Marsella alerta de una espiral de violencia de bandas de drogas con víctimas cada vez más jóvenes
Varios jóvenes, entre ellos un adolescente de 14 años, han muerto los últimos días en presuntos ajustes de cuentas entre mafias de drogas. Macron visitará próximamente la segunda ciudad de Francia
En la madrugada del sábado al domingo, una cámara captó cómo unos hombres armados metían por la fuerza a un joven de 27 años en el maletero de un coche en Marsella. Horas más tarde, su cuerpo, calcinado, era hallado entre los restos aún humeantes del vehículo. Según la autopsia, la víctima estaba viva cuando comenzó el fuego. Dos veinteañeros más fallecieron esa misma noche en un tiroteo en otro barrio de la segunda ciudad más grande de Francia donde, apenas unos días antes, un chaval de 14 años también había muerto acribillado a balazos en un punto de distribución de droga, mientras otro adolescente de la misma edad resultó herido. Aunque los ajustes de cuentas no son inusuales en Marsella, la espiral de violencia registrada este verano y la extrema juventud de algunas de las víctimas ha provocado la alerta de las autoridades locales, que piden ayuda a París para solventar un problema que desborda tanto a sus políticos como al sistema judicial y policial.
“Un kaláshnikov en Marsella cuesta unos cuantos billetes de 50 euros, y eso no es aceptable”, denunció el fin de semana el alcalde de la ciudad, Benoît Payan, que lamenta la falta de recursos de la justicia y policía locales y reclama medidas concretas al Gobierno de Emmanuel Macron.
Mientras se prepara una visita del presidente francés a Marsella la semana que viene, en la que podría concretar más ayudas tanto en materia de educación como en transporte y seguridad, según han adelantado fuentes oficiales, varios de sus ministros aseguran que los recursos ya están llegando.
El ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, se mostró este martes “favorable” a las demandas “legítimas y necesarias” de jueces suplementarios para Marsella, durante una visita a la ciudad portuaria, si bien recordó que en el último año ya se ha incrementado el personal judicial. Por su parte, el responsable de Interior, Gérald Darmanin, aseguró que “los medios para luchar contra esta mierda que es la droga ya están” en Marsella. Y aunque reconoció que “sin duda faltan aún más”, consideró que el recrudecimiento reciente de los ajustes de cuentas es un reflejo en cierto modo del “trabajo de la policía y la justicia, que han encarcelado a los grandes capos” de la droga, lo que ha dado lugar a una “guerra de territorios”, según dijo en la emisora Franceinfo.
El lunes la fiscal de Marsella, Dominique Laurens, reveló que “desde el 15 de junio se ha producido una aceleración, una explosión de casos”. De los 15 muertos que van ya en 2021 en ajustes de cuentas en Marsella —casi el doble que en todo 2020, cuando se registraron nueve víctimas mortales—, 12 se han producido “en los dos últimos meses”, señaló.
El grito de alarma se agudiza por la juventud de varias de las víctimas. “En 2010, la primera vez que un chico de 16 años fue asesinado, creímos que se trataba de un caso aislado. Hoy vemos que era el comienzo de un ciclo de víctimas cada vez más jóvenes”, dijo al diario Le Monde un trabajador social. Un juez conocedor del caso del 19 de agosto que costó la vida al menor y dejó herido a su amigo, declaró por su parte que ambos “aparentaban bien los 14 años, no 16 o 18. Y los autores sabían que estaban disparando contra niños”.
Desde las páginas de Libération, en una tribuna titulada “Generación sin futuro”, la teniente de alcalde de la ciudad, Samia Ghali, pidió también el lunes más atención del Estado ante esta violencia que se ceba cada vez más en los jóvenes, “víctimas colaterales de una guerra de carteles que toman como rehén a toda la ciudad y cuyo objetivo es, claramente, aterrorizar a los habitantes y las instituciones”.
Ante esta situación, dijo, “el Estado debe intervenir para asegurar los barrios y permitir a la juventud y sus familias recuperar toda su libertad y el lugar que es el suyo en los barrios y en la sociedad”. Según la número dos de Marsella, ello requiere un “comité interministerial de urgencia sobre la seguridad” para trazar estrategia “global”. Porque “sin seguridad, sin educación, no hay esperanza ni libertad plena, y por tanto no hay República”, advirtió.
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