La alberca donde los niños sordos de Bolivia aprenden a nadar con señas
La sensación de estar bajo el agua y el eco de las albercas a menudo provocan desorientación en los menores con problemas auditivos
Aprender a nadar es un logro para cualquier niño, pero para aquellos que padecen problemas de audición se convierte en un reto con un nivel de dificultad adicional. En una comunidad de La Paz, Bolivia, la instructora Olga Laura Salamanca guiña a una decena de niños para mantenerse a flote en el agua.
Salamanca lanzó este año uno de los pocos programas gratuitos para enseñar a menores con discapacidad auditiva a nadar. Sin aparatos de audición, la sensación de estar bajo el agua y el eco de las albercas a menudo provocan desorientación en los niños. La instructora combina correcciones de estilo con lengua de señas en cada lección.
La esperanza de Salamanca es allanar el camino para estos niños. A ella le tomó dos décadas aprender a nadar, simplemente porque los instructores tradicionales no lograban comunicarse con ella. Para los padres de sus alumnos las clases no solo son una forma de iniciar buenos hábitos de salud, sino que también proveen un ambiente inclusivo de aprendizaje.
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