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Fracasa el referéndum sobre el cambio de nombre en Macedonia por falta de participación

La consulta preveía ratificar el acuerdo alcanzado con Grecia, tras un cuarto de siglo en disputa

Un hombre vota hoy en Skopje en el referéndum del cambio de nombre del país a Macedonia del Norte.
Un hombre vota hoy en Skopje en el referéndum del cambio de nombre del país a Macedonia del Norte.Robert Atanasovski (AFP)

El referéndum sobre el cambio de nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) ha fracasado por la escasa participación. Media hora antes del cierre de los colegios, tan solo habían acudido a las urnas en torno al 34% de los censados, casi 20 puntos por debajo del del quórum requerido. Según la Constitución macedonia, el resultado de una consulta solo es válido si es respaldado por el 50% mas uno de los censados, lo que se traduce en unos 903.000 votos. Los colegios cerraron puntualmente a las 19.00, hora local, tras una jornada electoral que duró doce horas y que, según indicó el presidente de la Comisión Electoral Estatal, Oliver Derkoski, transcurrió en un ambiente tranquilo sin mayores incidentes.

A pesar de que la consulta solo tiene carácter consultivo, el hecho de no haber alcanzado la participación mínima para ser considerada válida hace difícil que el Gobierno del primer ministro Zoran Zaev pueda lograr el respaldo del Parlamento a la reforma constitucional necesaria para cambiar el nombre del país. El líder del principal partido opositor, la alianza conservadora VMRO-DPMNE, Hristijan Mickoski, se abstuvo de votar por considerar que la pregunta del referéndum fue "manipuladora".

La pregunta no aludía directamente al nombre final que adoptará esta antigua república yugoslava en caso de superar el proceso de ratificación, es decir, República de Macedonia del Norte, sino que pedía a los ciudadanos que dijeran si apoyaban o no "la integración en la Unión Europea (UE) y la OTAN al aceptar el acuerdo entre la República de Macedonia y la República de Grecia".

El acuerdo firmado entre los Gobiernos de Skopje y Atenas en junio pasado pretende poner fin a una disputa que se ha prolongado más de un cuarto de siglo y ha llevado a Grecia a boicotear la adhesión del país vecino a la Unión Europea y la OTAN. De su ratificación exitosa depende, por tanto, la tan deseada integración en ambos clubes. En ambos países, el compromiso firmado ha levantado ampollas entre los sectores más nacionalistas.

En ARYM el rechazo es a aceptar una versión edulcorada del nombre que figura en la Constitución del país, República de Macedonia, a través de un calificativo geográfico. Entre los detractores se encuentra incluso el propio presidente macedonio, Gjorge Ivanov. En Grecia los nacionalistas no quieren aceptar que el país vecino utilice el nombre actual, Macedonia, que ven exclusivo de la región homónima en el norte del país.

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