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El conservador Mitsotakis, favorito para mantener el poder en Grecia pese al escándalo de espionaje y al accidente de tren

El primer ministro se beneficia de la división de la izquierda en las elecciones de este domingo, que según las encuestas requerirán una segunda vuelta

El primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, se fotografía con sus simpatizantes durante una visita a la principal oficina de campaña electoral del partido en Atenas, el 14 de mayo de 2023.Foto: LOUISA GOULIAMAKI (EL PAÍS) | Vídeo: REUTERS

En el adinerado barrio ateniense de Kolonaki las máquinas excavadoras, los martillazos y las taladradoras invaden cualquier conversación, pero nadie parece quejarse. El próximo domingo Grecia celebrará elecciones generales. Entre los principales candidatos no hay ninguna mujer. El partido ganador deberá cosechar la mitad más uno de los 300 escaños. Si no lo consigue, se celebrará el 2 de julio la segunda vuelta. El primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, de 55 años, al frente de su partido, Nueva Democracia, es el favorito en las encuestas. Pero ningún sondeo otorga a nadie una mayoría suficiente que evite la segunda votación.

La encuesta de la empresa Marc —la más reciente, elaborada entre el 10 y el 13 de mayo— otorga una ventaja de 6,7 puntos porcentuales a Nueva Democracia, que obtendría un 33,6% de los votos frente al 26,9% de la izquierdista Syriza. La izquierda está lejos de la esperanza que representaba en 2015 y aparece fragmentada en cuatro candidaturas. El tercer lugar, tras Nueva Democracia y Syriza, es para los socialistas del Pasok, con un 9,1%, que pretenden dejar atrás una década marcada por corrupción, escisiones, cambios de nombre en el partido y liderazgos fugaces. El Partido Comunista de Grecia (KKE) aparece en cuarto lugar en los sondeos y ha prometido no pactar jamás ni con Syriza ni con Mera25, la formación de Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas en la época del Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras.

El primer ministro ha debido afrontar dos grandes crisis. La primera estalló a mediados de 2021 y se conoció como el escándalo de las escuchas ilegales. Nikos Androulakis, líder del Pasok, denunció que había sido espiado por el aparato de seguridad del Estado, a las órdenes del jefe de inteligencia, Panagiotis Kontoleon y del Ministerio de Orden Público, cuyo máximo responsable era Grigoris Dimitriadis, sobrino de Mitsotakis. A pesar de que el primer ministro tuvo que deshacerse de ambos, el escándalo continuó con revelaciones de más escuchas a periodistas, políticos y militares.

Varios peatones pasan en Atenas junto a un cartel del partido gobernante Nueva Democracia donde aparece una foto del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, el 15 de mayo de 2023.
Varios peatones pasan en Atenas junto a un cartel del partido gobernante Nueva Democracia donde aparece una foto del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, el 15 de mayo de 2023.ORESTIS PANAGIOTOU (EL PAÍS)

Sin embargo, a los votantes de Nueva Democracia no parece importarles que el Gobierno espíe a sus ciudadanos. Un inversor de 38 años que prefiere no dar su nombre justifica el espionaje con el argumento de que “un primer ministro debe estar al tanto de todo”, aunque asume que “tal vez debería haberse informado a la oposición”. En su voto por Mitsotakis pesan otras razones: “Es la primera vez que tenemos en el puesto a un adicto al trabajo como nosotros y es el mejor momento financiero que hemos visto en años”.

La otra gran crisis política de Mitsotakis sobrevino tras el accidente ferroviario en la localidad de Tempe el pasado 28 de febrero, donde murieron 57 personas, la mayoría estudiantes. El ministro de Transporte, Konstantinos Karamanlis, dimitió al día siguiente, a pesar de que el Gobierno sostuvo que la tragedia se debió a un error humano del jefe de estación, y no tanto al mal estado de las infraestructuras. Mitsotakis pidió disculpas días después del accidente: “No podemos, no queremos y no debemos escondernos detrás del error humano”, asumió. Pero eso no frenó las movilizaciones. El Ejecutivo se enfrentó a decenas de concentraciones juveniles en todo el país y a dos huelgas generales, una de ellas con el mayor seguimiento en una década.

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La politóloga griega Anastasia Veneti, profesora asociada de Comunicación Política en la Universidad de Bournemouth (Reino Unido), sostiene por videoconferencia que el choque de trenes es el ejemplo de que Mitsotakis incumplió la promesa de mejorar las infraestructuras. Pero le reconoce logros en las finanzas. Para Veneti, la clave de que Mitsotakis sea favorito en las encuestas no se debe tanto a la “fortaleza de su Gobierno” como a “la debilidad de la oposición” y a su potente equipo de comunicación. Mitsotakis no ha cumplido tanto como anuncia, “pero lo hace de manera tan persuasiva que consigue convencer a sus electores”, sostiene.

La división de la izquierda no preocupa en el barrio de Kolonaki, plagado de tiendas de lujo y feudo de Mitsotakis. Aunque no todo el mundo muestra la misma convicción en su respaldo al político conservador.

“La opción menos mala”

Eftimios, directivo de 44 años que trabaja para una empresa de cerámica española y solicita no revelar su apellido, confiesa que votará a Mitsotakis, como “la opción menos mala”. Esgrime que el mandatario logró estabilizar la economía y modernizó parte de la Administración. “La digitalización mejoró la vida de los ciudadanos, aunque todavía queda mucho por hacer. Pero no sé si con Syriza habría sido muy distinto”. Eftimios lamenta que, por culpa de los bajos salarios, es difícil encontrar profesionales. “Un fontanero tarda un mes en venir. Y los hoteles no encuentran camareros”. Se queja del fraude fiscal muy extendido y de la tolerancia del Gobierno hacia las infracciones cotidianas. Razona: “Puede parecer una tontería, pero a mí me molesta que se permita de nuevo fumar por la noche en los bares”.

El antiguo embajador de Canadá en Grecia, Robert W. A. Peck, de 64 años, toma un aperitivo junto a María, empresaria griega de 44 años que vive en Estados Unidos. María ha venido a su país para votar y prefiere aportar solo su nombre propio. Ambos defienden la gestión del primer ministro. “Antes daba vergüenza decir que eres griega”, añade. “Mitsotakis es el más moderno, el candidato más próximo a la realidad. Sabe cómo funciona el capital”, concluye.

El diplomático cree que la principal virtud del primer ministro es que ha aportado “credibilidad” ante los inversores extranjeros. “Mitsotakis está en el buen camino. Es una persona preparada. Habla inglés, francés, alemán… Yo lo conocí cuando era diputado, vi cómo se remangaba y se ponía a estudiar los asuntos hasta el mínimo detalle. Es cierto que con un solo mandato no ha podido cambiar una burocracia que arrastra 40 años de ineficiencia. Pero al menos los griegos han destruido ya el mito de las soluciones simplistas que proponía Syriza”.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, visita el lugar en el que chocaron dos trenes, cerca de la ciudad de Lárisa, el 1 de marzo de 2023.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, visita el lugar en el que chocaron dos trenes, cerca de la ciudad de Lárisa, el 1 de marzo de 2023. ALEXANDROS AVRAMIDIS (REUTERS)

Hay cuestiones que apenas se están abordando durante la campaña. El cambio climático no apareció en el único debate televisado que hubo entre los candidatos, el miércoles 10 de mayo. El hecho de que en Atenas, como en las principales ciudades del país, no haya carriles bici, no parece preocupar a nadie. La cuota de participación femenina en el poder tampoco está en la agenda de los principales partidos. Los derechos de la población LGTBI, tampoco. Las discusiones han girado en torno a la economía y a la gestión del Gobierno en sus principales contratiempos.

Nueva Democracia presume de haber reducido el desempleo del 17,3% al 10,9% actual —por debajo del 13,26% de España—, de haber sabido gestionar la pandemia y de atraer inversión extranjera, a pesar de que la deuda externa sigue siendo de las mayores del mundo. El pasado abril, la agencia de calificación Standard & Poor’s cambió la perspectiva de calificación crediticia soberana de Grecia de estable a positiva; se trata del primer paso para elevar la calificación, algo que se espera que lo haga después de las elecciones.

Inflación disparada

Veneti alega que para el griego común la deuda externa no es tan relevante como la carestía de la vida. El trayecto en taxi desde el aeropuerto de Atenas al centro de la ciudad cuesta 40 euros, frente a los 30 de Madrid. El café en muchos locales se cobra a tres euros y la cerveza a más de cuatro. Los sindicatos y la oposición se quejan de que la inflación se disparó, pero los salarios se estancaron.

La politóloga explica que el punto fuerte del mandato de Mitsotakis fue gestionar la pandemia con medidas sociales más propias de la izquierda que de la derecha liberal. Su Gobierno aprobó por decreto subsidios a empresas, familias y consumidores para gestionar la emergencia sanitaria y, recientemente, para combatir la inflación y la pobreza energética. De esta manera, el Ejecutivo fidelizó a votantes que “si bien no comparten un ideal conservador, tienen miedo de que el Gobierno cambie”, según la politóloga.

Gianó, joyera de 80 años, afirma tajante que Mitsotakis está formado en las mejores universidades y domina el inglés, francés y alemán, frente a la “incompetencia” de Tsipras. Los vecinos de Kolonaki consultados estiman que el primer ministro ha puesto a Grecia en el buen camino. Pero la politóloga Veneti resume lo que otros muchos griegos que no viven en ese barrio pueden sentir: “La gente necesita escuchar desesperadamente cosas positivas. Syriza no lo entendió. Y el Gobierno conservador sí”.

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