Bélgica logra un acuerdo de gobierno siete meses después de las elecciones
El nacionalista flamenco Bart De Wever cierra un pacto de coalición con los cinco partidos que formarán el nuevo gabinete, tras más de 230 días de negociaciones
Bélgica tendrá un nuevo gobierno, más de siete meses después de las elecciones que supusieron la derrota de la coalición liderada por el liberal Alexander De Croo. Tras múltiples intentos frustrados, el nacionalista flamenco Bart De Wever le ha informado en la noche del viernes al rey, Felipe de Bélgica, que las negociaciones de los cinco partidos implicados han logrado por fin, 236 días después de los comicios, un acuerdo para formar un nuevo gabinete, a cuyo frente estará previsiblemente el conservador flamenco, cuyo partido resultó el más votado el 9 de junio.
La Casa Real ha confirmado que De Wever le comunicó al monarca “el acuerdo de gobierno entre los socios de la futura coalición”, aunque no ha fijado una fecha para la asunción del nuevo gabinete.
La alianza, que suma 82 de los 150 escaños del Parlamento federal belga, se conoce ya popularmente como Arizona por los colores de los cinco partidos que la conforman, que recuerdan a la bandera del sureño Estado estadounidense: además del nacionalista flamenco N-VA (24 escaños), formarán parte del nuevo gobierno otros dos partidos flamencos, los centristas Cristiano-Demócratas (CD&V, 11 escaños) y los socialistas Vooruit (13), así como otros dos partidos francófonos: los también centristas Les Engagés (14) y el partido de centro-derecha Movimiento Reformista (MR), segunda formación más fuerte de la coalición, con 20 puestos en el Parlamento Federal belga.
Esta complicada coalición —aunque más reducida que el Gobierno de De Croo que ha seguido todo este tiempo en funciones, formada por siete partidos— refleja el no menos complejo sistema político belga, hasta el punto que se lo conoce como la “lasaña institucional”, con cinco gobiernos regionales y uno federal que toma las decisiones en nombre del país, pero que no puede desautorizar las asumidas a nivel regional en materias como educación o cultura, lo que lleva a múltiples parálisis políticas.
Y es una lasaña que ha tardado tanto en cocinarse que, en el país vecino, Francia, van ya en menos tiempo por el segundo gobierno liderado ahora por el centrista François Bayrou (y quizás un tercero en ciernes). Aun así, las negociaciones lideradas por De Wever, que para convertirse en el primer ministro belga ha aparcado los principios independentistas de su partido, están aún lejos del récord mundial de días sin gobierno, 541, que ostenta la propia Bélgica desde 2011. También se queda corta de los 493 días que se tardó, entre 2019 y 2020, en llegar al acuerdo del Gobierno de De Croo, quien aunque dimitió al día siguiente de las elecciones generales del pasado 9 de junio (el mismo día de las elecciones europeas), ha seguido hasta ahora como jefe de Gobierno en funciones.
Menos tiempo, pero no menos drama. De Wever, de 54 años, cuya formación logró el 9 de junio mantenerse como la más votada en Flandes —frenando el temido sorpasso del partido de extrema derecha Vlaams Belang que habían pronosticado las encuestas— y también la formación con más escaños en el Parlamento Federal, recibió el encargo del rey Felipe de intentar formar gobierno. Pero aunque los analistas esperaban unas negociaciones más cortas en esta ocasión, finalmente se produjeron numerosas rupturas y discusiones que han alargado siete largos meses las conversaciones, obligando al monarca belga a aplazar una y otra vez la fecha límite para formar gobierno.
Tras constatar que sería imposible cerrar 2024 con un acuerdo, el propio De Wever se puso el último día de enero como plazo para intentarlo una última vez. Los jefes negociadores han estado encerrados en la Escuela Militar de Bruselas desde el miércoles, intentando resolver los desacuerdos, sobre todo en torno a los recortes para reducir el fuerte déficit presupuestario del país, que en 2023 llegó al 4,4% del PIB, muy por encima de los límites fijados por la Unión Europea que tiene las sedes de sus instituciones a muy poca distancia del palacio de Gobierno belga.
El acuerdo de este viernes, negociado por los líderes de los partidos participantes en la coalición que hará girar a la derecha a Bélgica, todavía tiene que ser validado por las bases. Según la prensa nacional, el gabinete será probablemente anunciado el lunes.
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