Nuevos enfrentamientos entre la policía y manifestantes en Hong Kong
La protesta ocurre después de que dos activistas fueran heridos de gravedad esta semana
Decenas de miles de manifestantes salieron este domingo a las calles de Hong Kong, desafiando el veto oficial y por vigésima semana consecutiva, en una protesta que concluyó en incidentes de violencia y enfrentamientos entre la policía y grupos de los participantes más radicales. El Frente de Derechos Humanos y Civiles, organizador de las principales manifestaciones pacíficas en los cuatro meses de protestas en Hong Kong, había convocado originalmente la marcha, en el barrio comercial de Tsim Sha Tsui, contra la prohibición de llevar máscaras en las concentraciones públicas. Pero dos ataques esta semana contra dos activistas antigobierno, en los que ambos quedaron gravemente heridos, convirtieron la marcha en una queja masiva contra la violencia hacia los manifestantes.
Uno de los activistas atacados había sido, precisamente, el antiguo líder del Frente, Jimmy Sham, quien se dirigía a una reunión de esta organización cuando un grupo de desconocidos le atacó a martillazos en la calle. Era la segunda vez en mes y medio en que Sham, que sufrió heridas en la cabeza y en las extremidades, era objeto de una agresión en un lugar público. Además, el sábado, un joven de 19 años sufrió heridas graves en el cuello y el abdomen al ser acuchillado cuando pegaba carteles de apoyo a los manifestantes.
La jornada transcurrió de manera pacífica inicialmente. Numerosos participantes lucían máscaras de todo tipo, desde caretas con la imagen del presidente chino, Xi Jinping, a mascarillas quirúrgicas, protectores contra la contaminación o pañuelos. Como ha venido ocurriendo en la mayor parte de las protestas, mientras el grueso de los participantes seguía el recorrido previsto sin incidentes, grupos de jóvenes radicales comenzaron a causar destrozos en estaciones de metro y comercios de propiedad estatal china y lanzar cócteles Molotov. La Policía respondió con cargas, gas lacrimógeno y cañones de agua mezclada con sustancias irritantes. Al menos 14 estaciones de metro cerraron sus puertas. Varios establecimientos de grandes cadenas chinas quedaban en llamas.
En un incidente que ha levantado numerosas críticas, la Policía dirigió el cañón de agua contra la mezquita de Kowloon, la más conocida de la ciudad, cuyo exterior quedó teñido de azul. La Policía ha asegurado que se ha tratado de un accidente, aunque los manifestantes han puesto en duda esa afirmación. En declaraciones al diario South China Morning Post, el imán de la mezquita, Muhammad Arshad, puntualizó que este lunes se organizará una operación de limpieza y la comunidad islámica continuará “rezando por la paz y la seguridad de Hong Kong”.
Las movilizaciones comenzaron el 9 de junio para protestar inicialmente contra un polémico proyecto de ley de extradición, que hubiera permitido a Hong Kong entregar a sospechosos a países con los que carece de acuerdo, incluida China. La jefa del Gobierno autónomo, Carrie Lam, anunció en septiembre la cancelación de la medida, aunque ya era demasiado tarde, según los manifestantes. Además del fin del proyecto de ley, los participantes en las protestas exigen también la apertura de una investigación sobre la violencia policial, la puesta en libertad y retirada de cargos contra los más de 2.200 detenidos en las manifestaciones y el sufragio universal.
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