“Os vamos a degollar”. ‘Charlie Hebdo’ amenazado otra vez por una caricatura en la que bromea sobre el islam
El islamólogo Tariq Ramadan, acusado por dos mujeres de violación, es retratado con una gigantesca erección y la siguiente frase: “Yo soy el sexto pilar del islam”
Las amenazas de muerte son algo con lo que Charlie Hebdo convive desde mucho antes de que estas se hicieran trágicamente realidad en enero de 2015, cuando dos terroristas entraron en su sede en París y asesinaron a 12 personas, entre ellas varios de sus redactores y dibujantes más conocidos. Por eso, si la publicación lanza la voz de alarma, se le hace caso. Es lo que ha hecho la Fiscalía de París, que acaba de abrir una investigación por “amenazas de muerte” y “apología de un acto de terrorismo”, tras la denuncia presentada por la revista satírica el lunes.
El origen de esta nueva oleada de amenazas es la portada de su número de la semana pasada, una caricatura del islamólogo Tariq Ramadan, acusado ante la justicia por dos mujeres de violación, que es retratado con una gigantesca erección, muy al estilo de esta publicación irreverente. Pero lo que parece haber provocado las mayores iras es el mensaje, también fiel a su tradición de burlarse de todo y de todos, especialmente de las religiones, que sale de la boca del Ramadan priápico como “defensa” ante las acusaciones en su contra: “Yo soy el sexto pilar del islam” dice la caricatura del islamólogo, en alusión a los cinco pilares u obligaciones de todo musulmán (la profesión de fe, la oración, la caridad, el mes de ayuno o ramadán y el peregrinaje a La Meca al menos una vez en la vida).
“No es la primera vez, desde enero de 2015, que recibimos numerosas amenazas de muerte. Pero parece que con esta portada, su número es más elevado de lo habitual”, ha explicado el director de Charlie, Riss, a Le Figaro. Según el dibujante, desde el asesinato de sus colegas en la sede de la revista en París, a pesar de la oleada mundial de solidaridad y condena que despertó el atentado —el lema “Je suis Charlie”, yo soy Charlie, se propagó por todas partes— se ha producido una “banalización de los llamamientos a matar” a través las redes sociales. “Os vamos a degollar” o “Próxima segunda ronda en Charlie”, en referencia a la primera matanza en su redacción, son algunos de los mensajes que han recibido los responsables de la revista, sobre todo a través de las redes sociales. Con ello, ha afirmado Riss, “han cruzado una línea roja que no se puede atravesar”.
Además de la prensa francesa —diarios como Libération, que acogió a la revista tras el atentado, han publicado editoriales o mensajes de apoyo— el Gobierno de Emmanuel Macron parece estar de acuerdo con Charlie. No solo ha asegurado este martes que siguen vigentes las medidas de seguridad “extraordinariamente precisas” decretadas a favor de la publicación y sus trabajadores tras el atentado de hace casi tres años. También ha reiterado, a través de su primer ministro, Édouard Philippe, la necesidad de defender la libertad de expresión, incluso cuando, como pasa a menudo con Charlie, no guste el uso que se le da a esa libertad.
“Algunos pensarán que (unas caricaturas de Charlie) son más graciosas que otras, puede que incluso no hagan ninguna gracia o que les resulten chocantes. Porque ese es el objetivo de la caricatura”, recordó Philippe durante una sesión en la Asamblea Nacional. “Cada uno de nosotros aquí”, continuó, “sabe que esa libertad de caricaturizar es fundamental, esencial, y que debemos protegerla”.
“En nuestro país, no se puede cuestionar impunemente la libertad de pensamiento, de opinar y hasta de caricaturizar”, insistió e incluso fue más allá aún, al denunciar el “anonimato a menudo irrisorio y abyecto tras el que se esconden algunos individuos para proferir amenazas” en redes sociales como Twitter, algo que se debería examinar más de cerca, declaró.
“Desearía que, cuando se profiere una amenaza de esta gravedad, sea cual sea el medio en el que es proferida se puedan agilizar las diligencias para que se puedan promover sanciones”, manifestó Philippe.
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