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Más de 2.000 personas sepultadas en Papúa Nueva Guinea por el deslizamiento de tierra

Las dificultades del terreno y los conflictos tribales en lugares cercanos han provocado que las primeras ayudas lleguen dos días después del alud

Trabajadores humanitarios y varias personas caminaban el domingo 26 de mayo por un lugar dañado tras el alud del pasado viernes en la provincia de Enga.Foto: NEW PORGERA LIMITED (VIA REUTERS) | Vídeo: EPV

Más de 2.000 personas han quedado sepultadas por un enorme deslizamiento de tierra en una remota localidad de Papúa Nueva Guinea el viernes pasado, según ha informado este lunes el Gobierno de este país de nueve millones de habitantes situado al norte de Australia. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente de la ONU, estimó el domingo la posible cifra de muertos en 670 personas, pero el Centro Nacional de Desastres ha elevado este lunes la cifra a más de 2.000. La variación en ambos cálculos refleja el sitio remoto y la dificultad para obtener una estimación precisa de la población. El último censo creíble data de hace 24 años y muchas personas viven en aldeas aisladas, aunque el ministro de Defensa indicó que unas 4.000 personas vivían en la zona.

El deslizamiento de tierra azotó la aldea de Yambali, en el norte del país, a las tres de la madrugada del viernes, mientras la mayor parte de los vecinos dormían. Más de 150 casas quedaron enterradas bajo escombros de casi dos pisos de altura. Los rescatistas dijeron a los medios locales que escucharon gritos desde debajo de la tierra. “Tengo a 18 miembros de mi familia enterrados bajo los escombros y el suelo sobre el que estoy. Y hay muchos más familiares en el pueblo que no puedo contar”, dijo el residente Evit Kambu. “Pero no puedo recuperar los cuerpos, así que estoy aquí, impotente”.

Transcurridas más de 72 horas del deslizamiento de tierra, los residentes todavía usaban palas, palos y sus propias manos para tratar de mover los escombros y llegar hasta los supervivientes. La ayuda ha tardado en llegar debido a la ubicación remota, mientras que un conflicto tribal cercano al lugar de la catástrofe ha obligado a los trabajadores humanitarios a viajar en convoyes escoltados por soldados y regresar a Wabag, la capital de la provincia de Enga, a aproximadamente 60 kilómetros de distancia, por la noche.

La primera excavadora llegó el domingo

La primera excavadora llegó al lugar a última hora del domingo, según informó un funcionario de la ONU. Hasta el momento se han recuperado seis cadáveres. El contacto con otras partes del país es difícil debido a la mala recepción y a la escasez de electricidad.

Muchas personas ni siquiera están seguras de dónde estaban sus seres queridos cuando se produjo el deslizamiento de tierra porque es común que los residentes se queden en casas de amigos y familiares, según Matthew Hewitt Tapus, un pastor que reside en Port Moresby, la capital del país, cuyo pueblo natal está a aproximadamente 20 kilómetros de la zona del desastre. “No es que todos estén en la misma casa al mismo tiempo, por lo que hay padres que no saben dónde están sus hijos, madres que no saben dónde están sus maridos, es caótico”, dijo por teléfono.

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La oficina del primer ministro, James Marape, informó de que el desastre estaba siendo gestionado por las autoridades de emergencia y que el funcionario se encontraba en Port Moresby, preparándose para el regreso del parlamento el martes, donde enfrenta una moción de censura. La lluvia, la inestabilidad del suelo y la escasez de agua corriente hacen que sea extremadamente peligroso para los residentes y los equipos de rescate retirar los escombros, según Serhan Aktoprak, jefe de la misión de la agencia de migración de las Naciones Unidas en el país.

Más de 250 casas han sido abandonadas tras el alud, mientras los funcionarios alientan a la gente a trasladarse a otras zonas fuera de peligro de nuevos corrimientos de tierra. Más de 1.250 personas se han desplazado ya a otros lugares. Algunos residentes locales tampoco quieren que la maquinaria pesada y las excavadoras entren en el pueblo e interrumpan el duelo, según ha señalado el funcionario de la ONU. Australia ha anunciado un paquete inicial de ayuda de 2,5 millones de dólares australianos (1,5 millones de euros) y ha dicho que enviaría expertos técnicos para ayudar en las tareas de rescate y recuperación. China, que ha estado cortejando a las naciones insulares del Pacífico, también dijo que proporcionaría ayuda.

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