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El cierre en Letonia de una televisión rusa opositora al Kremlin aviva el debate sobre la libertad de expresión

Las autoridades del país báltico retiran la licencia del canal Dozhd por unos comentarios ambiguos apenas unos meses después de que sus periodistas huyeran de Rusia por el veto al medio

La directora general de Dozhd, Natalia Sindéyeva, durante una conferencia de prensa celebrada 4 de febrero de 2014 en la entonces sede del canal, en Moscú.
La directora general de Dozhd, Natalia Sindéyeva, durante una conferencia de prensa celebrada 4 de febrero de 2014 en la entonces sede del canal, en Moscú.Alexander Zemlianichenko (AP)
Javier G. Cuesta

Primero la prohibió Rusia y después ha sido vetada por un país de la Unión Europea. Letonia ha retirado este martes la licencia de emisión del canal Dozhd (Lluvia, en ruso), la última televisión independiente que quedaba en la nación euroasiática antes de ser bloqueada por el Kremlin por su cobertura crítica de la guerra. Su acogida por el país báltico apenas ha durado unos meses.

El motivo de una decisión tan contundente ha sido incluir la anexionada Crimea dentro de Rusia en un mapa y el comentario de un presentador que expresó su deseo de mejorar las penurias que afrontan los rusos movilizados forzosamente en el frente. Eso ha ocasionado que Riga se decidiese a revocarle su permiso para emitir de forma fulminante. Esta prohibición aviva el debate sobre la libertad de expresión. Y ha sido recibida con alborozo en Moscú. El Gobierno de Vladímir Putin ve reforzado así su discurso de que Europa también persigue a la prensa. En torno al 30% de la población de Letonia es de habla rusa.

Dozhd cesó de emitir en Rusia el pasado 3 de marzo con la proyección de El lago de los cisnes, el mismo ballet con el que la cúpula comunista censuró en televisión el intento de golpe de Estado de 1991 (conocido como el Golpe de Agosto). El canal había sido bloqueado bajo la nueva ley que persigue a quien “desacredite a las Fuerzas Armadas”, y sus periodistas se exiliaron a Letonia, donde refundaron el medio a través de YouTube.

Su final en Letonia ha llegado con la emisión del programa Aquí y ahora del pasado 1 de diciembre. El presentador Alexéi Korosteliov leía en directo una petición del equipo editorial a los telespectadores para que denunciasen las irregularidades de la movilización de civiles decretada por Putin. El periodista expresó en alto un deseo que le costó su despido y, a la larga, la licencia al canal: “Esperamos que podamos ayudar, incluidos nosotros, a muchos militares. Por ejemplo, con equipamiento y algunas comodidades para el frente”.

Korosteliov fue despedido por aquellas palabras, aunque su destitución no ha impedido el cierre del canal. La directora de noticias, Ekaterina Kotrikadze, justificó en su día el despido: “Ha sido una decisión difícil para nosotros, pero la dirección considera que era la única salida sincera y posible”. Sin embargo, aquella medida no bastó para aplacar la campaña vertida contra el medio y varios periodistas renunciaron en señal de protesta contra la dirección. “Las personas tienen derecho a equivocarse y también, a explicarse públicamente antes de ser despedidos”, escribía la corresponsal Margarita Liutova en Facebook al explicar su renuncia por solidaridad.

El director de Dozhd, Tijon Dzyadkó, intervino en los informativos del 2 de diciembre para asegurar que aquel comentario había sido malinterpretado y solo querían denunciar la precaria situación en la que se encuentran los movilizados. “Dozhd nunca ha planeado ni planeará la entrega de material, armas, comida ni otra cosa al ejército ruso”, remarcó Dzyadkó, y agregó que la televisión ha emitido durante estos meses este tipo de mensajes dirigido a los reclutas rusos: “Os mienten, os mandan a matar y a ser matados”. Dzyadkó recalcó que la posición del canal es clara contra la guerra.

El regulador de los medios letón ha revocado su licencia a partir del próximo 8 de diciembre y ha pedido que su emisión también sea inaccesible en aquel país a través de internet, como ya sucede con Russia Today y otros medios estatales del Kremlin. Reporteros sin Fronteras ha pedido a Riga que reconsidere su situación. “Dozhd es uno de los pocos canales con periodistas rusos que emiten para rusoparlantes”, ha expresado la ONG.

La presión ha hecho mella en el canal. “Algunos buscaban un pretexto y se han agarrado a él entre gritos. Están diciendo mentiras al público con la esperanza de que la gente no las compruebe y se las traguen. Están destruyendo la reputación de Dozhd de forma deliberada y vil”, lamentaba Kotrikadze el pasado 5 de diciembre en su canal de Telegram.

La directora general de Dozhd, Natalia Sindéyeva, publicó este martes un vídeo en sus redes sociales en el que pedía perdón al presentador y a los espectadores, e imploraba la vuelta del afectado y del resto de periodistas. “Fue un error despedir a Aliosha (Korosteliov), ha sido lo más terrible que pudimos hacer en esta situación”, reconocía entre lágrimas antes de pedir también compresión a Ucrania porque aquellas palabras “fueron un gran error y la gente comete errores”.

La propia Kiev ha quitado hierro a las acusaciones contra el canal. Mijailo Podoliak, asesor del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha afirmado en una entrevista: “[La dirección de Dozhd] ha explicado de forma clara su posición, una posición que está en contra de la guerra y es pro ucrania”, ha afirmado Podoliak.

A la polémica de Korosteliov se sumó el pasado 2 de diciembre la multa que impuso el Consejo Nacional de Medios Electrónicos de Masas letón a Dozhd por incluir en un mapa la península de Crimea, anexionada por el Kremlin en 2014, como parte de la Federación de Rusia. El medio fue multado con 10.000 euros y fue advertido de que podría perder su licencia.

Una manipulación en las redes

La posición de los opositores rusos sobre la guerra de Ucrania y la cuestión de Crimea es uno de los temas que generan más tensión con el resto de países del este de Europa. El propio director de Dozhd ha sido víctima de una manipulación que se ha vuelto viral en las redes sociales. El periodista escribió un tuit en abril de 2014 donde decía “Crimea ¡bienvenida a Rusia!” en tono irónico por la represión de una manifestación allí poco más de un mes después de su anexión. YouTube borró el vídeo que acompañaba aquella publicación, y sin ese contexto esta semana se convirtió en una excusa para atacar al periodista por varios frentes, desde sectores afines al Kremlin a cuentas pro ucranias. Dzyadkó se vio obligado a desmentir el bulo.

Los países bálticos y otros del este forman el núcleo de la Unión Europea que aboga por restringir al máximo la concesión de visados a los ciudadanos rusos, salvo por motivos humanitarios. Defienden esta iniciativa con el argumento de que la población rusa no ha hecho nada para detener al Kremlin ni ha mostrado su rechazo al conflicto.

La suspensión letona de Dozhd también ha sido útil para el argumentario del Kremlin contra la Unión Europea. Dmitri Peskov, portavoz de Putin, declaró este martes a los medios rusos que mantiene bajo control: “Alguien cree todo el tiempo que otro lugar es mejor que casa. Y todo el tiempo alguien piensa que hay libertad en otro lugar y que no la hay en casa. Este es uno de los ejemplos más claros que demuestra la falacia de tales ilusiones”.

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