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El descalabro del tripartito alemán en las europeas complica el último tramo del mandato de Scholz

El ascenso de la ultraderecha al segundo puesto amenaza el cordón sanitario en torno a AfD y revela una profunda división entre el este y el oeste del país

Katarina Barley, el canciller Olaf Scholz y el copresidente del SPD Lars Klingbeil
La eurodiputada Katarina Barley, el canciller Olaf Scholz y el copresidente del SPD Lars Klingbeil, este lunes en la reunión de los socialdemócratas para analizar los resultados de las elecciones europeas.Markus Schreiber (via REUTERS)
Elena G. Sevillano

La resaca de la noche electoral en Alemania es especialmente dolorosa este lunes en la Willy Brandt Haus, la sede de los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz. El SPD obtuvo este domingo el peor resultado de su historia con un exiguo 13,9% de los votos, lo que, sumado al descalabro de sus socios verdes y liberales en el Ejecutivo, está poniendo a prueba la estabilidad de la coalición de Gobierno. Se habla de debacle, de catástrofe, e incluso hay quien alude a un posible adelanto electoral que otros excluyen categóricamente porque ninguno de los miembros del tripartito sacaría de él beneficio alguno. Si no se adelantan, las elecciones federales deberían celebrarse en otoño del próximo año. Y el resultado de los comicios del domingo —añadido a los de septiembre en tres Estados del este del país— auguran para Scholz un final de mandato agónico.

Scholz rechazó la convocatoria de elecciones durante su comparecencia del lunes con el presidente de Chile, Gabriel Boric. Sí reconoció que los resultados son “malos” para los tres partidos de la coalición y apuntó a que las cosas no pueden seguir como hasta ahora si pretenden “convencer de nuevo a los votantes”.

Ya con el recuento finalizado, los resultados coinciden casi a la décima con los sondeos a pie de urna publicados a las seis de la tarde de este domingo. Los conservadores de la Unión (la suma de los democristianos de la CDU y su socio bávaro de la CSU) son los claros ganadores, con el 30% de los votos. La formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ocupa el segundo lugar con el 15,9%, seguida del SPD (13,9%) y Los Verdes (11,9%). El hundimiento de Los Verdes, en línea con lo que han sufrido los ecologistas en el resto de la UE, es dramático: han perdido 8,6 puntos porcentuales. El tercer socio de Scholz, los liberales del FDP, son los que salen más airosos de los comicios (5,2%) porque en 2019 ya estaban en mínimos.

La coalición semáforo ―así llamada por los colores de los tres partidos: rojo, verde y amarillo― avanzaba renqueante casi desde el inicio mismo de su andadura, en diciembre de 2021, con unos índices de aprobación por los suelos, pero el desastre de las europeas somete a una presión cada vez mayor a Scholz. Los carteles electorales han mostrado dos rostros sobre fondo rojo: el de la principal candidata del SPD, Katarina Barley, y el de Scholz, ligando indefectiblemente la votación al Europarlamento a la figura del canciller. Las europeas se han convertido así en un plebiscito sobre sus políticas. Un error, empieza a escucharse en el SPD. Según una encuesta de la televisión pública ARD —que se veía en las pantallas de la Willy Brandt Haus mientras salían los sondeos—, solo el 23% de los alemanes están satisfechos con la gestión de Scholz.

Tensas negociaciones presupuestarias

Las próximas negociaciones presupuestarias van camino de ser todavía más tensas que las anteriores, con las disputas entre socios de Gobierno aireadas en los titulares a diario. Casi dos millones y medio de los votos que ha perdido la socialdemocracia alemana se han colado por el desagüe del abstencionismo. Casi uno y medio han ido a engordar el conteo de los democristianos, casi 600.000 se han pasado a la ultraderecha e igual número a un nuevo partido populista de izquierdas, según el análisis de la televisión pública ARD.

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Elecciones europeas 9J
El canciller alemán Olaf Scholz espera la llegada del presidente chileno Gabriel Boric, este lunes en Berlín.CLEMENS BILAN (EFE)

También en Los Verdes, el mayor perdedor de la noche, hay caras largas este lunes. Llegaron a obtener un 20,5% en las europeas de 2019 y a ser considerados como partido de masas (Volkspartei) con opciones de llegar a la Cancillería. Hundidos en los sondeos, toca preguntarse por qué.

La oposición pide elecciones anticipadas. En el caso de AfD, directamente: “Los resultados muestran que el semáforo ya no tiene mayoría. El canciller Scholz debería seguir el buen ejemplo de Macron y dejar vía libre para celebrar nuevos comicios”, aseguró el lunes la copresidenta de la formación, Alice Weidel. Un portavoz gubernamental descartó que Scholz se esté planteando convocar elecciones anticipadas, como ha hecho el presidente Emmanuel Macron en Francia tras los malos resultados de su formación.

El secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, retó a Scholz a convocar una cuestión de confianza en el Parlamento. “Es un desastre. O el semáforo cambia de rumbo o tiene que despejar el camino para nuevas elecciones”, aseguró el domingo tras conocerse los primeros sondeos. Los conservadores culpan al Gobierno del éxito de la AfD en las elecciones europeas. “Las políticas del semáforo están fortaleciendo a la extrema derecha en Alemania”, ha dicho Jens Spahn, miembro del comité ejecutivo de la CDU.

Éxito de AfD

El contrapunto del ánimo sombrío de la coalición lo pone Alternativa para Alemania (AfD), cuyos líderes celebraban entusiasmados el éxito electoral el domingo por la noche. “¡Somos segunda fuerza y los más votados en el este!”, exclamaba su copresidenta, Alice Weidel. La formación ultraderechista arrasó en los Estados federados que formaba la antigua República Democrática Alemana (RDA), donde este otoño se celebran tres elecciones regionales que traen de cabeza al resto de fuerzas democráticas alemanas. Los sondeos les atribuyen cómodas victorias con más del 30% de los votos en Turingia, Brandeburgo y Sajonia.

Estos pronósticos se producen después de que un tribunal confirmara la clasificación de AfD a escala nacional como partido sospechoso de extremismo y cuando tres agrupaciones regionales ya se consideran definitivamente de extrema derecha. Tampoco los sucesivos escándalos relacionados con acusaciones de espionaje y corrupción de los últimos meses han disuadido a sus votantes, predominantemente hombres y más jóvenes que los seguidores de otros partidos.

Las elecciones en los tres Estados orientales en los que AfD parte como favorita amenazan la política de las formaciones tradicionales de rechazar cualquier colaboración con los extremistas, el célebre cordón sanitario, que en Alemania se conoce como cortafuegos (brandmauer). Con los partidos de la coalición de Scholz en mínimos y el empuje del nuevo partido de la controvertida política populista de izquierdas Sahra Wagenknecht, los cálculos para gobernar el este de Alemania dejando de lado a AfD se reducen. Será necesario el acuerdo de múltiples formaciones democráticas y es probable que los líderes locales de la CDU presionen a su jefatura en Berlín para que les permita explorar colaboraciones con los ultras.

El panorama político alemán se fragmenta todavía más con la irrupción de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que con solo seis meses de vida ha logrado un 6,2% de los votos. No solo ha superado al antiguo partido de su líder, Die Linke (La Izquierda); también a los liberales que gobiernan con Scholz. El grueso del electorado de esta formación populista de difícil encaje en el binomio izquierda-derecha —mezcla propuestas de justicia social con postulados clásicos de la ultraderecha como el endurecimiento de las leyes migratorias― está también en el este alemán.

La AfD expulsa a su cabeza de lista menos de 24 horas después de las elecciones

Alternativa para Alemania (AfD) ha expulsado a su cabeza de lista para las elecciones europeas, el polémico Maximilian Krah, a escasas horas del final del recuento oficial de los votos. El propio candidato se lo contó a los periodistas este lunes. Los recién elegidos eurodiputados de AfD votaron a favor de una moción para no incluirle en su delegación después de los diversos escándalos en los que se ha visto envuelto en las últimas semanas, entre ellos el presunto espionaje para China y la cercanía con Rusia.

"Deseo a mis compañeros eurodiputados recién elegidos mucho éxito en su intento de reincorporarse al grupo ID sin mí", señaló Krah en su cuenta de X, en referencia al grupo Identidad y Democracia, que engloba en el Parlamento Europeo a partidos de ultraderecha como la Liga de Mateo Salvini o Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. "Creo que es el camino equivocado y que envía una señal devastadora a nuestros votantes, especialmente a nuestros jóvenes votantes", añadió.

AfD fue expulsada el mes pasado del grupo ID tras el último escándalo de Krah, esta vez protagonizado directamente por él mismo. En declaraciones al periódico italiano La Repubblica aseguró que no todos los miembros de las SS nazis fueron criminales. Tras la detención de uno de sus asesores, acusado de espiar para China, y su relación con una trama de desinformación rusa, el comentario fue la gota que colmó el vaso de sus socios europeos. “El grupo ID ya no quiere verse asociado a los incidentes que involucran a Krah”, señaló entonces la agrupación en un comunicado.

La expulsión de Krah, que igualmente tomará posesión de su acta de diputado, parece indicar que AfD busca unirse de nuevo al grupo ID o al que se forme más adelante cuando cristalicen las alianzas entre partidos de ultraderecha, actualmente divididos en dos grupos. Desvincularse de su cabeza de lista se interpreta como el primer gesto de buena voluntad de AfD para ganarse de nuevo a Le Pen.  

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.
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