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Barnier alerta de que Londres no ha entendido las consecuencias del Brexit

El negociador jefe de la UE avisa de que el daño será mayor con un divorcio no pactado

Michel Barnier se dirige al Comité Económico y Social Europeo.Vídeo: AURORE BELOT AFP / REUTERS
Lucía Abellán

Brexit significa incertidumbre. No habrá pactos sectoriales. Y cualquier acuerdo posterior al divorcio británico deberá respetar las reglas europeas. El negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, refuerza ese mensaje porque cree que Reino Unido no ha entendido bien las consecuencias del reto. “No estoy seguro de que esto se haya entendido del todo al otro lado del canal [de la Mancha]. Algunos creen que se puede abandonar el libre mercado y mantener algunos beneficios. No es posible”, ha sentenciado este jueves ante el Comité Económico y Social Europeo.

Los mensajes de Barnier, que comenzó su tarea con un tono mucho más conciliador hacia el Gobierno británico, son cada vez más sombríos. El excomisario francés se sitúa ya sin ambigüedades en la hipótesis más adversa: la de divorcio sin acuerdo. “Hay que estar preparados para todo, incluida la opción que no deseo, la del no acuerdo. Todavía se sigue evocando esta posibilidad [en Reino Unido]”, se sorprende Barnier. Y alerta: “Un no acuerdo agravaría la situación de pérdidas que genera el Brexit”.

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Frente a las referencias veladas que hacía antes a ese escenario, Barnier abunda ahora en las consecuencias de esa ruptura brusca: “En una negociación clásica, un no acuerdo es mantener el statu quo. Aquí no. Un no acuerdo representa un retorno al pasado lejano, a regirnos por el sistema de la Organización Mundial de Comercio”. Ese marco implica soportar aranceles del 10% en el intercambio de vehículos, del 19% en las bebidas alcohólicas y del 12% en el pescado, citó como ejemplos.

Ese endurecimiento en el tono del negociador europeo se produce dos semanas después de haber concluido la primera reunión negociadora del Brexit con su homólogo británico, David Davis. Sus palabras revelan que ese primer encuentro no hace presagiar un diálogo fácil. “Un acuerdo justo es mucho mejor que un no acuerdo”, ha repetido dos veces Barnier —en inglés— para hacerse entender en Londres, pese a que el grueso de su discurso lo ha pronunciado en francés, su lengua materna. La próxima cita negociadora será el 17 de julio en Bruselas.

'Dumping' en Reino Unido

El responsable de dar soluciones al mayor desafío que ha afrontado nunca la UE ha querido referirse sin tabúes al temor que recorre los Estados miembros: que Londres rebaje sus estándares para atraer empresas haciendo competencia desleal a sus exsocios una vez fuera del club comunitario. “Nos preguntamos si ese proceso de divergencia que busca Reino Unido es razonable y gestionable. ¿O es competencia reglamentaria, dumping fiscal, medioambiental o de derechos de los consumidores? Si lo pienso no es por crear problemas, sino porque sé que esto se va a plantear en cada uno de los países europeos”, ha trasladado a los miembros del Comité Económico y Social Europeo, un órgano consultivo de la UE compuesto por representantes sindicales, patronales y de la sociedad civil de los 28 Estados miembros. Una buena parte de estos representantes han expresado a Barnier sus temores respecto a las consecuencias económicas y sociales —especialmente en Irlanda— del divorcio británico.

“No pierdan tiempo”, ha urgido a esos agentes económicos y sociales, en referencia a la preparación que requerirán los cambios derivados del Brexit. Barnier advierte de que la transición ya ha comenzado —aunque Reino Unido siga siendo parte de la UE hasta marzo de 2019— y de que el tiempo es limitado. “Quedan 20 meses; el tiempo pasa rápido”, ha recordado.

Barnier ha instado a los 27 Estados restantes a centrarse en los retos que Europa tiene por delante, más allá del Brexit. Y se ha hecho eco de una reciente frase del presidente francés, Emmanuel Macron, para advertir de que el bloque comunitario es mucho más que un mercado único: “La UE no es solo un gran supermercado”, ha ilustrado.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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