Una hija transexual: el secreto de la portavoz del autobús de Hazte Oír en Chile
La madre, Marcela Aranda, sacó hace cinco meses a las calles el llamado 'Bus de la libertad', con mensajes transfóbicos
Carla González Aranda es una joven transexual chilena, de 19 años, que hace apenas una semana firmó en los tribunales la demanda para el cambio legal de su nombre y sexo. Lo contó en una rueda de prensa, arropada por los líderes del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), donde también reveló la identidad de su madre: Marcela Aranda, la portavoz del autodenominado Bus de la libertad, el vehículo de la organización ultracatólica Hazte Oír que ha recorrido diferentes países con mensajes transfóbicos y en contra de la libertad de género y la diversidad sexual.
“Con mis hijos no se metan”, era una de las consignas del autobús, que llegó al país sudamericano de la mano de CitizenGo Chile, Padres Objetores de Chile y el Observatorio Legislativo Cristiano, de donde Aranda es directora. “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”, se leía en el vehículo que pasó por diferentes ciudades de Chile en julio pasado. En alusión a un cuento infantil del Movilh titulado Nicolás tiene dos papás —que despertó en 2014 la ira de los sectores conservadores del país— el autobús tenía inscrito el siguiente mensaje: “Nicolás tiene derecho a un papá y a una mamá. Menos Estado y más familia”.
Hace cinco meses, el autobús fue recibido en Chile con protestas, manifestaciones y contrapropaganda. Aranda se mostró como una portavoz convencida: “Lo que más grave nos parece es que a través de las leyes quieran imponernos una ideología que se llama ideología de género”, señaló en referencia al proyecto de ley de identidad de género que se discute en el Congreso chileno, que hasta ahora no incluye ni a los menores de edad ni a las personas casadas. Lo que hasta ahora no se sabía, sin embargo, era que Aranda tenía una hija transexual.
Carla habló por primera y única vez, señaló, “para brindar el apoyo a quienes están pasando por una situación parecida a esta y para asegurarles que se puede salir adelante sin importar las circunstancias”. La joven dijo que no tiene contacto con su madre desde hace unos tres años y que ni siquiera recuerda cuándo fue la última vez que hablaron. Según indicó en la rueda de prensa, el distanciamiento se produjo cuando le contó que era transgénero: “Su reacción fue muy peculiar”. “Mi mamá es mi progenitora, pero no la considero mi familia”, agregó Carla, que confesó que el principal apoyo lo ha tenido de parte de su pareja y su mejor amiga.
Hace dos años comenzó un tratamiento hormonal, en forma particular y sin apoyo de su madre. La joven transexual dijo desconocer las motivaciones de Aranda para ser una promotora del autobús, que no cree que su propia condición haya influido en su decisión, pero confesó: “Me sentí discriminada cuando el bus salió a las calles”.
Poco antes de la rueda de prensa de su hija, la portavoz del llamado Bus de la libertad emitió un comunicado: “El uso de su persona, imagen e intimidad es una estrategia cruel e inmoral. No les importa exponer y dañar la vida de mi hijo. Amo a mi hijo con el mismo amor que Dios nos ama, con un amor que nunca deja de ser. Él no es un producto de propaganda. Sus procesos, como los de cualquiera, merecen un respeto y cuidado que el Movilh ha vulnerado”.
La propia Carla negó estar siendo utilizada y el Movilh rechazó que la mujer tratara públicamente a su hija como si fuera un hombre.
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