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Oleg Sentsov, el cineasta ucranio preso en Rusia, cumple 100 días en huelga de hambre

La salud del activista se deteriora, mientras crecen las peticiones en Occidente para que sea liberado

Oleg Sentsov, al escuchar su condena a 20 años de prisión en 2015.
Oleg Sentsov, al escuchar su condena a 20 años de prisión en 2015.AP

Cien días de huelga de hambre ha cumplido este martes Oleg Sentsov, el cineasta ucraniano y activista contra la anexión rusa de Crimea que se encuentra cumpliendo una condena de 20 años en la prisión Oso Polar, en el norte de Rusia. Sentsov, detenido el 11 de mayo de 2014, fue acusado de terrorismo y condenado al año siguiente tras imputársele la organización de sendos incendios en dos organizaciones rusas en Simferópol, su ciudad natal y capital de la península, y de intentar volar dos estatuas en esa ciudad y en Sebastopol, sede de la Flota del Mar Negro.

La huelga de hambre no ha hecho mella en el Kremlin que no parece querer liberarlo, pese a la presión occidental y el deterioro de la salud del director de cine en las últimas semanas, según han afirmado sus familiares y abogados. Sentsov, de 42 años, dejó de alimentarse el pasado 14 de mayo, aunque su huelga de hambre no es total. Como explicó el pasado martes el secretario de la comisión de supervisión de derechos de los presos, Iván Mélnikov, "100 días de huelga de hambre es algo muy difícil; Sentsov, por supuesto, debe consumir un suplemento, de lo contrario ya habría muerto". En concreto, su abogado Dmitri Dinze ha proporcionado algunos detalles: que bebe diariamente tres litros y medio de agua, además de tomar dos o tres cucharadas de nutrientes concentrados. Sentsov exige además la liberación de "todos los prisioneros políticos ucranios" encarcelados en Rusia.

A pesar de este empeoramiento, Sentsov no quiere que lo trasladen a un hospital civil, como exigen algunos defensores de derechos humanos, ya que teme que lo alimenten por la fuerza. En cambio, tiene confianza en los médicos del hospital penitenciario. Con todo, los facultativos consideran que en estos momentos su vida no corre peligro. De lo contrario, según afirma Mélnikov, tomarían medidas incluso en contra de la voluntad del cineasta.

Moscú no parece querer ceder en este caso como tampoco el propio Sentsov. Gobiernos, intelectuales y organizaciones de derechos humanos han pedido su libertad sin mucho éxito. Su madre, Ludmila Sentsova, escribió una carta a Vladímir Putin pidiéndole que indultara a su hijo y que no destruyera su vida y la de su familia. Algunos optimistas pensaban que por fin el presidente ruso cedería, pero se equivocaron. La respuesta fue la de siempre: que la legislación rusa exige que sea el condenado el que pida el indulto y Sentsov, por principios, asegura que jamás lo hará, entre otras cosas, porque considera que su proceso ha sido una farsa montada por "ocupantes" y no reconoce la legitimidad del tribunal que lo condenó. Su prima, Natalia Kaplán, asegura que el cineasta "no tiene intenciones ni de renunciar a la huelga de hambre ni a pedirle a Putin que lo perdone". Para Kaplán, los cuatro años de privación de libertad no han logrado quebrarlo.

Organizaciones como Amnistía Internacional o la rusa Memorial definen a Sentsov como preso político, pero el Kremlin no admite que en Rusia existan este tipo de presos puesto que todos los condenados, argumentan, lo han sido por delitos tipificados en el código penal. Y sobre el cineasta, Putin ha sido categórico al afirmar que "Sentsov fue detenido por preparar atentados terroristas".

Sentsov, que ha escrito varios guiones y que se hizo popular en Europa con su película Gamer, fue un activo opositor a las fuerzas prorrusas y un ardiente partidario del Euromaidán, la oleada de protestas que terminó con el régimen de Vìctor Yanukóvich el 22 de febrero de 2014 y se opuso activamente a la anexión rusa de Crimea. Los crímenes del cineasta, según la fiscalía rusa, fueron atacar con líquido inflamable las oficinas de Rusia Unida, el partido gubernamental, y contra la Comunidad Rusa de Crimea. Ambos "actos terroristas" fueron cometidos en abril de 2014 en Simferópol. En cuanto a las estatuas que habría intentado volar, junto con Alexandr Kolchenko, se trataría de la de Lenin, en la plaza homónima de la capital, y el Monumento a los Caídos en la Segunda Guerra Mundial, en Sebastopol.

Al cumplirse los 100 días de huelga de hambre el pasado martes, se han renovado las exigencias de libertad para Sentsov. Así, La Unión Europea pidió la inmediata liberación del director de cine y de los otros presos políticos ucranianos; también más de 60 personalidades de la cultura llamaron, desde las páginas de Le Monde, a los dirigentes europeos a presionar a Rusia para conseguir que Sentsov sea puesto inmediatamente en libertad.

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