Un asesino y 16 escenas del peor crimen de la historia de Canadá
El país busca esclarecer las causas que llevaron a un hombre de 51 años a matar a tiros a 23 personas durante más de 12 horas
El tiroteo más sangriento de la historia de Canadá ha ido sumando muertos y cuenta ya con 23 víctimas en 16 escenarios distintos. El crimen, que ocurrió en la provincia de Nueva Escocia, en la costa Atlántica, y se prolongó durante más de 12 horas, ha conmocionado a todo el país.
El suceso comenzó el sábado en torno a las 22.30, hora local, cuando Gabriel Wortman, un técnico dental de 51 años, vestido con uniforme de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus siglas en inglés), emprendió en el pueblo costero de Portapique un fatídico viaje por varias localidades, armado con un fusil de asalto. La violencia perpetrada por Wortman se extendió hasta que este murió el domingo por la mañana en un enfrentamiento con la policía en una gasolinera situada a casi 100 kilómetros de distancia del lugar donde empezó el ataque.
El motivo de la masacre sigue siendo una incógnita, pero las autoridades creen que pudo comenzar con un objetivo y que a medida que fue pasando el tiempo los asesinatos se convirtieron en aleatorios. En la primera casa a la que llegó la policía el sábado por la noche tras recibir una llamada de los vecinos de Portapique se encontraron varios cadáveres, tanto dentro como fuera del hogar, lo que parecía indicar que habían intentado huir del asesino.
El último balance de la Policía Montada suma 23 fallecidos, incluida una menor de 17 años. “Todas las demás víctimas son adultos, hombres y mujeres”, añade en un comunicado. Entre ellas hay un miembro de la RCMP, dos enfermeras y una profesora de secundaria. La investigación de la tragedia intentará determinar si el atacante actuó solo o “si otros pudieron haber ayudado al sospechoso”, indicó la Policía.
Además de disparar, Wortman prendió fuego a casas y coches, por lo que se teme que el número de muertos pueda aumentar. “Esperamos más víctimas”, señaló durante una conferencia de prensa Chris Leather, oficial de la RCMP. “Hemos recuperado restos en algunos de los lugares quemados”, afirmó el responsable de la investigación, quien también añadió que al menos cinco viviendas, así como vehículos, habían sido incendiados por Wortman.
Las banderas ondeaban este miércoles a media asta en Canadá. “Hoy todos somos Nueva Escocia”, declaró el primer ministro, Justin Trudeau. El lunes, el dirigente aseguraba que el Gobierno actuaría “lo más rápido posible” para prohibir la venta de fusiles de asalto tras el tiroteo del fin de semana.
El hecho de que el asesino se desplazara en un vehículo de apariencia policial y con uniforme le permitió moverse durante horas sin ser localizado. Según las normas, cuando un miembro de la Policía Montada se retira, debe entregar su traje o destruirlo. Se desconoce cómo obtuvo el suyo Wortman.
Trudeau había solicitado que no se publicase ni la foto ni el nombre del autor de los disparos. “No le demos el regalo de la infamia. En vez de eso, concentremos toda nuestra intención y atención en las vidas perdidas y las familias y amigos que están de luto”, declaró el primer ministro. Las autoridades ya han advertido de que la investigación pueden durar meses.
Hasta el asalto de Nueva Escocia, el peor tiroteo masivo de la historia de Canadá se había producido en 1989 en la Universidad Politécnica de Montreal, cuando un estudiante de electrónica misógino asesinó a 14 mujeres.
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