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Carrie Lam niega que haya pensado dimitir al frente de Hong Kong

Pekín reitera que no se quedará "de brazos cruzados" si continúa el deterioro

Carrie Lam, jefa del Gobierno autónomo de Hong Kong, en conferencia de prensa.Vídeo: ANTHONY WALLACE (AFP) / EL PAÍS
Macarena Vidal Liy

La jefa del Gobierno autónomo de Hong Kong, Carrie Lam, ha negado este martes que se haya planteado dimitir a raíz de las protestas en el territorio. En una rueda de prensa, la ministra principal ha insistido en que en ningún momento ha presentado su renuncia al Gobierno central en Pekín. Pero no ha negado la autenticidad de una grabación hecha pública por la agencia de noticias Reuters horas antes. En ella se le escucha comentar que abandonaría el cargo si le fuera posible y expresar su arrepentimiento por el “caos imperdonable” en el que se encuentra la antigua colonia británica. En la capital china, la Oficina para Asuntos de Hong Kong y Macao aseguraba, por su parte, que apoya a Lam, pero no permanecerá “con los brazos cruzados” si la situación se deteriora aún más.

Hong Kong se encuentra sumida en su peor crisis política desde su vuelta a la soberanía china en 1997. Manifestaciones y otros actos de protesta, muchos de naturaleza violenta, se suceden desde hace 13 semanas para exigir la dimisión de Lam, la apertura de una investigación sobre el comportamiento de la policía y la retirada de un polémico proyecto de ley de extradición. Según la policía, el número de detenidos llega ya a 1.117.

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Según la grabación obtenida por Reuters, tomada durante una reunión a puerta cerrada de Lam con empresarios y difundida en su integridad este martes, la jefa del Gobierno autónomo reconoce que apenas tiene un margen independiente de maniobra para intentar resolver la crisis, iniciada en junio a raíz de la tramitación del proyecto de ley de extradición, hoy cancelado, que hubiera permitido la entrega de sospechosos a países con los que Hong Kong carece de acuerdos al respecto, incluido China.

En esa conversación, Lam reconoce que, para Pekín, el problema de Hong Kong ya se ha convertido en una cuestión de “soberanía y seguridad”, especialmente en medio de la pugna tecnológica y comercial que mantiene con Estados Unidos. Dada esa situación, “el margen político para el jefe del Gobierno autónomo, que desafortunadamente por ley tiene que servir a dos amos que son el Gobierno central y el pueblo de Hong Kong, ese margen político de maniobra es muy, muy, muy limitado”.

La ministra principal descarta también en esa conversación privada que Pekín tenga intención de enviar tropas a Hong Kong para resolver la crisis por la fuerza. “No hay absolutamente ningún plan”, subraya. “Saben que el precio a pagar sería demasiado caro”, en cuanto a su imagen internacional que “le ha llevado tanto tiempo edificar”. También niega que el Gobierno central haya impuesto algún tipo de plazo para poner fin a las protestas antes del 1 de octubre. En esa fecha China celebra el 70º aniversario de la proclamación de la República Popular y planea festejarlo por todo lo alto, con actos que incluyen un desfile militar y civil.

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Lam sí precisa que Pekín está dispuesto a una estrategia a largo plazo, pese al perjuicio económico y la caída del turismo que pueda acarrear al territorio autónomo.

En un momento dado, la jefa del ejecutivo autónomo, una devota católica, alude a la Biblia en sus sugerencias para resolver la crisis. “Hong Kong tendría que pasar varias fases. La primera es eliminar la violencia, quizá haciendo otras cosas en el futuro que ahora mismo no están muy al alcance de la mano. Después de ese paso, el siguiente sería, de acuerdo con la Biblia, la resurrección. Necesitamos volver a la vida, algún tipo de vida. Después queremos un Hong Kong renacido y un relanzamiento de la marca Hong Kong”.

También se lamenta del impacto que la situación ha tenido en su vida personal y cuenta cómo le es casi imposible salir a ninguna parte -“no puedo ir a la peluquería”- ante el riesgo de que pueda atraer a una masa de manifestantes.

En su rueda de prensa de este martes, la jefa del Ejecutivo -cuya dimisión es una de las exigencias de los manifestantes- ha condenado la filtración de una conversación que, según ha asegurado, se celebró bajo un estricto compromiso de confidencialidad. Pero, aunque reconoció indirectamente que el contenido de la grabación es auténtico, aseguró que en ningún momento se ha planteado presentar su dimisión. Algo que se contradice con lo que asegura en la charla con los empresarios.

“Ni siquiera me he planteado debatir la dimisión con el Gobierno central. La decisión de no dimitir es mía propia”, ha insistido. Según ella, en la grabación solo intentaba dejar claro que la renuncia sería la opción fácil. “Pero en los últimos tres meses me he dicho a mí misma muchas veces que mi equipo y yo debemos continuar para ayudar a Hong Kong en una situación muy difícil… No me he concedido la opción fácil de marcharme. Prefiero continuar y seguir este camino con mi equipo y la gente de Hong Kong”.

Pese a las palabras tranquilizadoras de Lam, en su cuarta rueda de prensa desde el comienzo de la crisis la Oficina del Gobierno central para Hong Kong y Macao ha advertido por boca de su portavoz Xu Luying que Pekín “no tolerará que la situación en la región autónoma se siga degradando”.

“Poner fin a la violencia y el caos, restablecer el orden, son las tareas más importantes en Hong Kong”, ha agregado otro portavoz, Yang Guang, que ha subrayado: “Apoyamos firmemente a la jefa del ejecutivo de Hong Kong Carrie Lam al frente del Gobierno de la región administrativa especial”.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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