El populismo retrocede en una Alemania cada vez más atraída por el centro político
El retroceso del apoyo a la ultraderecha coincide con una radicalización del partido “dominado crecientemente por actitudes extremistas”, según un estudio de la fundación Bertelsmann
Menos populistas, pero más radicales. El populismo retrocede en Alemania en buena medida gracias a los votantes de centro que no se dejan seducir por unas ideas y una forma de hacer política que alcanzó su cénit hace dos años. Esas son las conclusiones del estudio publicado este jueves por la fundación Bertelsmann y el centro de Ciencias Sociales de Berlín (WZB). Los expertos advierten, sin embargo, del “creciente riesgo de radicalización”y violencia entre las minorías populistas, que se encuentran “a la defensiva”.
“La tendencia hacia un clima político crecientemente populista se ha revertido”, escribe en la presentación del informe Robert Vehrkamp, coautor del estudio. “La democracia ha respondido a la movilización populista con una contramovilización democrática”, añade este experto. Los datos del llamado Barómetro populista, que sitúa el punto álgido de estas actitudes a finales de 2018, indican que si hace dos años uno de cada tres votantes mostraba actitudes populistas (32,8%), en junio de 2020 eran uno de cada cinco (20,9%). Es decir, la caída suma 11,9 puntos porcentuales.
Los expertos consideran que un votante muestra actitudes populistas si responde de manera positiva a ocho preguntas que les plantean y que están relacionadas con sentimientos antisistema o contra las élites, a favor de la soberanía popular o el antipluralismo. Según el mismo criterio, junto a la caída del populismo, se registra un aumento del 31,4 % al 47,1% de los que el estudio denomina “no populistas”, que responden a las citadas preguntas de forma negativa y que han crecido sobre todo entre los votantes que se consideran de centro. En total, YouGov Alemania entrevistó a 10.000 votantes en junio pasado, el quinto estudio desde 2017.
En otoño de 2021, Alemania acude a las urnas, coincidiendo con la salida de la canciller, Angela Merkel, que terminará su cuarto y último mandato. Las encuestas sitúan al bloque de centroderecha en cabeza con cerca de un 37% de los votos, frente al 10% de la ultraderecha, según la última encuesta de Infratest Dimap. Los Verdes figuran como la segunda fuerza con mayor intención de voto, con un 17%.
El posicionamiento del votante y de los partidos del centro político alemán, que no han cedido a las tentaciones populistas, es, según el estudio, una de las claves del declive populista. “El centro político está demostrando ser capaz de aprender y mostrar fortaleza a la hora de lidiar con la tentación populista y está demostrando ser la piedra angular de este cambio en la opinión pública”, sostiene Vehrkamp. El electorado de centro se ha mostrado “más resiliente y resistente al populismo que en el contexto de las elecciones de 2017. La opinión pública se está distanciando del populismo y el centro político está demostrando ser un estabilizador e impulsor de esta tendencia”, apunta el informe.
Algo parecido sucede en los partidos alemanes que, según el estudio, a pesar del auge populista de los últimos años, no han sucumbido, más allá de flirteos puntuales. “La tentación de la CDU-CSU [el centroderecha en el Gobierno] y el FDP [liberales] de imitar el populismo de AfD [la ultraderecha de Alternativa para Alemania], o por lo menos adaptarse a su retórica es considerada un error y ha sido corregida”. Algo más a la izquierda del espectro político, en la socialdemocracia, los populistas tampoco han encontrado eco ni en el fondo ni en las formas. Mucho menos en Los Verdes, el partido estrella de la política alemana, que ha hecho de la guerra al populismo de derechas una de sus banderas. Hasta ahora, todos los partidos alemanes mantienen un férreo cordón sanitario declarado con el populismo de extrema derecha, por el que se abstienen de tejer ninguna alianza ni ningún tipo de colaboración.
Por primera vez desde 2017, los cinco partidos más cercanos al centro, a la izquierda y a la derecha, representan a un 80% de los votantes y se encuentran por debajo de la media en la escala populista con la que trabajan los autores. “En general, la política alemana se muestra notablemente más resistente al populismo un año antes de las elecciones de 2021 de lo que lo era antes y después de las 2017”, afirma el barómetro.
La ultraderecha de AfD entró por primera vez en el Parlamento alemán con un 12,6% de los votos en las elecciones de septiembre de 2017. Lo logró azuzando las pulsiones xenófobas tras la llegada en 2015 de un millón de refugiados. Cinco años después, la integración marcha a buen ritmo y la migración no ocupa un lugar destacado en la agenda política alemana.
El retroceso del apoyo a la ultraderecha coincide además, según los autores, con una radicalización del partido “dominado crecientemente por actitudes extremistas de derechas”. Esa radicalización ha despertado también la preocupación de los servicios secretos internos alemanes, que advierten de un aumento del número de extremistas dispuestos a utilizar la violencia. En el plano político, esa deriva está abriendo profundas fisuras en AfD, que confía en los estragos socioeconómicos del coronavirus para levantar cabeza.
Tal vez por eso, los autores muestran cierta prudencia. “Puede que la ola populista se haya frenado, pero no ha remitido completamente”.
Un giro anterior a la pandemia
El declive de las actitudes populistas no puede asociarse con la pandemia, que en Alemania ha provocado un claro apoyo de los votantes a los partidos en el Gobierno, la gran coalición de conservadores y socialdemócratas. Porque el Barómetro indica que el retroceso comenzó antes de la gran crisis del coronavirus, ya en 2019. Las encuestas en Alemania reflejan un apoyo muy mayoritario a las medidas del Gobierno de lucha contra la pandemia, pese a las protestas minoritarias, aunque muy ruidosas. La exitosa gestión gubernamental de la crisis sanitaria en Alemania ha incrementado la tendencia en contra de un populismo considerado poco eficaz, pero no la ha provocado, según el estudio.
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