Italia, en vilo por la decisión de Mario Draghi, decide hoy si va a elecciones anticipadas
El primer ministro expone en el Senado sus condiciones para seguir en el cargo y se someterá a un voto de confianza que podría liquidar la legislatura
Italia debe resolver este miércoles la violenta crisis de Gobierno abierta el jueves pasado. El primer ministro, Mario Draghi, comparece en el Senado por la mañana para dar cuenta de las razones que le empujaron a presentar su dimisión hace casi una semana. La presión al expresidente del Banco Central Europeo para que no dimita ha sido enorme en las últimas semanas y la mayoría de parlamentarios consultados por este periódico cree que habrá surtido efecto. No se sabe, en cambio, cuáles serán las condiciones de Draghi para seguir en el cargo. Este miércoles por la tarde se vota en el Senado la moción de confianza que debería sellar la paz de definitiva. El jueves se repetirá idéntico ritual en la Cámara de Diputados. Si no se convocan elecciones anticipadas, la legislatura terminaría en la primavera del próximo año.
Las turbulencias han arreciado algo en las últimas horas. Draghi, señalan las fuentes consultadas, parece más dispuesto a escuchar las réplicas de los parlamentarios y a reconsiderar la impulsiva decisión tomada el jueves pasado. Pero no será gratis. El martes se reunió con el presidente de la República, Sergio Mattarella, que ha trabajado estos días para que el primer ministro reconsidere su postura. “El resultado final, en principio, está claro: Draghi se quedará. Pero no sabemos cómo llegaremos hasta él”, apunta un influyente diputado del Partido Democrático. “¿Dimitir? Estamos en periodo de guerra y por muy turbulenta que sea Italia, no se provoca una crisis de Gobierno ahora mismo”, insiste.
El ritual del Senado se alargará durante todo el día y la votación decisiva no llegará hasta las 18.30 horas. Habrá que esperar hasta el jueves para repetir la puesta en escena en la Cámara de Diputados. La segunda parte, sin embargo, será un trámite si se supera con éxito el ritual del miércoles. Casi nadie duda de que se podrá alcanzar una solución. Pero hay muchas dudas sobre cómo se encajarán las piezas. Empezando por el Movimiento 5 Estrellas (M5S), partido que abrió esta crisis al ausentarse de la última votación de confianza.
Riesgo de escisión en el M5S
Los grillinos se encuentran al borde de una nueva escisión que supondría la puntilla definitiva para la formación antisistema. En las últimas horas se ha abierto una guerra entre los partidarios de seguir en el Gobierno y los que abogan por el portazo. Su líder, Giuseppe Conte, aterrorizado por la situación que él mismo ha creado y que le empuja al propio abismo (ninguna situación le favorece), ha comenzado a convencerse de que debe votar a favor de la continuidad de Draghi. “Si sale del Gobierno, morirá de inanición. Y si se convocan elecciones, ni siquiera está claro que pueda ser el candidato”, señala un exdiputado grillino que hoy milita en las filas del partido de Luigi Di Maio, ministro de Exteriores y antiguo líder del M5S.
La última pata del entuerto es la derecha. La Liga, de Matteo Salvini, y Forza Italia, de Silvio Berlusconi, están incómodos con la situación. Una parte de sus partidos, la que se encuentra más cerca de la industria y el tejido empresarial del norte, pide responsabilidad. El cuadro dirigente más agresivo —de ambos partidos—, piensa que unas elecciones a finales de septiembre serían una gran oportunidad. Para ganar. Y para colocar a sus afines en las listas. El problema es que la derecha, especialmente Forza Italia, que pertenece al Partido Popular Europeo, no puede permitirse ahora salir en una foto como autor del derribo de un Ejecutivo en tiempos de guerra. Menos aún con una recesión a la vuelta de la esquina.
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