_
_
_
_
_

La independencia desaparece de la agenda en las elecciones de Quebec

La secesión de Canadá ha dejado de ser una prioridad entre los partidos, mientras solo un 19% de jóvenes se declara separatista

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau (izquierda), recibe a su homólogo español, Pedro Sanchez, en Montreal.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau (izquierda), recibe a su homólogo español, Pedro Sanchez, en Montreal.DARIO AYALA (REUTERS)

Entre las propuestas de los partidos para las elecciones generales en Quebec el 1 de octubre, una brilla por su ausencia: es la primera vez en 48 años que la independencia no figura como un tema prioritario. El Partido Quebequés (PQ), la principal formación en favor de la secesión de Canadá, comenzó a participar en los comicios en 1970 y el primer artículo de su acta fundacional es, precisamente, lograr la independencia. Hoy, en el caso de que ganara —algo que de momento no ven los sondeos— el partido ya no tiene prisa por organizar un nuevo referéndum, después del segundo que se celebró en 1995. Al menos, no en los próximos cuatro años.

Más información
El independentismo en Quebec solo está dormido
Los límites de la vía canadiense
Stéphane Dion: “La democracia y el principio de legalidad son inseparables”

Jean-François Lisée, un antiguo periodista y asesor político, fue elegido como líder del PQ en octubre de 2016. Lisée ha manifestado que no convocaría un nuevo referéndum en un primer mandato al frente del Gobierno, sino después de 2022, siempre y cuando ganase ahora y consiguiera la reelección dentro de cuatro años. Esto también dependerá de las negociaciones con Ottawa, a raíz de la Ley de Claridad aprobada en junio de 2000.

“Lisée sabe que el tema de la independencia no es prioritario, sobre todo entre los jóvenes. Su partido busca renovarse. Cuando llegó a la jefatura del PQ, el promedio de edad de sus miembros era de 61 años. Prefiere que sea un asunto para más adelante”, comenta Éric Montigny, profesor de Ciencia Política en la Universidad Laval (Quebec).

Los liberales del primer ministro Philippe Couillard buscan un nuevo mandato, aunque pelean aguerridamente con la Coalición Avenir Quebec (CAQ). Según una reciente encuesta, habría un empate técnico. La CAQ es un partido de corte conservador creado en 2011 por François Legault, un empresario que fundó con otros socios la compañía aérea Air Transat en 1986. Legault fue ministro de Sanidad y Educación con el PQ, pero abandonó esta formación en 2009. Atraer votos sin citar con vigor el tema independentista no está siendo tarea fácil para Lisée: el PQ aparece en tercer lugar en el sondeo, con el 21% de apoyos.

Pese a que se habla poco de la independencia en esta campaña, las posturas de los partidos son conocidas en el tema. Legault marca sus diferencias con los liberales y con los simpatizantes de la secesión. “Somos un grupo de nacionalistas que quiere un Quebec fuerte dentro de Canadá”, ha expresado. Quebec Solidario, un partido de izquierdas, está evocando con mayor energía que el PQ sus deseos independentistas en estos comicios. Sin embargo, es una agrupación con poco éxito fuera de algunas circunscripciones montrealesas. Cabe señalar que, por primera vez en la historia, uno de los tres debates en televisión se realizó en inglés. Durante décadas, los liberales se vieron favorecidos por el voto anglohablante al ser la agrupación tradicionalmente ligada al federalismo canadiense.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Jérémie Turbide tiene 24 años y estudia Comunicación en la Universidad de Montreal. Dice que su voto dependerá de aspectos como la educación y la salud; no de las posturas respecto a la independencia. “La sociedad no es la misma que en 1995, año en el que se celebró el último referéndum. El tema puede ser de importancia para algunos, pero no ocupa ya un primer plano como en la generación de mis padres”, cuenta. Según una encuesta de la firma Ipsos, publicada la semana pasada, solo el 19% de los jóvenes entre 18 y 25 años se considera independentista. La secesión de Quebec apareció en el último lugar entre una lista de 14 temas sobre la elección. El 55% de los encuestados se definió ante todo como quebequés (la cifra llega al 66% entre los francohablantes).

Inmigración

“No le di importancia a la encuesta. La independencia persiste en el tiempo, y creo firmemente que cuanto más interesados estemos los jóvenes en la política, más veremos los beneficios de realizarla. No es un asunto aislado; abarca todos los problemas de Quebec”, comenta Vincent Despins, quien a sus 20 años es el vicepresidente de comunicaciones del Consejo Nacional de las Juventudes del PQ. Éric Montigny afirma que la generación actual ha vivido un proceso de politización distinto. “Por ejemplo, la crisis estudiantil de 2012 tuvo un gran impacto. Durante décadas, la politización se daba con base en las relaciones con Ottawa o a debates constitucionales. Esto puede cambiar, por supuesto, en caso de una nueva coyuntura, pero hoy la prioridad no está puesta en la independencia”, agrega.

Dos temas han cobrado mayor peso en la campaña. Quebec tiene autonomía en materia de inmigración por un acuerdo firmado con Ottawa en 1991. La provincia recibe a unos 50.000 individuos cada año. Couillard se compromete a aceptar entre 49.000 y 53.000. Los pequistas —así se suele llamar a los miembros y simpatizantes del PQ— dicen que la cifra actual es muy alta para asegurar su integración, y sugieren que la auditora general de Quebec proponga un número más viable. También quieren privilegiar en el proceso de selección a las personas que ya dominen el francés.

Por su parte, la CAQ plantea reducir la cifra de inmigrantes (de 50.000 a 40.000), quienes deberán aprobar, tres años después de su llegada, un examen de “valores quebequeses”, con elementos como la igualdad entre hombres y mujeres, el apego a la laicidad y una prueba de francés. El líder de la CAQ ha sido acusado en los debates de propiciar con estas propuestas un clima de miedo e intolerancia.

Respecto a la sanidad, los liberales han recibido críticas de los demás partidos, ya que autorizaron un aumento a los salarios de los médicos, decisión que costará 1.500 millones de dólares canadienses (unos 980 millones de euros). Unos mil galenos consideran indecente esta medida y desean que el dinero se destine a servicios sanitarios esenciales. El PQ promete prolongar el horario de atención en las clínicas y aumentar el presupuesto en materia de salud mental.

Al menos ha existido un consenso entre todas las fuerzas políticas: exigir al Gobierno de Justin Trudeau que defienda el sistema de gestión de oferta en productos lácteos en las negociaciones del nuevo marco comercial norteamericano. Pero el 1 de octubre, los quebequeses votarán por primera vez en décadas sin tener en sus cálculos inmediatos una nueva aventura independentista.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_