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Alemania elige al sucesor de Merkel en unos comicios con un alto nivel de indecisos

La falta de una figura fuerte como la canciller eleva el porcentaje de alemanes que no saben a quién votar, aumentando la incertidumbre de unas elecciones impredecibles

El candidato democristiano (CDU), Armin Laschet, junto a su esposa, antes de votar en un colegio electoral de Aachen. En vídeo, declaraciones de Laschet y de Olaf Scholz, candidato del SPD, tras ejercer su derecho al voto.Foto: THILO SCHMUELGEN / AFP | Vídeo: Reuters

Más de 60 millones de alemanes están convocados este domingo para elegir a sus representantes en el Bundestag. La cita para decidir el rumbo del país tras la era Merkel está condicionada por el alto número de ciudadanos que no saben a quién votar a pocas horas de las elecciones. El instituto demoscópico Forsa estimaba el viernes en un 26% del censo los que o bien ya saben que no van a votar este domingo o no han decidido qué hacer.

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El elevado porcentaje de indecisos añade aún más incertidumbre a unos comicios en los que los dos partidos mayoritarios, socialdemócratas del SPD y democristianos de la CDU, acuden muy igualados, aunque con una mínima ventaja de los primeros. La falta de una figura de referencia como la canciller Angela Merkel aumenta el volumen de indecisos en un momento en el que los partidos mayoritarios están perdiendo su poder de atracción. Los votos son cada vez menos cautivos y fluctúan con más facilidad de una opción a otra. Tanto el candidato democristiano (CDU), Armin Laschet, como el socialdemócrata, Olaf Scholz, han reiterado esta mañana al votar sus llamadas a la participación en una jornada decisiva.

Laschet ha protagonizado el primer incidente de la mañana, al exhibir el contenido de su papeleta antes de meterla en la urna. En lugar de doblarla de forma que el contenido quedara hacia dentro, podían apreciarse las cruces que había marcado, una imagen que enseguida han capturado los fotógrafos y han difundido todos los medios de comunicación. “Ha ignorado el principio básico del voto secreto”, ha escrito Der Spiegel, que incluso asegura que el comité electoral podría anular el voto del candidato. Algunos medios han sugerido que el presidente de la mesa tendría que haberle impedido introducir la papeleta así.

Este domingo, el centro de Berlín ha amanecido con cortes en muchas calles. El motivo no son las elecciones federales, sino el maratón que este año convoca a unas 25.000 personas. Además de elegir a los miembros de la Cámara Baja del Parlamento, también hay elecciones regionales en Berlín y en el Estado oriental de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. En la capital, además, se celebra un referéndum no vinculante sobre la expropiación de viviendas a los grandes tenedores. Pero todo esto son batallas menores. Lo más importante es el Bundestag. Y el Gobierno que salga de allí.

A primera hora de la tarde varios colegios electorales de Berlín se han quedado sin papeletas y han tenido que pedir más, pero los cortes de tráfico del maratón estaban dificultando el suministro. El diario Welt relata que a las tres, un funcionario de un colegio de la capital aseguró a los que esperaban: “Hemos enviado a personas en bicicleta al ayuntamiento del distrito para que traigan más papeletas”. A las dos de la tarde, la participación en todo el país era del 36,5%, por debajo del 41,4% de las anteriores elecciones, en 2017. Sin embargo, los datos no son comparables puesto que el voto por correo ha sido mucho más numeroso en esta ocasión.

Los partidos han apelado en los últimos días de la campaña al voto de los indecisos. Ahí se pueden decidir unas elecciones muy abiertas, vitales para el futuro de Alemania y Europa. Pese a una campaña muy centrada en los temas nacionales, el Gobierno que salga de estos comicios tendrá una voz protagonista en los grandes temas que afectan a Europa: reforma de las reglas de gasto, respuesta al reto de la inmigración y del cambio climático y cómo afrontar un panorama global en el que Estados Unidos se repliega con la mirada en el Pacífico y la UE trata de parar su pérdida de peso específico.

Armin Laschet (por la CDU) y Olaf Scholz (por el SPD) son los principales contendientes de una batalla en la que también será clave observar qué ocurre con Los Verdes y con los liberales del FDP. Estos dos partidos pueden coaligarse tanto con Laschet como con Scholz. “Entre los indecisos hay más exvotantes del partido de Angela Merkel que de los socialdemócratas”, explica Manfred Güllner, de Forsa. “Es cuestionable que la movilización de la CDU en las últimas horas antes de las elecciones vaya a reducir significativamente la brecha con el SPD. Aunque no es imposible”, añade.

“La situación es muy dinámica”, explicaba esta semana Judith Klose, jefa de comunicación del instituto demoscópico Civey, que realiza sondeos de opinión en línea. “Es muy difícil saber qué pasará. Muchos ciudadanos habrán votado por correo y es imposible saber en qué punto de la campaña lo hicieron y qué pudo influirles. Además, este año tenemos a más personas que deciden en el último momento”, señaló en un encuentro con periodistas. La experta repasó las tendencias de los partidos durante la campaña, en las que se observa que la trayectoria del SPD en intención de voto ha sido siempre ascendente, mientras que las de CDU-CSU y Los Verdes han sufrido altibajos.

Civey analiza el potencial de los partidos preguntando a los ciudadanos a quién se imaginan votando. La CDU obtenía un 40% antes del verano, pero esta semana ya estaba en el 30%, mientras que un 32% de los encuestados se imaginaban votando al SPD, cuyo porcentaje no ha dejado de crecer en las últimas semanas. Según sus sondeos, los tres temas principales de la campaña han sido el medio ambiente, las pensiones y la protección social y la economía. Los resultados empezarán a conocerse a partir de las seis de la tarde, cuando se cierran los colegios electorales.

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