Dos corresponsales australianos, evacuados de China por temor a ser detenidos
Uno de los periodistas se refugió en la Embajada australiana en Pekín durante una tensa negociación diplomática entre Pekín y Canberra
Dos corresponsales australianos en China han aterrizado este martes en Sídney tras salir precipitadamente de este país por temor a ser detenidos y tras un choque diplomático entre Pekín y Canberra que llegó a incluir un veto a la salida de ambos de China que se prolongó durante varios días, según han informado sus respectivas organizaciones. La marcha de Bill Birtles, de la cadena de televisión ABC, y de Mike Smith, de la publicación Australian Financial Review, deja a Australia sin medios acreditados en la segunda potencia económica del mundo, por primera vez desde la década de los setenta.
La evacuación marca un preocupante hito en el creciente deterioro de las relaciones entre los dos países, y en el clima de trabajo de los periodistas extranjeros acreditados en China: en lo que va de año han sido expulsados 17 corresponsales de medios estadounidenses, y a otros cinco se les ha denegado la renovación de su tarjeta oficial de prensa, como parte de las represalias respectivas entre Pekín y Washington.
La saga tiene su origen en la detención de una periodista australiana que trabajaba para la televisión estatal china, Cheng Lei, por razones que hasta el momento no están claras. Cheng se encuentra incomunicada desde el mes pasado.
Tanto Smith, destinado en Shanghái, como Birtles, residente en Pekín, recibieron avisos de la Embajada australiana en Pekín a comienzos de la semana pasada que les recomendaban marcharse del país. Unas alertas que también recibieron las direcciones de sus medios respectivos en Sídney, y que precipitaron la compra de vuelos. Pero antes de que ninguno de los dos pudiera viajar, en la medianoche del miércoles —y, en el caso del corresponsal de la ABC, mientras ofrecía unas copas de despedida a amigos y colegas—, sendos grupos de policías chinos se presentaron en los respectivos domicilios de los dos periodistas.
En la vivienda de Birtles se personaron siete agentes. “Le dijeron que se le prohibía salir del país y que se le contactaría al día siguiente para organizar una cita para interrogarle sobre un ‘caso de seguridad nacional”, ha publicado ABC. A ambos se les indicó que se les consideraba “personas de interés” —no sospechosos— en el caso de Cheng Lei.
El corresponsal de televisión se puso en contacto con su embajada en Pekín, con la que acordó que se le recogería de su apartamento. Birtles permaneció refugiado en las instalaciones de la legación diplomática durante cinco días, y Smith también quedó bajo protección consular, mientras se desarrollaba un verdadero tira y floja de negociaciones entre los dos gobiernos. Finalmente se llegó a un acuerdo: los dos periodistas podrían abandonar el país si accedían a declarar durante una hora ante funcionarios del Ministerio de Seguridad del Estado, algo que hicieron el domingo, cada uno por separado y acompañados por representantes de su embajada. Según ABC, a su corresponsal no se le preguntó en ningún momento por su trabajo o su conducta en China.
El lunes, después de que se levantara la prohibición de viaje, ambos periodistas tomaron un vuelo de salida desde Shanghái. “Está bien estar en casa, pero es muy decepcionante dejar China en unas circunstancias tan abruptas. Ha sido una gran parte de mi vida y la semana pasada fue surrealista”, ha tuiteado Birtles tras el aterrizaje.
“Nos alegra que Mike Smith, nuestro corresponsal en Shanghái en los últimos dos años y medio, y Bill Birtles de ABC hayan regresado sanos y salvos a Australia esta mañana”, han indicado el director de Australian Financial Review (AFR), Michael Stutchbury, y el gerente Paul Bailey en declaraciones que ha publicado el medio. “Este incidente contra dos reporteros que estaban centrados en sus tareas periodísticas normales es tanto lamentable como alarmante, y no beneficia los intereses de una relación de cooperación entre Australia y China”, han agregado.
La ministra de Exteriores australiana, Marisa Payne, ha confirmado que los dos corresponsales recibieron asistencia consular para el regreso a su país. “El Gobierno australiano sigue aportando apoyo consular a los ciudadanos australianos detenidos en China, incluida Cheng Lei. No podemos proporcionar más detalles por razones de privacidad”, ha apuntado en un comunicado.
Birtles y Smith eran los últimos corresponsales para medios australianos que permanecían en China. Un tercero, Will Glasgow, periodista de The Australian, tenía previsto volar a ese país el domingo pasado pero aplazó su viaje por recomendación de su Gobierno.
El incidente “es el signo más reciente del deterioro de las relaciones políticas entre Australia y China”, apunta AFR. Ambos países han vivido este año un duro enfrentamiento por el origen de la pandemia de covid, y Canberra ha elevado la alerta sobre viajes al gigante asiático, puntualizando que los australianos residentes en China corren el riesgo de sufrir detenciones arbitrarias.
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