El cerco de Putin condena a Ucrania a otro rescate financiero internacional
El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, promete en Kiev un nuevo plan de 1.200 millones de euros y el desembolso urgente de un primer tramo de 600 millones
La acumulación de tropas rusas junto a las fronteras de Ucrania ha logrado un primer objetivo. El cerco militar del presidente ruso, Vladimir Putin, ha desestabilizado la economía del país vecino y ha obligado al Gobierno ucranio a pedir ayuda financiera internacional. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, llegó el 31 de enero a Kiev con la promesa de hasta 1.400 millones de euros. Pero Ucrania podría necesitar una ayuda mucho mayor: al menos 4.000 millones de euros para estabilizar su economía y afrontar, este año, pagos de más de 13.000 millones de euros por su deuda.
“La Comisión va a adoptar mañana un paquete de emergencia de 1.200 millones de euros y esperamos desembolsar el primer tramo de 600 millones tan pronto como sea posible”, ha anunciado Dombrovskis en una rueda de prensa en Kiev junto al primer ministro ucranio Denys Shmyhal. La Comisión también ha ofrecido 120 millones de euros en subvenciones a fondo perdido que se suman a los 160 millones que ya estaban previstos.
Dombrovskis ha subrayado que la rapidez del programa no solo busca cubrir las necesidades presupuestarias de Kiev, sino también “garantizar a los inversores que la UE sigue apoyando a Ucrania porque hemos visto que la acumulación de tropas rusas en la frontera, además de las implicaciones militares y de seguridad, está también socavando la confianza y creando una situación complicada en los mercados financieros”.
La economía ucrania ya se encontraba con respiración financiera asistida desde que la pandemia puso fin, en 2020, a cuatro años consecutivos de crecimiento. La Unión Europea aprobó en mayo de aquel año un programa de asistencia macrofinanciera dotado con 1.200 millones de euros, desembolsados completamente a finales de 2021. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, extendió una línea ya en marcha que pasó de 5.500 millones de dólares a 10.000 millones y que se prolonga hasta junio de este año.
En teoría, Ucrania debería haberse encontrado en 2022 en condiciones de financiarse en gran parte por sí misma. La remisión de la pandemia en Europa y la evolución al alza del precio de las principales exportaciones ucranianas (acero, productos agrícolas, minerales) permitieron al país lograr superávit comercial en 2020; mantener ese impulso económico el año pasado; registrar una apreciación de la moneda; y acumular unas reservas de hasta 27.000 millones de euros.
Pero la grave crisis de seguridad provocada por el Kremlin ha dado al traste con las posibilidades de recuperación económica, ha asustado a los inversores internacionales y ha disparado la prima de riesgo hasta el punto de que algunos analistas creen que Ucrania ha perdido el acceso a los mercados financieros internacionales. Las alarmas de Occidente sobre un ataque ruso inminente ha agravado desconfianza de los inversores internacionales. Y el gobierno ucranio, según fuentes europeas, ha tenido que pedir a Bruselas y, sobre todo, a Washington que moderen su retórica belicista para no provocar una espiral de pánico que aleje aún más la inversión del país.
Moscú también ha recortado el envío de gas hacia Europa a través del gasoducto que atraviesa territorio ucranio, lo que deja a Kiev sin las millonarias comisiones que abona la compañía rusa Gazprom por ese tránsito. En los últimos años, Ucrania ingresaba unos 2.500 millones de dólares anuales por ese concepto, según el FMI. Pero en 2021 esa remesa fue un 40% menor. Rusia, además, veto en junio del año pasado la entrada de algunas exportaciones ucranias (sobre todo, productos alimentarios y agrícolas) dando otro pequeño golpe a la economía del país asediado.
“Hemos visto los esfuerzos de Rusia por desestabilizar Ucrania, con desinformación, ciberataques y otras maniobras”, ha señalado este lunes la eurodiputada Nathalie Loiseau en Mariúpol, el puerto ucranio en el mar Negro y uno de los puntos codiciados por las fuerzas prorrusas del Donbás. Loiseau, presidenta de la subcomisión de Defensa del Parlamento Europea, forma parte de una delegación de nueve eurodiputados que visita esta semana Ucrania. “Estamos aquí para mostrar nuestra solidaridad en estos tiempos de incertidumbre”, ha afirmado el eurodiputado y presidente de la comisión de Exteriores, David McCallister también presente en el país.
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