda prisa. En las primarias de 2012, en las que el presidente demócrata Barack Obama optaba a la reelección, las papeletas “no declaradas” representaron solo el 3,7% de los votos.
Las papeletas en blanco de este martes son suficientes para que se adjudiquen delegados a la campaña del voto “no declarado”, que ya había obtenido dos en Míchigan (hacen falta 1.968 delegados para ser nombrado candidato oficial del Partido Demócrata en la convención que se celebrará en Chicago en agosto).
También lo es para apuntar que el malestar con Biden alcanza más allá de la comunidad árabe estadounidense y se extiende por el ala progresista del partido y sus votantes más jóvenes. Minnesota cuenta con una población árabe y musulmana significativa, aunque menor que la de Míchigan, pero sus universidades son centros efervescentes de ideas progresistas. El Estado se ha labrado reputación de optar por candidatos poco convencionales: nombró senador al cómico Al Franken, y en las primarias de 2016 se inclinó por Bernie Sanders como candidato demócrata.
“Piden que se les escuche, y eso es lo que tendrían que hacer… Su mensaje es claro, piensan que esta es una situación intolerable y creen que podemos hacer más. Y pienso que el presidente está prestando atención”, apuntaba el gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz. Los organizadores de la campaña buscan presionar a Biden para que apoye un alto el fuego permanente en Gaza, y tratan de demostrarle que mantener su posición de apoyo a Israel puede costarle la reelección en noviembre.
Los responsables de la campaña creen que su presión ha comenzado a dar frutos y que gestos como el llamamiento, el pasado domingo, de la vicepresidenta, Kamala Harris, a un alto el fuego “inmediato” son una reacción al voto de protesta.
La directora de la campaña en Míchigan, Layla Elabed, declaró en la noche del martes que “Minnesota ha demostrado que el movimiento ‘no declarado’ no va a desaparecer”. En Míchigan, donde las primarias se celebraron la semana pasada y esa opción contó con el respaldo de decenas de políticos ―incluida la única congresista de origen palestino, Rashida Tlaib, hermana de Elabed―, la campaña del voto “no declarado” recibió un 13,3% de las papeletas, más de 101.000.
El voto de castigo no se ha limitado únicamente a Minnesota. En Carolina del Norte, otro Estado con una importante población universitaria, con el escrutinio casi completado, casi el 13% ―unos 88.000― eligió la papeleta con la inscripción de “sin preferencia”, también similar a un voto en blanco. En Colorado, la opción en blanco alcanzó al menos el 8% (con un 79% escrutado), más de 43.430 sufragios. En Massachusetts, esa opción fue elegida por más de 56.300 votantes, el 9% del electorado demócrata, con el 87% de las papeletas contadas.
“Cuando vimos lo que pasaba en Míchigan la semana pasada, nos dimos cuenta de que, por supuesto, nos teníamos que movilizar en Massachusetts para el Supermartes”, afirmó una de las organizadoras de la campaña en ese Estado, Sara Halawa, al periódico Boston Globe. “En los días siguientes, nos pusimos en contacto con toda la gente que sabíamos que se preocupaba por estos temas, y se puso en marcha una coalición”. “Hace una semana no teníamos ni idea de que íbamos a meternos en esto”, señaló otro de los organizadores del voto protesta en ese Estado, Omar Siddiqi, también al Boston Globe. “A la velocidad a la que se ha montado esto, [el resultado] sobrepasa nuestras expectativas. Con 10.000 votos ya nos hubiéramos conformado”.
La Casa Blanca recuerda que EE UU media para intentar conseguir un alto el fuego temporal de seis semanas en Gaza con la esperanza de que pueda servir de primer paso para un cese permanente de las hostilidades. También considera que, aunque ahora los votantes demócratas demuestren su descontento, en noviembre dejarán de lado sus objeciones cuando llegue un nuevo enfrentamiento entre Biden y Trump.
“Mi mensaje al país es este: cada generación de estadounidenses encarará un momento en el que tenga que defender la democracia. Alzarse en favor de nuestra libertad personal. Defender el derecho a votar y nuestros derechos civiles. A cada demócrata, republicano e independiente que cree en unos Estados Unidos libres y justos: este es nuestro momento. Esta es nuestra lucha. Juntos, ganaremos”, sostuvo el presidente en su comunicado.
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