May lucha por sobrevivir con su plan para un Brexit suave
El alcalde de Londres, Said Khan, exige un nuevo referéndum
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, afronta otra semana diabólica. El miércoles asistirá a la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, en Salzburgo (Austria), y por primera vez deberá defender su borrador de negociación para una salida ordenada de las instituciones europeas, prevista oficialmente para el próximo 29 de marzo.
May debe manejar un circo de tres pistas. Su prioridad fundamental es lograr que sus colegas europeos den un voto de confianza al conocido como “plan Chequers”, que le permita regresar a casa con la sensación de que su estrategia sigue viva y las negociaciones avanzan. Será un modo de aplacar al enemigo en casa. Los euroescépticos del Partido Conservador, liderados por el exministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, se han conjurado para dinamitar la propuesta negociadora de May. Johnson ha definido la propuesta de May como “un chaleco suicida” que dejaría a Reino Unido en condiciones peores que las actuales. “Un modo de hablar completamente inapropiado que yo no hubiera usado”, ha dicho May al programa Panorama de la BBC, en una entrevista que será emitida esta semana. May atacaba de ese modo a su principal rival, sugiriendo que la dureza que Johnson emplea para arremeter contra ella en su disputa interna es gratuita, y que será ella quien use un tono duro con Bruselas cuando sea necesario.
La primera ministra de Reino Unido debe emplear todas sus fuerzas en contrarrestar los ataques de sus enemigos internos, pero a la vez es consciente de que la opinión pública británica no permanece constante, y que dos años tediosos e irritantes han comenzado a pasar factura. Una de las voces más populares y escuchadas entre las clases medias del país, el alcalde de Londres, Said Khan, ha decidido dar un paso adelante y exigir claramente un nuevo referéndum sobre el Brexit.
"El tiempo se agota rápidamente y nos hemos quedado con dos posibilidades", escribía ayer el alcalde de Londres en una columna de opinión en el diario The Observer, "un mal acuerdo que acabe empujándonos a abandonar la UE a ciegas, sin tener clara nuestra relación futura, o un Brexit sin acuerdo. Ambos escenarios distan millones de millas de lo que se prometió durante la campaña del referéndum, y exponen aún más las mentiras y las medias verdades que se vendieron a la opinión pública. Los dos son igual de arriesgados, y no creo que May tenga el mandato para jugar de un modo tan flagrante con la economía del país o con las vidas de sus ciudadanos", concluía Khan.
La irrupción en escena del alcalde de Londres pone las cosas más difíciles para May, pero también para el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn. Los laboristas celebran el próximo fina de semana su congreso anual, y son numerosas las voces dentro de la formación que exigen una toma de posición clara sobre la posibilidad de que los británicos sean de nuevo consultados sobre el Brexit. Hasta ahora, Corbyn ha mantenido un planteamiento tibio al respecto, más centrado en debilitar las posibilidades electorales de May ante la hipótesis de que se vea forzada a convocar nuevos comicios que en definir de un modo preciso su posición respecto a un nuevo referéndum. Corbyn hizo campaña, hace dos años, a favor de permanecer en la Unión Europea, pero de un modo ambiguo y desconcertante. Los sindicatos de Reino Unido, alarmados ante la posibilidad de que la economía del país se venga abajo con un Brexit no negociado, llevan semanas presionando a la dirección laborista para que se pronuncie con claridad.
“Terroríficamente, nos enfrentamos al peligro cierto de salir de la UE sin ningún acuerdo. Sería el peor resultado posible, y algunos análisis advierten de la pérdida de hasta medio millón de empleos en Reino Unido para 2030”, amenazó Khan.
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