El autor del ataque de París pretendía atentar contra la revista ‘Charlie Hebdo’
El detenido ha confesado la agresión con cuchillo a dos personas junto a la antigua sede de la revista satírica. En total, nueve personas están en detención preventiva
El terrorismo ha vuelto a rondar a Charlie Hebdo. El autor del ataque contra dos personas que resultaron heridas graves el viernes frente a la antigua sede de la revista satírica ha vinculado su acción con la decisión de esta de volver a publicar las caricaturas del profeta Mahoma con ocasión del comienzo del juicio por el atentado contra la redacción en enero de 2015, según aseguraron este sábado fuentes de la investigación a varios medios franceses. El detenido pretendía atacar a la revista, añadieron. Ocho personas de su entorno permanecían arrestadas, entre ellas un hermano del atacante.
Las informaciones que surgen en torno al joven paquistaní de 18 años que ha asumido la autoría del ataque, identificado por la prensa francesa como Ali H. o Hassan A., confirman las primeras sospechas de que el lugar del crimen no tenía nada de casual. El atacante “afirma que pensaba estar en la sede de Charlie y que la gente a la que había atacado eran miembros de la revista satírica. Dice que había vigilado” el lugar", aseguró Le Parisien citando fuentes de la investigación. El hecho de que en su mochila se encontrara una botella de un producto inflamable, agregó, se debe a que inicialmente proyectaba incendiar el edificio donde creía que seguía estando la redacción de Charlie Hebdo, que desde 2015 está en un lugar mantenido en el más estricto secreto y bajo intensas medidas de seguridad. El joven “ha asumido su acción, que sitúa en el contexto de la republicación de las caricaturas, algo que no soportó”, corroboró la Agencia France Presse, también de fuentes próximas a las pesquisas.
La detención preventiva del “autor principal”, como lo llamó el fiscal antiterrorista, Jean-François Ricard, fue prolongada este sábado. Además del atacante, permanecían detenidas otras ocho personas de su entorno, entre ellas, según varios medios, un hermano menor del agresor. Los heridos, un hombre y una mujer trabajadores de una productora que tiene su sede en el mismo edificio donde antes estaba la revista satírica, se estaban recuperando tras salir el viernes de quirófano.
A pesar de las declaraciones del atacante sobre sus motivos, un día después del atentado que, para el ministro del Interior, Gérald Darmanin, es “claramente un acto de terrorismo islamista”, seguía habiendo muchos claroscuros. Los hechos se produjeron poco antes del mediodía del viernes, cuando un hombre armado con un cuchillo atacó a dos trabajadores de una productora y agencia de noticias que fumaban un cigarrillo en la calle de Nicolas Appert, a las puertas de su oficina, situada en el mismo edificio en el que estaba Charlie Hebdo cuando fue atacada por los hermanos Chérif y Saïd Kouachi el 7 de enero de 2015, un atentado que diezmó a la revista —ocho de sus colaboradores fallecieron— y abrió tres días de atentados yihadistas en París, incluido uno contra un supermercado judío, que dejaron un total de 17 muertos. El agresor del viernes logró huir en metro, pero fue detenido poco después en la cercana la plaza de la Bastilla. La fiscalía nacional antiterrorista asumió rápidamente la investigación por “intento de asesinato en relación con un acto terrorista” y por “asociación terrorista criminal”.
Darmanin confirmó el viernes que el atacante es un joven de origen paquistaní llegado a Francia en agosto de 2018, como menor no acompañado. Según Libération, es originario de una localidad cercana a Lahore, de la que salió junto con un hermano dos años menor en 2017 rumbo a Turquía. Desde ahí partieron a Europa. Fuentes de la investigación habían adelantado a Le Monde que el hombre, que chapurrearía el francés y el inglés, asumió, una vez detenido, una “dimensión política” de su acto, que habría sido premeditado y no fruto de algún impulso.
Ya el fiscal Ricard había destacado “la voluntad manifiesta del autor de atentar contra la vida de dos personas” como uno de los principales motivos de que se privilegie la pista terrorista, más allá del lugar y momento elegidos. El joven habría asegurado ante los investigadores que actuó solo y, al menos por el momento, ninguna organización extremista ha asumido la autoría del ataque. Los registros realizados en dos de las viviendas que ocupó el joven desde su llegada a Francia tampoco han permitido descubrir por el momento vínculo alguno con un grupo terrorista, según Le Monde. Los investigadores intentan averiguar en qué momento decidió pasar a la acción un joven que no estaba en el radar de las fuerzas de seguridad por su posible radicalización.
Después de que Charlie Hebdo volviera a publicar las caricaturas de Mahoma al comienzo del juicio, el 2 de septiembre, las amenazas yihadistas se han multiplicado. Esta semana, un centenar de medios franceses publicaron una tribuna en solidaridad con la revista satírica llamando a todos los ciudadanos a defender juntos la libertad de expresión.
Después de que Darmanin dijera que era posible que se hubiera “subestimado” la amenaza de lugares simbólicos como la antigua redacción de la revista, Le Parisien indicó que la prefectura de policía de París aseguró el sábado que “el antiguo inmueble de Charlie Hebdo no era objeto de ninguna amenaza conocida y que las sociedades que se alojan actualmente allí tampoco son objeto de ninguna amenaza”.
De detenido a héroe
Poco después de que el autor del ataque contra la antigua sede de Charlie Hebdo fuera detenido, la policía arrestaba a otro hombre, un argelino de 33 años identificado como Youssef, como presunto cómplice. Unas horas después, recuperaba su libertad, sin cargos y reivindicando su papel de “héroe” y no villano en una historia que pudo haber salido mucho peor de lo que resultó. Según contó en una entrevista con Le Monde, salió de su coche cuando escuchó gritar a una mujer, la primera de las víctimas del atacante, y corrió detrás del agresor, al que siguió hasta el metro. En el andén, “le pregunté qué hacía. Me sacó una cuchilla (…) me dijo algo, pero no entendí nada, creo que no hablaba francés. Estaba extrañamente calmado, como si esperara tranquilamente el metro. Subió sin agredir a nadie y partió en dirección Bastilla”, donde fue finalmente detenido, relató Youssef. Identificado este por las cámaras del metro, el argelino fue después arrestado como “segundo sospechoso”, hasta que durante el interrogatorio pudo aclarar las cosas. “Quería ser un héroe y me encontré tras las rejas”, lamentó el hombre, cuya abogada también reclamó que se reconozca su “comportamiento heroico”.
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