La policía omitió al juez una carpeta llamada “CIA” del ordenador del español que espió a Assange
En el volcado informático entregado al instructor se obviaron más de 200 gigas de archivos sobre la vigilancia al fundador de Wikileaks
David Morales, dueño de la empresa de seguridad española que espió a Julian Assange durante su prolongada estancia en la Embajada de Ecuador en Londres, archivó en su ordenador portátil sus trabajos para la CIA y los bautizó con las siglas de la agencia de inteligencia estadounidense, según un nuevo análisis de su dispositivo, un MacBook de Apple, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Las siglas de la CIA aparecen reflejadas varias veces en un disco duro externo de la marca Western Digital en el que el exmilitar guardaba los proyectos y operaciones en los que participaba su empresa UC Global, S.L.
A las sospechas y pruebas ya conocidas de que el exmilitar español espió las reuniones del fundador de Wikileaks con sus abogados y las envió a la inteligencia estadounidense se suman ahora sus propios archivos personales, desconocidos para la investigación judicial, y guardados en carpetas en las que se usaban, entre otros, términos como: operaciones, CIA, embajada o vídeos.
La aparición de esta nueva evidencia ha sido una sorpresa en la causa que se sigue en la Audiencia Nacional contra Morales, ya que ninguno de esos registros informáticos apareció en la copia inicial que hizo la policía del material incautado al exmilitar cuando fue detenido en septiembre de 2019. Un material que los agentes subieron a la nube judicial para que pudieran consultarlo las partes personadas en el caso. El arresto e imputación de Morales tuvo lugar semanas después de que una investigación de este periódico revelara los vídeos y audios que los empleados de UC Global habían grabado mientras el australiano preparaba su defensa con sus abogados.
El hallazgo de estas nuevas pistas sobre el espionaje de la CIA al ciberactivista, que permanece preso en una cárcel de Londres, no ha sido casual. Los abogados de Assange encontraron fallos en la descarga de los registros subidos a la nube y lograron que el juez Santiago Pedraz, instructor de la causa, autorizara realizar una segunda copia del material intervenido por los agentes a David Morales. Un volcado con una imagen íntegra del sistema que la policía no había hecho. Ahora, un informe de los peritos de Assange acredita la aparición de “un volumen muy relevante de material, que no figuraba en la copia original [de la policía]”. “Multitud de evidencias”, describe el análisis forense. En este segundo volcado han aparecido las carpetas mencionadas y en las que el dueño de UC Global usó las siglas de la CIA.
Micrófonos ocultos
La diferencia del tamaño o volumen de las dos copias, la volcada por la policía de los ordenadores, pendrives y dispositivos electrónicos de Morales, y la obtenida por la defensa de Assange, representa 213.1 GB: 551.616 ficheros y 973 archivos de correo. Entre esos nuevos archivos se guardó una carpeta denominada “Operations&Projets” (Operaciones y Proyectos) con directorios organizados por zonas geográficas, en los que se detallan ficheros sobre la región o país y los servicios a desarrollar.
En la zona correspondiente a América del Norte, dentro del directorio USA, aparece una carpeta denominada CIA. En su interior, en una carpeta llamada Vídeos, se guardaron imágenes de las grabaciones que las cámaras y los micrófonos ocultos de UC Global, instalados en la Embajada de Ecuador en Londres, registraron de las reuniones del fundador de Wikileaks. Cada grabación está fechada y titulada: “Pamela Anderson”, que contiene las reuniones con la actriz, amiga de Assange; “Huésped”, nombre con el que los empleados de Morales se referían al australiano; “Aseo señoras”, lugar donde celebraba las reuniones con sus letrados por miedo a ser espiados; “Fidel”, cónsul ecuatoriano que intentó sacar a Assange con un pasaporte diplomático.
Los archivos de los vídeos se pasaban a un formato comercial y se renombraban con referencias a sus contenidos con la finalidad de hacerlos visibles y accesibles al consumidor final. En este caso, y según figura en el ordenador del propio Morales, ese consumidor era la CIA. Las nuevas evidencias incautadas al exmilitar coinciden con el material entregado al juez por un extrabajador de UC Global al que el magistrado otorgó la condición de testigo protegido.
Hasta ahora, las sospechas de que el dueño de UC Gobal remitió a la CIA el material obtenido durante el espionaje en la Embajada de Ecuador en Londres se basaban en las pruebas aportadas por EL PAÍS y en las declaraciones de varios extrabajadores de la empresa de seguridad. También, en los correos de Morales en los que aseguraba trabajar para “el cliente americano”, haberse “pasado al lado oscuro”, o colaborar con “la inteligencia americana”. “Los que controlan son los amigos de USA“, escribía a sus empleados de confianza. Los datos facilitados por Morales a la CIA abortaron el plan para sacar a Assange de la embajada en la Navidad de 2017, según reveló este diario. Estados Unidos ha pedido su extradición y el Reino Unido la ha concedido. El caso está pendiente de varios recursos judiciales.
Carpetas “muy relevantes” sin copiar
El informe de los peritos de Assange, Manuel Huerta y José Manuel Martínez, destaca que en el volcado de la policía no se copiaron carpetas “muy relevantes” para la investigación como desktop al representar el escritorio donde el usuario puede albergar numerosos ficheros y carpetas. El análisis pericial destaca la aparición de “carpetas borradas con información”, entre las que figuran varias con la denominación “hotel”, nombre con el que Morales bautizó a la Embajada de Ecuador en Londres en la que se refugió Assange y donde fue espiado. “Se observa una pérdida abismal de ficheros y carpetas”, concluyen los peritos.
Aitor Martínez, abogado de Assange, destaca en un escrito dirigido al juez “la enorme disparidad” entre las evidencias que aparecen en la copia original que hizo la policía y el volcado que del mismo material acaban de obtener los peritos designados por el ciberactivista. “A ello se suma la inactividad de la unidad policial actuante, quien hasta el momento no ha elevado ningún oficio o informe sobre las copias iniciales, que, como ahora sabemos, estaban sesgadas y no reflejaban la realidad del material de interés para esta causa”, critica el letrado, que ha pedido una prórroga de seis meses en la instrucción del caso. Tras estas críticas, la policía acaba de elevar un informe al juez en el que establece las coincidencias entre el material informático entregado por un testigo protegido y el encontrado en el ordenador de Morales.
El exinfante de Marina David Morales se encuentra en libertad provisional y está siendo investigado por delitos contra la intimidad, violación del secreto de las comunicaciones abogado-cliente, apropiación indebida y blanqueo de capitales.
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