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Dieciséis países de la UE piden más fondos y una “plataforma de medios” contra la desinformación

Una declaración liderada por Alemania, Francia y Polonia, que suscribe España, alerta contra la injerencia ante las elecciones europeas y reclama más sanciones y cooperación entre socios

Elecciones Europeas
Cartel electoral de las elecciones europeas que se celebrarán el próximo junio, en el exterior de la sede de Bruselas del Parlamento Europeo.Virginia Mayo (AP)
María R. Sahuquillo

Los países europeos comienzan a organizarse para pedir más medios y más contundencia contra la injerencia extranjera destinada a desestabilizar la Unión Europea. Ahora, en vísperas de unas elecciones al Parlamento Europeo clave, en las que ya se ha detectado intentos de interferencia, Francia, Alemania y Polonia lideran a un grupo de 16 Estados miembros —entre los que está España— que reclaman más fondos de la UE y la creación de una “plataforma de medios” para combatir la desinformación que busca “socavar y desacreditar” la democracia europea.

“Necesitamos fortalecer nuestras capacidades de detección y revelación, imponer una respuesta rápida a las amenazas identificadas, y apoyar y movilizar a todas las partes de nuestras sociedades europeas”, dice la declaración, que debatirán este martes los responsables de Asuntos Europeos de los Estados miembros en Bruselas y a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

El texto —que suscriben Francia, Polonia, Alemania, Austria, República Checa, Dinamarca, España, Grecia, Croacia, Italia, Luxemburgo, Letonia, Portugal, Rumania, Bulgaria y Eslovenia; y al que no descartan adherirse otros— se suma a las llamadas de los 27 miembros de la UE este martes a emplear “rápida y exhaustivamente todos los mecanismos, redes e instrumentos” contra la desinformación y la injerencia.

La interferencia extranjera y su uso de la desinformación y la manipulación de los datos son, dice la declaración —que menciona específicamente a Rusia—, uno de los grandes desafíos actuales. Así, estos países proponen a la Comisión y al Servicio de Acción Exterior “medidas concretas” para contribuir a las fórmulas para atajarla. Las propuestas de Alemania, Francia y Polonia —que vuelve a estar entre los Estados promotores de este tipo de iniciativas, tras años más arrinconado por las vulneraciones al Estado de derecho con el Gobierno ultraconservador— llegan en pleno debate sobre la desinformación y sobre cómo controlar la expansión de contenidos falsos en las redes sociales.

Difícil equilibrio

El equilibrio es difícil: muchos intentos de legislación específica sobre noticias falsas se han ido al traste por la posibilidad de censura previa. La lista de medidas concretas de tres de los grandes europeos llega también pocos días después de que entre en vigor en los Estados miembros la Ley de medios, que busca proteger su independencia y sus fuentes, la transparencia en quiénes son sus medios y en la publicidad estatal.

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Los firmantes de la declaración piden más sanciones europeas específicas contra los que desinforman, así como un desarrollo más amplio de la Ley de Servicios Digitales, que busca responsabilizar a las grandes plataformas digitales. Reclaman, además, la creación de una plataforma para el intercambio de conocimientos entre la sociedad civil, investigadores y los Estados miembros sobre estrategias “para fortalecer la alfabetización mediática y la educación cívica”.

Los impulsores quieren dar más peso al Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO, por sus siglas en inglés) y plantean crear una “plataforma mediática” que contribuiría, dicen, a “contrarrestar la desinformación proporcionando información de alta calidad y periodismo independiente a todos los ciudadanos de la UE”. Fuentes diplomáticas explican que la propuesta sobre esa plataforma está todavía por perfilar, pero que quiere reunir a especialistas, medios de comunicación, expertos en desinformación y autoridades europeas.

“Es esencial reforzar nuestra capacidad de detectar la manipulación e interferencia de la información extranjera para revelarla rápidamente, frenar su viralidad lo antes posible y limitar su impacto”, dicen.

En los últimos meses, ha aumentado la discusión pública sobre la proliferación de pseudomedios de comunicación —el propio presidente español, Pedro Sánchez, abrió el melón y lanzó la posibilidad de una colegiación obligatoria de los periodistas “para evitar el intrusismo”— o plataformas que son, en realidad, herramientas de desinformación e injerencia que buscan amplificar debates enormemente divisivos, además de sembrar dudas sobre la democracia y la veracidad de los datos que difunden los medios de comunicación: el objetivo no solo es impulsar el interés de quienes llevan a cabo esa injerencia, sino crear tal maraña de información que el público, los lectores, ya no sepan qué creer y qué no. A finales de marzo, una investigación de República Checa, en colaboración con otros Estados miembros, destapó una de ellas, Voice of Europe, tras la que está Rusia, que además es sospechosa de pagar a eurodiputados como agentes de influencia.

La UE incluyó a Voice of Europe en su lista de sanciones la semana pasada. Pero hay otras. Fuentes de inteligencia explican que tras las sanciones contra medios estatales rusos que apoyan el esfuerzo de guerra contra Ucrania y el discurso de odio contra los ucranios (en la lista está RT, por ejemplo), el Kremlin ha creado innumerables “marcas blancas” con apariencia de plataformas de noticias locales, blogueros independientes o supuestos canales de información política que replican la misma información.

El club comunitario dispone de varios mecanismos contra la injerencia extranjera y la desinformación, sobre todo dentro del Servicio de Acción Exterior (como el de Respuesta Integrada a las Crisis Políticas). Pero los firmantes de la declaración quieren ampliar ese trabajo, dotarlo de fondos adicionales y además involucrar no solo a las agencias correspondientes de los Estados miembros, sino también a los medios de comunicación y a otros elementos de la sociedad civil de los Estados miembros.

En un mundo globalizado, las campañas de desinformación y propaganda y los ataques híbridos de injerencia extranjera también son globales. Por eso, el grupo de Estados miembros que firman la carta pide más coordinación entre socios para fomentar “soluciones europeas”. También, con los países candidatos al club comunitario, como los de los Balcanes, Moldavia y Ucrania, donde los servicios de inteligencia han detectado un aumento de las campañas de desinformación rusas como un intento de impulsar posturas eurófobas y de socavar la senda hacia la integración. Y piden: “La Comisión entrante debería, en coordinación con los Estados miembros, desarrollar una estrategia de comunicación dentro de la UE para mejorar el apoyo público a la ampliación de la UE”.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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