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El Gran Hermano chino explota los datos de una aplicación móvil para encerrar a la minoría musulmana

Por primera vez, un documento interno del régimen comunista reconoce el rastreo de información personal a partir de ‘software’ instalados en los teléfonos de miles de personas

Cámaras de vigilancia a la entrada de la mezquita de Id Kah, en Kashgar, Xinjiang.
Cámaras de vigilancia a la entrada de la mezquita de Id Kah, en Kashgar, Xinjiang.GETTY IMAGES

Lo que parece la clásica historia feliz de una start-up tecnológica se ha convertido en un capítulo clave del sistema de vigilancia masiva que utiliza el Gobierno chino para identificar, detener y encerrar sin juicio previo a miles de personas de etnia uigur, una minoría musulmana que vive en Xinjiang, en el oeste del país. Los documentos secretos filtrados al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en sus siglas en inglés) y compartidos con 17 medios internacionales (EL PAÍS, única publicación en español y portugués) demuestran el avance tecnológico del Gobierno chino para vigilar a los miembros de esta etnia. Y desvelan su potencial: a partir de los datos de aplicaciones inofensivas, consiguen rastrear “uno por uno” a cerca de dos millones de personas.

La aplicación móvil mencionada en uno de los boletines filtrados, del 29 de junio de 2017, es Zapya (Kuai-Ya en chino). Se trata de un software que permite compartir archivos de texto, fotos y vídeos sin necesidad de una conexión a Internet. Utiliza la capacidad de cualquier smartphone para convertirse en un punto de acceso wifi para otro dispositivo cercano y compartir rápidamente cualquier contenido. Algo parecido a lo que podría hacerse con el bluetooth, pero mucho más rápido y sin coste.

La aplicación, desarrollada por DewMobile Inc, ha sido creada en Pekín, pero la mayor parte de su desarrollo fue en California, con capital de inversores privados norteamericanos. Pensada para países donde la conexión a Internet es escasa, ha tenido gran éxito en el mundo asiático. Según sus fundadores, tiene 480 millones de usuarios en países como China, Myanmar, Pakistán e India. A través de las redes sociales, los creadores de la aplicación se dirigen a menudo a los millones de musulmanes entre sus usuarios, animando a celebrar fiestas islámicas o a compartir el Corán.

Para el sistema de vigilancia chino, quien difunde este tipo de contenidos en Xinjiang se convierte automáticamente en sospechoso.

“Es necesario poner [al sospechoso] en los campos”

No es la primera vez que se relacionan aplicaciones móviles corrientes con la vigilancia de China, pero sí es inédito el rastro de una de ellas en un documento oficial. Uno de los papeles secretos detalla: “El análisis de Zapya ha descubierto que desde julio de 2016 hasta la actualidad, el número de sus usuarios en Xinjiang es de 1.869.100 [uigures]". Las autoridades deberán encontrar a los “violentos terroristas y extremistas que han utilizado Zapya para difundir audio y vídeo de naturaleza violenta terrorista”.

Cámara de seguridad en Kashgar, Xinjiang.
Cámara de seguridad en Kashgar, Xinjiang.GETTY IMAGES

Entre los usuarios, sigue el documento, el sistema identifica a 3.925 “imanes no autorizados” y 5.576 personas “relacionadas” con estos. Según informes de asociaciones de derechos humanos y testimonios de periodistas, el Gobierno ha derribado cientos de mezquitas en toda la región.

El documento con estos detalles lo firma el entonces máximo responsable de seguridad en Xinjiang, Zhu Hailun, y está dirigido a los secretarios del Partido Comunista de China en varias Comisiones de Asuntos Políticos y Legales, organismos responsables de cumplir la legislación a nivel local. Su contenido es el hilo que une la aplicación móvil y la Plataforma Integrada de Operación Conjunta (IJOP, en sus siglas en inglés), el sistema de vigilancia donde el Gobierno chino almacena datos de millones de personas.

El funcionamiento del IJOP y cómo accede a los datos de los usuarios no está detallado en los documentos filtrados. Pero una investigación de Human Rights Watch (HRW) demostró que el sistema agrega datos de los ciudadanos uigures de decenas de fuentes, a menudo sin que ellos lo sepan, y los almacena, permitiendo detectar a cada “sospechoso”.

El trabajo de esta organización se centró en desmenuzar y recrear (proceso que se conoce en inglés como reverse engineering) la aplicación que la policía de Xinjiang utiliza para remitir información al IJOP. Los puntos de control policiales, las cámaras de reconocimiento facial o un software que muchos ciudadanos de Xinjiang han denunciado haber sido obligados a instalar, pero también información recogida de DNI personales, han permitido crear una masiva base de datos utilizada para identificar a cada ciudadano.

Los documentos filtrado completan ese trabajo. Con la plataforma de vigilancia del Gobierno chino se realiza un control “uno por uno” que permite rastrear y seguir también a uigures refugiados en el extranjero. Detallan con gran precisión que “40.577” de estos usuarios se encuentran ya en varios de los denominados centros de educación y entrenamiento, antes de desglosarlos uno por uno. Para los que están en libertad, las autoridades deberán hacer uso “de las fuerzas de seguridad locales y de IJOP para investigar y verificar los casos uno por uno”. Cuando no sea posible “eliminar la sospecha”, sigue el boletín, “es necesario poner [al sospechoso] en los campos de entrenamiento intensivo y seguir con el análisis y las revisiones”.

El boletín del 25 de junio confirma, en palabras del propio Gobierno, que en el IJOP se almacenan datos y se utilizan para identificar y detener a ciudadanos uigures. “En la semana del 19 al 25 de junio, la Plataforma Integrada de los cuatro estados del sur de Xinjiang ha notificado a los gobiernos locales 24.412 sospechosos”, reza el documento filtrado. “15.683 ha sido enviados a los campos de educación y entrenamiento”, detalla.

“Si te descargas Zapya, te detienen”

El caso de Zapya es la primera confirmación en un documento oficial del Gobierno de lo que ya sospechan varios ciudadanos chinos. En varios sitios web relacionados con el exilio uigur y en artículos en algunos blogs, se recogen testimonios de uigures que han denunciado haber sido espiados una vez instalada esta aplicación. En un foro de Baidu, el mayor motor de búsqueda chino, un usuario alerta sobre el uso de esta aplicación: "Si te descargas Zapya en tu teléfono, la policía te detiene". La respuesta de otro usuario, en marzo de 2019, respaldada por ocho me gusta, confirma: "Hay personas que se han bajado Zapya y han sido sentenciadas a tres años. Vente a Xinjiang y pregunta a la gente. Es mejor no bajársela, recomiendo no usarla en Xinjiang"

En diciembre de 2018, un empresario uigur residente en Estambul contó al diario francés Le Monde haber tenido que pasar 30 días internado como “sospechoso” acusado de haberse bajado la aplicación Zapya. La empresa creadora de la app, DewMobile, no ha contestado a las preguntas del ICIJ.

El almacenamiento de los datos de una aplicación y de sensores en la IJOP se enmarca en la campaña “Golpea duro contra el terrorismo violento” contra el terrorismo en Xinjiang, iniciada en 2010. En agosto de 2016, la Oficina de Seguridad Pública confirmó la creación del IJOP para agregar datos de diferentes fuentes y seguir a los sospechosos de terrorismo. Pero esta es la primera vez que se conecta directamente con detenciones e internamientos arbitrarios en los campos.

“Se trata de tener una plataforma que te filtra a la gente”, explica Maya Wang, investigadora de Human Rights Watch, organización que ha analizado el IJOP. “Significa pasar a los residentes de Xinjiang a través de un tamiz de tecnología. He visto a agentes de policía autorizar la compra de un vehículo de segunda mano solo tras comprobar la etiqueta puesta al comprador en el IJOP. Se está usando más allá de las encarcelaciones, se ha convertido en un mecanismo de control previo, con la posibilidad de vigilar a cualquier en cualquier lugar”.

La investigación

Una investigación de 17 medios, entre ellos EL PAÍS, ha arrojado nueva luz sobre las prácticas de vigilancia, persecución e internamiento forzoso de Pekín contra la minoría uigur. Aquí puede leer las claves de la investigación o ver en detalle documentos e imágenes satelitales

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