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La columna vertebral del Partido Demócrata

Los colectivos de mujeres activistas negras pelean por el voto demócrata en Carolina del Sur

Yolanda Monge
Seguidoras de Joe Biden en un evento en Spartanburg (Carolina del Sur).
Seguidoras de Joe Biden en un evento en Spartanburg (Carolina del Sur).Sean Rayford (AFP)

Los encuestadores se quedan sin respuesta de la mayoría de las puertas a las que llaman, no hay nadie en casa. Algunos porches están destartalados, con suelos asimétricos respecto a la línea del horizonte. Otros lucen una torpe capa de pintura fresca que intenta ocultar años de abandono. Ya sea en Phillips o en Strawberry Street, las mujeres de la casa están trabajando. “Pregunte en el Walmart”, recomiendan varios niños y asiente con la cabeza un anciano negro recostado en un balancín.

Un pequeño aeropuerto, una planta embotelladora de Coca- Cola y el popular Walmart son los referentes de Marion, a más de dos horas y media de coche al norte desde la costera Charleston. Sus días de gloria los vivió con el ferrocarril. Como casi todos los condados de Carolina del Sur, sus habitantes se sumaron a la conocida como Gran Migración de la primera mitad del siglo XX, cuando más de seis millones de negros abandonaron el Sur segregacionista para buscar una vida mejor en el norte del país.

Marion es hoy la ciudad de Carolina del Sur con mayor población afroamericana, cerca del 82% del total de casi 7.000 habitantes. Un laboratorio perfecto para la movilización del voto de cara a las primarias de este sábado de año bisiesto que dan como favorito a Joe Biden en las encuestas, seguido de Bernie Sanders con menos de hasta 20 puntos, según qué sondeos, y en tercera posición por el millonario Tom Steyer. En 2016, el voto negro supuso el 61% de los sufragios en las primarias demócratas, y más de la mitad se debía a las mujeres.

Dicen que las mujeres negras son la columna vertebral del Partido Demócrata. Trinity Pearson, 68 años, lo confirma. Devota de Joe Biden, el favorito en las primarias de anoche —“porque al fin y al cabo podía abrazar a Barack Obama cada día”—, Miss Trinity aplaude la iniciativa que en cada campaña desde hace casi 40 años despliega el grupo conocido como The Reckoning Crew (en una traducción libre sería algo así como Las que ajustan cuentas), más de 100 mujeres activistas, en su gran mayoría negras, que pelean por movilizar el voto demócrata.

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Porque por mucho que se considere a Carolina del Sur como el sólido corazón del sur demócrata, este Estado ha votado a favor de los republicanos en 13 de las últimas 14 elecciones presidenciales con la única excepción de Jimmy Carter en 1976.

Hasta su retirada en diciembre, The Reckoning Crew apoyó la candidatura de la senadora Kamala Harris, una afroamericana. Desde entonces, el grupo se ha entregado en cuerpo y alma a la campaña de Joe Biden. La fundadora, Bernice Scott, acude a encuentros en casas o escuelas entre sus quehaceres diarios y asegura que ellas saben muy bien lo que sucede y lo que se necesita en sus comunidades. “Somos las mujeres hablando a otras mujeres sobre política y la importancia de esta elección”, asegura Scott.

“Nuestro país no se puede permitir cuatro años más de Donald Trump”, interrumpe Temperance Rollins, de 72 años, en su descanso de la tarde mientras empaqueta comestibles en Walmart. Entre cigarrillo y cigarrillo, la señora Rollins admite que ellas son la vieja guardia del partido demócrata, que apoyaron en 2008 a Hillary Clinton frente al entonces senador Barack Obama, aunque este ganó a la ex primera dama por más de 25 puntos. En 2016, los resultados fueron muy diferentes y Clinton obtuvo casi 50 puntos más en las primarias que su contrincante Bernie Sanders.

Un muro de contención

Rollins forma parte de lo que se conoce como la migración inversa. Regresó a Marion después de vivir en Nueva Jersey, adonde en 1950 la condujeron sus padres expulsados por el racismo. Quiere morir en el sur. Y quiere que Joe Biden sea el muro de contención tanto de Trump como del resto de los candidatos demócratas.

Las mujeres más jóvenes que comparten tabaco con Rollins no son entusiastas del veterano político de 77 años. Tampoco les convence el joven Pete Buttigieg. “Creo que su orientación sexual puede ser un problema para llegar a la Casa Blanca”, explica Makayla Coffen. Ninguno de los seis candidatos en liza en las primarias de Carolina del Sur —no compite el magnate Mike Bloomberg— es de su gusto. Ni Chazmin ni Kaelin tienen claro qué votar, si es que votan en las primarias. “¡Para eso está The Reckoning Crew!”, apostilla Pearson. “Queda mucho trabajo por hacer”, finaliza despidiéndose. Y poco tiempo para hacerlo.

Trump intenta influir en las primarias

El coliseo de North Charleston era un mar de gorras rojas de MAGA, las iniciales que lucen orgullosos los seguidores de Donald Trump: Make America Great Again. "Esto es como un Woodstock republicano", declaró a las masas el presidente del partido en Carolina del Sur, Drew McKissick.

El presidente de Estados Unidos irrumpió el pasado viernes en la campaña de primarias de Carolina del Sur a pesar de que el Partido Republicano no está en las papeletas. Quiso mandar un mensaje, incluso dudando de la legalidad electoral del mismo. Donald Trump puso en marcha la llamada Operación Caos. Debido a que no es necesario estar registrado como votante en ningún partido para poder votar en este Estado sureño, el presidente pidió a sus fieles que el sábado acudieran en masa a votar por Bernie Sanders. Con dos objetivos: echar de la carrera a Joe Biden y lograr que el nominado del Partido Demócrata sea el hombre que, según las encuestas, tiene mínimas posibilidades de derrotar a Trump.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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