Tusk y Johnson se echan las culpas por un posible Brexit duro
El primer ministro británico se estrena en la cumbre tras su gira europea
La cuenta atrás para el Brexit ha comenzado. Y, con ella, la batalla por identificar al culpable de una salida abrupta y sin acuerdo del Reino Unido de la Unión Europa. El pulso se trasladó este sábado a Biarritz, la ciudad vascofrancesa donde este fin de semana el G7 celebra su cumbre anual. Donald Tusk, presidente saliente del Consejo Europeo, y el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, exhibieron las discrepancias en las horas previas a la apertura oficial de la cumbre.
En una rueda de prensa en Biarritz, Tusk endosó a Johnson la responsabilidad de un Brexit duro si se llega a la fecha límite, el 31 de octubre, sin un acuerdo. Johnson, a bordo del avión que le llevaba al G7, sugirió que la responsabilidad recaería también en Tusk.
“Boris Johnson será el tercer primer ministro conservador con el que hablaré del Brexit. La Unión Europea siempre está abierta a cooperar”, dijo Tusk. Pero añadió: “En lo que no cooperaré es un no acuerdo. Y espero que el primer ministro Johnson no quiera pasar a la historia como míster No-Deal [señor No-Acuerdo, en inglés]”.
El acuerdo para el Brexit, que permitía una salida con un impacto controlado en la economía británica y en la del resto de la UE, ya existe. Lo negociaron durante dos años la antecesora de Johnson, Theresa May, y el negociador Michel Barnier en nombre de los europeos. El problema es que el Parlamento británico lo ha rechazado y Johnson, en el cargo desde finales de julio, también.
Esto deja pocas opciones para evitar el Brexit duro, que supondría la reaparición, de la noche a la mañana, de fronteras y aduanas entre el Reino Unido y la UE. El impacto económico es imprevisible.
La alternativa del primer ministro británico consiste en renunciar a la llamada salvaguarda irlandesa (backstop, en inglés). Esta cláusula permitiría mantener abierta, tras el Brexit, la frontera entre la República de Irlanda, miembro de la UE, e Irlanda del Norte, que pertenece al Reino Unido. La apertura de esta frontera es un elemento clave en los acuerdos que a finales de los años noventa permitieron poner fin a décadas de violencia. “Yo no quiero que no haya acuerdo. Lo que digo a nuestros amigos de la UE es que, si no quieren un Brexit sin acuerdo, entonces hay que retirar el backstop del tratado”, dijo Johnson. “Si Donald Tusk no quiere quedar como Mr. No-Deal Brexit, debería tenerlo presente”, añadió, citando el mote que Tusk le había aplicado minutos antes.
El cruce de declaraciones es un baño de realismo tras la confusión creada durante la visita de Johnson a Berlín y París. La visita permitió al primer ministro británico albergar vagas esperanzas de una cierta flexibilidad en la UE. También confirma que, pese a no estar en la agenda oficial, el Brexit planeará sobre las discusiones. Johnson y Tusk se reunirán este domingo.
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