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Alemania estudia un servicio militar voluntario por la amenaza rusa: así quiere reclutar a más de 5.000 jóvenes cada año

“Tenemos que asumir que Rusia estará en condiciones de atacar a un Estado de la OTAN en 2029″, asegura el ministro de Defensa

El ministro de Defensa, Boris Pistorius, en la conferencia de prensa sobre el proyecto de nuevo servicio militar, en Berlín, el 12 de junio de 2024.
El ministro de Defensa, Boris Pistorius, en la conferencia de prensa sobre el proyecto de nuevo servicio militar, en Berlín, el 12 de junio de 2024.Nadja Wohlleben (REUTERS)
Elena G. Sevillano

¿Vuelve el servicio militar a Alemania? Si los planes que ha presentado este miércoles en Berlín el ministro de Defensa salen adelante, sí. Pero no será como antes. Para empezar, no será obligatorio. En ello ha insistido una y otra vez Boris Pistorius durante la rueda de prensa en la que ha explicado que quiere reclutar a entre 5.000 y 10.000 jóvenes cada año con un doble objetivo: atraerles al ejército para aumentar así el número de soldados profesionales y formar en las destrezas básicas a un gran número de reservistas a los que recurrir en caso de ataque.

La guerra de agresión que Rusia libra contra Ucrania desde hace casi 900 días ha obligado a Alemania a poner al día su depauperado ejército ante la amenaza, cada vez más tangible, de que Vladímir Putin pueda atacar en el futuro un país de la OTAN. “Hoy la situación de amenaza es diferente de la de hace unos años”, ha justificado su plan Pistorius, el ministro mejor valorado, con diferencia, del Gobierno de coalición encabezado por Olaf Scholz. Y nada más empezar ha lanzado una advertencia con una fecha concreta: “Tenemos que asumir que Rusia estará en condiciones de atacar a un Estado de la OTAN en 2029″.

La Bundeswehr, el ejército alemán, se marca, por tanto, esa fecha como objetivo para volver a formar a un buen número de jóvenes en el manejo de las armas. El plan constará de varias fases. En la primera, a todos los que cumplan 18 años se les mandará un cuestionario de reclutamiento que deberán rellenar de forma obligatoria. Se calcula que serán alrededor de 400.000. En función de sus respuestas, el ejército seleccionará a “los más motivados y en forma”, ha asegurado Pistorius. Según sus cálculos, alrededor de un tercio manifestarán estar interesados en pasar seis meses o un año haciendo el servicio militar. Las mujeres también recibirán el cuestionario por si desean rellenarlo, pero ellas no estarán obligadas a devolverlo cumplimentado.

Pistorius, que viajó a Escandinavia en marzo para informarse sobre el servicio militar en países como Finlandia y Suecia, ha optado finalmente por un modelo inspirado en este último país. El inspector general del ejército, Carsten Breuer, también lo había alabado por su flexibilidad. La idea es contactar con todos los jóvenes y seleccionar solo a los mejores. Actualmente, el ejército apenas tiene capacidad para formar a 5.000 reclutas al año, pero está previsto aumentarla e ir llamando a filas progresivamente a más personas.

La Bundeswehr lleva años bajo mínimos pese a los esfuerzos que ha hecho en los últimos tiempos para atraer a nuevos soldados. Alemania cuenta actualmente con 181.500 soldados profesionales y tanto sus expertos como los de la OTAN creen que debería llegar a 200.000 lo antes posible.

El servicio militar obligatorio se suspendió en Alemania en 2011, con un ministro de Defensa de la conservadora CSU (Karl-Theodor zu Guttenberg) y después de haber contado en su mejor momento, las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, con medio millón de soldados. Volver a aquella mili está descartado. Se introdujo a mediados de la década de los años cincuenta con el objetivo de garantizar que el ejército siempre tuviera suficientes reclutas durante la Guerra Fría. Con el paso de los años y la rebaja de las tensiones geopolíticas, el servicio militar se redujo de un año y medio a seis meses y de forma progresiva se fue llamando a menos jóvenes cada año.

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En 2011 se disolvió tanto el servicio militar como el civil sustitutorio, y las instalaciones y los barracones que alojaban a los reclutas quedaron en desuso o se dedicaron a otros menesteres. Por eso la capacidad actual es tan limitada y está supeditada también al número de instructores disponibles. En realidad, la mili sigue estando recogida en la legislación, en concreto en la Ley Fundamental (Constitución). En caso de ataque, el reclutamiento podría volver a ponerse en marcha casi de forma automática.

Servir en el ejército

La Ley Fundamental solo contempla el servicio militar para los hombres y no para las mujeres. Eso es algo que el Gobierno está pensando en cambiar, ha explicado Pistorius, pero de cara al futuro. ¿Por qué no ahora?, se ha preguntado a sí mismo el ministro: “Por el tiempo”. Una modificación de la Constitución exigiría en el Parlamento una mayoría de dos tercios y un largo trámite que lo imposibilita para esta legislatura, que termina en otoño del año que viene.

En el cuestionario que deberán rellenar los jóvenes alemanes se les preguntará sobre su forma física, su estado de salud, sus cualificaciones y aficiones y su interés por servir en el ejército. Esto último garantiza que la Bundeswehr no llamará a quienes descartan completamente recibir formación militar. La pregunta que todo el mundo se hace es qué ocurrirá si con los voluntarios no se cubre el cupo fijado para cada año. El objetivo es aumentar en 200.000 personas las filas de los reservistas (actualmente son 60.000) y convertir así a Alemania en un país “preparado para la guerra”. “Tenemos que ser realistas y estar en condiciones de disuadir un ataque”, ha asegurado Pistorius.

El ministro no ha querido especular sobre si será necesario introducir la obligatoriedad en el futuro porque está convencido de que el cupo quedará cubierto con los voluntarios. En caso de apostar por un reclutamiento forzoso, se tendría que enfrentar a sus propios compañeros de partido y de coalición. Varios de ellos han dicho públicamente que no aceptarán la obligatoriedad. “En lugar de un nuevo servicio obligatorio, deberíamos conseguir que más gente se interesara por servir en la Bundeswehr y reforzar las reservas”, ha asegurado el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner.

Los tambores de guerra a las puertas de Europa han devuelto la defensa nacional al primer plano en Alemania. Después de décadas de infrafinanciación, su ejército estaba en una situación calamitosa que se está intentando corregir a partir de miles de millones de inversiones en armamento. Las Fuerzas Armadas se han convertido en la prioridad de la zeitenwende, o cambio de era, el nombre con el que el canciller Scholz describió el giro de 180 grados en las políticas de defensa y seguridad de Alemania que ha provocado la invasión de Ucrania.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.
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