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Bruselas identifica un centenar de áreas para invertir en América Latina

La discrepancia ente la UE y la Celac sobre la condena a Rusia por su guerra en Ucrania tensa la primera cumbre en ocho años entre los dos continentes

Illan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, junto al presidente brasileño Lula da Silva; la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen; el presidente español, Pedro Sánchez, y el presidente del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina Sergio Díaz-Granados durante la cumbre en Bruselas.Foto: NURPHOTO (NURPHOTO VIA GETTY IMAGES) | Vídeo: EBS

La Unión Europea se afana por reactivar sus relaciones con América Latina. La cumbre que se celebra este lunes y el martes en Bruselas entre la UE y la Celac —Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños— será una gran oportunidad para los dos continentes. Mientras la UE busca nuevos socios comerciales, ante el empuje de China en Latinoamérica, y escarmentada tras las lecciones aprendidas de su dependencia de Rusia en materia energética, los Veintisiete cortejan a los países de Latinoamérica y el Caribe, una de las regiones exportadoras de materias primas más grandes del mundo. En el menú de esta cumbre, Bruselas ha identificado áreas de inversión a través de más de un centenar de proyectos concretos —desde uno para el metro de Bogotá a otro sobre autobuses eléctricos en Costa Rica— que pueden servir como punta de lanza para incentivar la participación europea en la región, según las hojas de ruta que ha podido conocer EL PAÍS.

Sin embargo, las discrepancias entre la Celac, un grupo muy diverso de 33 países que carece de estructura, y la UE sobre la condena al Kremlin por su guerra en Ucrania en la declaración final de la reunión, tensan la primera cumbre de este tipo en ocho años, que es, además, el gran pistoletazo de salida de la presidencia española de la UE.

Mientras, los Estados se preparan para anunciar durante la cumbre —en la que participarán desde el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hasta el de Colombia, Gustavo Petro— programas de inversión en la región. A los 9.400 millones que aportará España y los 10.000 millones de la Comisión Europea hasta 2027, se sumarán anuncios de otros miembros como Suecia (que baraja poner sobre la mesa 3.500 millones), Países Bajos (2.000 millones) o Finlandia e Irlanda (que analizan desplegar una suma más modesta, 50 millones), según fuentes comunitarias. Y llegarán más.

Está previsto que acudan a Bruselas —donde además de celebrar un importante foro empresarial paralelo— los líderes de los 27 Estados miembros y los jefes de Estado y de Gobierno de, al menos, 25 de los 33 países de la Celac, según fuentes diplomáticas. Ocho países —como México— tendrán representación de ministros. “La idea es celebrar una cumbre lo más inclusiva posible”, remarca una alta fuente comunitaria.

“La mera celebración de la cumbre ya es un éxito diplomático. La UE y Celac suman un tercio de los países de Naciones Unidas. Y, además, llega después de casi una década en la que Latinoamérica no ha estado en el radar europeo”, apunta Javi López, eurodiputado y copresidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana.

Lula da Silva y Von der Leyen, el 12 de junio en Brasilia.
Lula da Silva y Von der Leyen, el 12 de junio en Brasilia.EVARISTO SA (AFP)

La intención no es centrar la cumbre en grandes anuncios económicos, como la reunión con los países africanos, en la que se reveló una inversión de 150.000 millones de euros en proyectos que en muchos casos no se concretaron, señala una fuente diplomática. Habrá firmas de acuerdos en energía y otros asuntos como cooperación en temas digitales o de interior. Los paquetes económicos que se anunciarán, en forma de préstamos y subvenciones, irán en su mayoría al proyecto europeo Global Gateway, una herramienta nacida para movilizar recursos de programas en países en vías de desarrollo. El objetivo de este proyecto es contrarrestar la influencia de la Nueva Ruta de la Seda de China, el gran proyecto de Pekín para reforzar su posición ampliando sus relaciones comerciales con todo el planeta. A ese proyecto, se han sumado 21 de los 33 países de América Latina y el Caribe.

La UE se juega mucho en América Latina, una región en la que es el principal inversor, pero en la que ha ido perdiendo terreno hasta ser el tercer socio comercial —por detrás de China y Estados Unidos—, y con la que mantiene una de las redes de acuerdos más densas del mundo. Para ayudar a identificar proyectos de interés, que pueden animar la inversión, la Comisión Europea ha preparado un informe con más de un centenar de proyectos en casi todos los países de la Celac. Estos van desde programas para invertir (parte privada y parte pública) en hidrógeno verde en Argentina, transporte más sostenible en Paraguay, proyectos digitales y de telecomunicaciones en Colombia para lograr la transformación digital, plantas eólicas y solares en Cuba, producción de vacunas en México. No es una operación financiera, ya que no tiene fondos específicos asociados para cada proyecto, sino que busca ser el principio de muchas inversiones, precisan fuentes diplomáticas.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, conversaba el 23 de junio con el presidente de España, Pedro Sánchez, en Bruselas.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, conversaba el 23 de junio con el presidente de España, Pedro Sánchez, en Bruselas.JOHANNA GERON (REUTERS)

Cumbre política

Será una cumbre muy política que durará dos días en los que los líderes, además de participar en las conversaciones en el plenario, mantendrán reuniones bilaterales. Un formato que ha suscitado mucho interés. Además, en paralelo se celebrará un foro empresarial con importantes compañías europeas.

La cumbre y la hoja de ruta de inversión se han diseñado en torno a un equilibrio complejo. Está claro que la UE tiene gran interés en las materias primas estratégicas de América Latina —una región que tiene, entre otras cosas, grandes reservas de litio—, pero insiste en que no quiere presentarse como una potencia extractiva. Algo contra lo que ya han alertado líderes como Lula da Silva y el argentino Alberto Fernández. También grupos de la sociedad civil, como la ONG Oxfam, han criticado que se esté primando la inversión privada.

Sobre la mesa de los líderes este lunes y martes en Bruselas también estará el acuerdo con Mercosur —la quinta mayor área económica del mundo fuera de la UE, compuesta por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay— pero que está encallado. Más factible será lanzar el acuerdo con Chile (al que solo faltan algunos flecos) y renovar el de México. A la vez, la UE busca iniciar un acuerdo de cooperación y asociación con Colombia, que se podría firmar en otoño, según han revelado fuentes comunitarias a este diario, y que busca canalizar el diálogo entre Bruselas y Bogotá (que no disponen de acuerdo).

El alto representante para la Política Exterior, Josep Borrell, firmará, además, memorandos de entendimiento con Ecuador, Honduras y El Salvador. En el caso de Ecuador, se identifican ocho áreas prioritarias para “fortalecer” las relaciones, entre las que están el medio ambiente, la agenda científica y educativa, la agenda migratoria, la promoción de las inversiones en ciertos sectores verdes o la agenda de cooperación para Política Exterior, según el texto al que ha tenido acceso este diario. Los memorandos con Honduras y El Salvador, donde se producen graves vulneraciones de los derechos humanos, son más sucintos y destacan la intención de sentar las bases para un diálogo político bilateral mediante “consultas periódicas”.

Los líderes europeos y latinoamericanos buscan también constituir un órgano de relaciones diplomáticas para que la relación entre ambos bloques sea más fluida y puedan ir cerrando espacios para la siguiente cumbre, que podría celebrarse en 2025 en Colombia. La UE ha descuidado profundamente la región durante ocho años y ahora está tratando de revertir la situación, como ha demostrado la coreografía diplomática en forma de viajes a la región de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, del Consejo Europeo, Charles Michel, del jefe de la diplomática europea, Borrell, y de un buen número de comisarios de peso. “La UE está de vuelta en América Latina”, repitió Von der Leyen en sus viajes a Brasil, Argentina, Chile y México.

El jefe de la diplomacia comunitarias, Josep Borrell (derecha), el presidente de Argentina, Alberto Fernández (izquierda) y el ministro de Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, en una reunión CELAC- UE en Buenos aires a finales de 2022.
El jefe de la diplomacia comunitarias, Josep Borrell (derecha), el presidente de Argentina, Alberto Fernández (izquierda) y el ministro de Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, en una reunión CELAC- UE en Buenos aires a finales de 2022.Erika Villano (ERIKA VILLANO)

Ucrania

Sin embargo, los desacuerdos en torno a la condena de la invasión a gran escala de Ucrania lanzada por Rusia pueden deslucir enormemente la reunión. La guerra lanzada por Vladímir Putin hace más de 500 días no es el foco de la cumbre, pero centra todas las reuniones europeas. Y en esta ocasión, un grupo de países —los más explícitos en su apoyo a Ucrania— han querido resaltar la condena a Rusia en los términos más duros. Algo que ha chocado con el bloque de la Celac, muy diverso, que además está presidido este periodo por San Vicente y Granadinas, que pertenece a la Commonwealth y al ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América)

La gran mayoría de la región ha condenado la agresión y respaldado las resoluciones de Naciones Unidas, pero en la Celac también hay países que no lo han hecho y mantienen fuertes vínculos con Rusia (Cuba o Venezuela). Otros, como Brasil, rechazan la guerra, pero no comparten el envío de armas y buscan jugar un papel mediador.

A última hora de la tarde del domingo, la declaración final de la cumbre aún se estaba negociando. Y el punto de fricción principal era Ucrania. En el primer borrador de declaración alternativa de la Celac se hablaba de abogar por una “solución diplomática seria y constructiva” al “conflicto en Europa”, pero ese texto ni siquiera tenía el consenso dentro de la Celac. En los últimos borradores se habla ya de guerra en Ucrania y de los estragos que esta provoca, pero el desacuerdo está en que algunos países no quieren que se incluya una referencia a la declaración de la ONU que condena a Rusia por la guerra de agresión y tampoco a exigir la retirada total de Ucrania. El riesgo es que la cita acabe sin declaración, algo que en términos prácticos no implicaría mucho, pero sí en términos simbólicos, ya que visibilizaría grandes grietas entre ambas partes.

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