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Irán e Israel se miden en una ciberguerra soterrada

La red de ordenadores de un gran puerto iraní se ve perturbada tras un ataque informático contra el sistema de distribución de agua del Estado judío

Juan Carlos Sanz
Contenedores en el puerto iraní de Shahid Rajai, en febrero de 2016.
Contenedores en el puerto iraní de Shahid Rajai, en febrero de 2016.Majid Saeedi (Getty Images)

Desde que el gusano informático Stuxnet infectó hace una década las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio iraníes, la huella de los servicios de inteligencia de Israel no había quedado tan marcada en un ciberataque contra la República Islámica. Las perturbaciones en la red de ordenadores que sembraron el caos el día 9 en el puerto de Shahid Rajai, en el estratégico estrecho de Ormuz, han sido atribuidas a una acción israelí, según ha informado The Washington Post que cita a altos cargos no identificados estadounidenses y de un Gobierno extranjero.

Dos días antes, el Gabinete de Seguridad israelí —órgano gubernamental que aprueba las acciones bélicas— se había reunido por primera vez en varios meses, presuntamente para aprobar represalias por el ciberataque registrado el 25 de abril contra la red informática que controla la compañía de suministro de agua del Estado judío.

La escalada entre los dos grandes enemigos de Oriente Próximo se ha producido en medio de una espiral de incursiones aéreas israelíes contra objetivos proiraníes en Siria, que han puesto fin desde hace un mes a una tregua no declarada durante la pandemia.

La Organización Marítima y de Puertos de Irán reconoció hace una semana a la agencia de noticias ILNA que las instalaciones y los muelles del nuevo puerto de Bandar Abbas, ciudad costera en la embocadura del golfo Pérsico, habían sufrido un cibertaque menor en algunos sistemas de operadores privados, sin afectar al ordenador central.

Un responsable gubernamental de un país extranjero citado por The Washington Post cuestionó está versión al afirmar que la operación se había producido con “gran exactitud” y que los daños generaron graves perturbaciones en el funcionamiento del complejo portuario. “El desorden era total”, aseguró un responsable estadounidense al mismo diario.

Imágenes tomadas desde satélites por la compañía Planet Labs y verificadas por Times of Israel mostraban días después una anormal concentración de contenedores sin descargar en los muelles, así como numerosos buques fondeados fuera del puerto a la espera de poder atracar y atascos de camiones en las carreteras de acceso.

El exgeneral israelí Amos Yadlin, antiguo jefe de los servicios de inteligencia militar, sostiene en su cuenta en Twitter que “si este ciberataque es efectivamente responsabilidad de Israel, en respuesta a una acción iraní contra infraestructuras civiles, está mostrando la vulnerabilidad de elementos clave de la economía de Irán". Yadlin, que dirige el centro de análisis Instituto Nacional de Estudios de Seguridad, considera que la presunta represalia representa a una nueva dimensión en el uso de la tecnología en acciones bélicas.

En el acto de traspaso de la cartera de Defensa a su nuevo titular, el también jefe adjunto el Gobierno Benny Gantz, el ministro saliente, Naftali Bennett, aseguró el lunes que Irán había comenzado a retirarse de Siria ante la “presión diplomática, económica, militar y tecnológica ejercida”. La visita efectuada la semana pasada a Israel por el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, estuvo en gran parte centrada en la tensión regional con Irán.

El ciberataque contra la compañía nacional de aguas de Israel Mekorot no causó daños de consideración, según informaron fuentes gubernamentales al Canal 13 de televisión, que dijeron haberse visto sorprendidas por una acción contra una infraestructura crítica civil. “No nos lo esperábamos”, aseguraron. “Ni siquiera de los iraníes”.

La operación contra la red de agua afectó a seis instalaciones de bombeo y depuración, varias de las cuales quedaron desconectadas del sistema informático que las regula mientras otras registraron alteraciones en sus datos. En una de ellas los hackers se apoderaron de datos del sistema, lo que obligó a resetear toda la red de la compañía, según las instrucciones de la dirección nacional de ciberseguridad de Israel.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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