Cientos de trabajadores protestan en la mayor fábrica de iPhone de China
Los empleados de las instalaciones de Zhengzhou, que piden que se les pague el salario acordado por contrato, se enfrentan a los agentes antidisturbios
Una protesta laboral generalizada ha estallado este miércoles en la mayor fábrica de iPhone de China y del mundo, ubicada en la ciudad de Zhengzhou, en el centro del gigante asiático, según imágenes que circulan a través de internet. Cientos de trabajadores han salido a la calle a defender sus derechos y pedir que se les pague el salario acordado, después de que la empresa tecnológica Foxconn modificase las condiciones de unos nuevos contratos en los que se prometían generosas bonificaciones. Los vídeos que se han compartido en directo muestran un ambiente más que caldeado, con choques entre los trabajadores y la policía antidisturbios y el personal ataviado con trajes de protección individual. Las manifestaciones no son nada comunes en China. Estas, al igual que las de la semana pasada en Guangzhou, llegan en un momento en el que los ánimos están a flor de piel debido a las durísimas restricciones que se están imponiendo para frenar los contagios de la covid mientras la cifra de contagios diarios roza el récord registrado en primavera.
El desencadenante de las protestas en el Parque Tecnológico y Científico de Foxconn en Zhengzhou es un plan de la empresa para retrasar el pago de los bonos prometidos. De acuerdo con el medio económico Yicai, a principios de noviembre, se actualizaron las políticas de contratación de la compañía, bajo las cuales todos los nuevos empleados cobrarían desde el momento de su incorporación 30 yuanes (cuatro euros) la hora, la cifra más alta en décadas. También se acordó que recibirían un bono adicional valorado en varios miles de yuanes. Sin embargo, esta semana se cambiaron las condiciones sin previo aviso, obligando a los empleados a trabajar hasta el 12 de marzo de 2023 para poder recibir todo el dinero.
“Cambiaron el contrato para que no pudiéramos recibir el subsidio que nos habían ofrecido. Además, nos ponen en cuarentena, pero no nos dan comida”, critica un trabajador de Foxconn durante una transmisión en directo a través de Douyin, la aplicación de TikTok para China. “Si no atienden nuestras necesidades, seguiremos luchando”, sostiene. En los vídeos compartidos en las redes sociales chinas se ven grupos de trabajadores marchando al grito de “¡Defendamos nuestros derechos!” y “¡Dadnos nuestro dinero!”. Algunos tratan de derribar las barreras de metal colocadas para el confinamiento. Testigos citados por las agencias de noticias AFP y Reuters aseguran que este miércoles ha habido un amplio despliegue policial en la planta, y que algunos empleados han sido agredidos por las fuerzas de seguridad. Desde Foxconn han confirmado los hechos “violentos” y han prometido “evitar incidentes similares”.
Las protestas llegan menos de un mes después de que estas mismas instalaciones cerraran sus puertas debido a un brote de la covid-19, que dejó imágenes de centenares de trabajadores huyendo en masa, debido al descontento por la estricta cuarentena y las malas condiciones en las que vivían. Desde que se detectaron los contagios, la planta se encuentra funcionando bajo un “circuito cerrado”, sistema bajo el cual el personal reside y trabaja dentro de la fábrica completamente aislado del resto del mundo. Antes del incidente, la planta de Zhengzhou empleaba a unas 200.000 personas.
El gigante taiwanés Foxconn es el principal subcontratista de Apple, y en su planta de Zhengzhou se ensamblan más teléfonos iPhone que en ningún otro lugar del mundo. Desde el incidente a finales de octubre, la firma de Cupertino se encuentra haciendo frente a importantes limitaciones en la cadena de suministro, que la obligaron recientemente a anunciar que se espera una reducción de los envíos de los modelos iPhone 14.
Con el fin de retener al personal y atraer a más trabajadores a pocos días de que la campaña de Navidad comience, Foxconn ha tenido que ofrecer primas y salarios más altos. La semana pasada, Yicai anunció que la compañía había contratado a más de 100.000 trabajadores para la fábrica de Zhengzhou. Debido a que la contratación se ha llevado a cabo a nivel nacional, los empleados procedentes de otras provincias deben guardar al menos una semana de cuarentena.
Ese es otro de los motivos de las protestas. Varios de los trabajadores que se encuentran en aislamiento aseguran que, debido a que no hay camas suficientes, el martes por la noche se anunció que todo aquel que llegase después de las 21.00 no podría ser contratado. Además, muchos temen contagiarse de la covid, alegando que no se está separando adecuadamente a los empleados. Desde Foxconn, no obstante, han negado que se esté alojando a los nuevos contratados junto al personal positivo por la covid.
Contagios sin precedentes
China se enfrenta a una situación epidémica “severa y complicada”, según reconoció el martes Mi Feng, portavoz de la Comisión Nacional de Salud y subdirector del Departamento de Publicidad, en una comparecencia en la que se ofrecieron datos que indican cómo China se asoma inexorablemente a un territorio de contagios sin precedentes. Desde el 1 de noviembre, se han notificado 253.000 infecciones, con una media de 22.200 casos diarios durante casi una semana, doblando las cifras de la semana anterior. Este miércoles, se han notificado más de 29.000 nuevos contagios, a un paso ya de superar los registros de la primavera, cuando Shanghái estuvo más de dos meses confinada. Y Pekín, que se había mantenido a salvo como una isla hasta hace poco, se encuentra ya roza los 1.500 positivos diarios.
Las protestas ponen de manifiesto el coste social e industrial de la estrategia de covid cero a la que las autoridades chinas continúan aferradas. El conglomerado financiero Nomura estimó a principios de semana que varias urbes que representan casi una quinta parte del PIB total de China se encuentran bajo algún tipo de bloqueo, lo que ensombrece las perspectivas de crecimiento de la segunda economía mundial. “Aunque hay pocas perspectivas de que las autoridades opten por dar un paso atrás en la política de cero covid durante el invierno, existe un riesgo significativo de que los esfuerzos de contención fracasen”, escriben los analistas de Capital Economics. Dicho fracaso, podría dar lugar a más bloqueos que dañarían gravemente la economía, añaden estos analistas.
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